Pero eso es lo que suele pasar casi siempre. Una verdad venida sin reflexiones o análisis muy profundos, una simple gracieta e ironía, de una simpleza e intención tal que llega a todas partes.
Mensajes como los de Zorman son los que hacen daño de verdad, no reflexiones de algún catedrático de alguna universidad. Lo mismo pasa en política, ¿que más dará que miles de catedráticos escriban libracos sobre democracia o economía? Lo que cuenta es lo que se dice de manera muy clara, usando la ironía o el humor.
El arte es la esencia de la inteligencia humana, y esto incluye el humor, la "tontería pura". Las críticas más demoledoras vienen empaquetadas en frases cortas, fotos o imágenes. Y las más demoledoras de todas vienen en forma de chiste.
El humor o la ironía, si es buena y refleja una realidad muy contundente, desintegra por completo la ideología que combate, ya que muestra su falsedad y ridiculez. Y en casos como los de Zorman, que no buscan intencionalmente una fuerte crítica, llegan aún más lejos.