El misterio de la tercera dimensión en la percepción visual es como el misterio de la Santísima Trinidad para los doctores de la iglesia: indescifrable.
De dos imágenes bidimensionales retinianas cóncavas, pasamos a una sola y no con dos dimensiones, sino con tres y encima en tonalidad.
Del.tonalidad sólo saben que en la retina hay tres y no les preguntes mucho más porque tampoco te lo van solucionar, ni con la teorías del procesamiento del tonalidad dentro del cerebro ni con todas las neuronas de este mundo.
Y es por esta razón y por otras muchas que tuvieron que postular la existencia del alma ( psique, mente, homunculus) porque había algo que no les cuadraba de ninguna de las maneras, ni ahora ni hace 2500 años.
Pero claro, esto no de ser otra hipótesis más tan verosímil para unos, y tan inverosímil para otros como otras tantas que no he citado porque sino no acabaría.
Tengo una colección de cámaras estereoscopicas reunida a través del tiempo, mi curiosidad por este asunto se despertó desde muy joven a través de unos aparatos llamados estereoscopios, que presentaban colecciones de imágenes tridimensionales.
Con el tiempo, fui penetrando las sutilezas del asunto, siempre en busca de algún método con el que pudiera percibir imágenes en profundidad sin necesidad de visores ni gafas.
Así que me encontré con los estereogramas, esas imagenes con manchas o dibujos aleatorios que permiten ver una imagen tridimensional codificada forzando la convergencia visual, fue un descubrimiento,
pero aún no resultaba cómodo, de todos modos ,m e ayudó a entender otros modos de generar y visualizar imágenes tridimensionales.
El siguiente paso fue descubrir la técnica Pulfrich, en esencia, consiste en ralentizar la velocidad de la luz en un ojo mientras miras una secuencia en movimiento ,
al hacer esto, se crea una disparidad entre las imágenes de ambos ojos, ya que mientras un ojo recibe una imagen, el otro recibe otra imagen, anterior o posterior.
Esto requiere un movimiento de la cámara concreto, y una lente oscura en uno de los ojos, es algo más cómodo que otro métodos, pero también causa cierta incomodidad
Pero empecé a entender el papel del paralaje y como utilizarlo en el tiempo.
Un día, durante un viaje en coche, se combinaron casualmente la velocidad, la distancia y el tamaño de los elementos del paisaje, y , de golpe, tuve una visión enteramente tridimensional,
a la percepción normal, se sumó una especie de paralaje añadido causado por el movimiento del coche, esto me dejó muy sorprendido, nunca había visto algo así, lo normal es que el relieve se perciba mejor en un rango cercano, y deje de tener importancia en la distancia.
Lo que ocurrió fue que todo el paisaje, hasta la lejanía, apareció con un relieve aumentado, así que tuve que pensar en ello.
En resumen, decidí que si podía aprovechar el paralaje de algún otro modo que no fuera la típica suma de dos imágenes, sería posible crear escenas en tres dimensiones que se pudieran ver sin usar gafas.
Así que me puse a ello, se trataba de animaciones por ordenador, y, básicamente, añadí una dimensión temporal a las tres espaciales. Con éxito.
Pude generar escenas tridimensionales que se pueden percibir con el ojo desnudo, técnicas similares se han usado posteriormente tanto en videojuegos, como anuncios, incluso Google tiene una aplicación que convierte las imágenes corrientes y les añade cierta profundidad al moverlas
Y diría que el misterio de la percepción tridimensional es que no es sólo un tema espacial, el tiempo es un factor, y no tenerlo en cuenta es lo que hace que la percepción tridimensional resulte algo bastante indescifrable a nivel interno, neurológico.
Porque no solo vemos espacialmente, sino , también, temporalmente, vemos en cuatro dimensiones, como mínimo
Por decirlo en una frase, para generar una imagen en tres dimensiones, visible con el ojo desnudo, esa imagen debe tener cuatro dimensiones, que es lo que ocurre en la realidad, ya que el ojo está en constante movimiento, explorando el paralaje en el tiempo.
Y es esta exploración permanente, la que genera el universo tridimensional que percibimos, acumulando la información que provee.