Ahora está de moda sacar a estas momias de la transición, como Fernández Miranda, rasgándose las vestiduras, cuando bien que contribuyeron a traer lo que trajeron a pesar de que estaban bien advertidos, aleccionados y hasta enseñados sobre qué era exactamente lo que había que hacer, Trevijano mediante, a quien no dudaron en dar la espalda y traicionarle, no ya a él, sino a sus ideas. Por algo sería, Torcuato, por algo sería.