quitando Barcelona Ciudad, y 2 o 3 pueblos contadas, como Salou, Sitges... los demás se van a comer un mojon bien grande, van a saber lo que vale una estelada, y es un negocio cerrado hasta el verano que viene, y rezando porque el bichito desaparezca como una azucarillo.
Y eso teniendo en cuenta que desde hace un par de años ya están con el agua al cuello porque los catalanes no indepes que somos por lo menos la mitad de sus potenciales clientes, queremos descansar de que nos den la tabarra con tanta política y tanta hez amarilla esparcida por la madre Naturaleza y preferimos otros lugares. Es que ni un café puedes tomar tranquilamente si te oyen hablar catalán. Allá donde te gires, por apartado que parezca, te están recordando la hez de la independencia y su permanente victimismo. Parece Corea del Norte o Cuba.
No se les ocurre pensar que hay catalanes que no queremos eso.
Ya tienen lo que querían, ¿no? el turismo que les gusta, que les habla su idioma, que respeta su cultura y tradiciones, que es bien aceptado por ellos porque si no sentirán el látigo de su desprecio... si no fuera porque seguirán mendigando subvenciones que pagaremos entre todos, hasta tendría su gracia.