Noticias que no son noticia: es bien sabido que una de las principales diferencias a nivel de rasgos de la personalidad entre hombres y mujeres reside en el campo de las emociones negativas (neuroticism).
Probablemente porque la mujer ha evolucionado optimizando su comportamiento de cara a la supervivencia de la díada mujer-infante, más que a la prosperidad de la mujer en sí. Cuando un bebé llora, o no se comporta como acostumbra, o tiene algo extraño o irregular, la reacción más apta para la supervivencia de la prole es preocuparse de forma desmedida. Idem cuando algo sale mal, cuando se advierte peligro (real o imaginado), ante la duda y dada la reducida movilidad de la mujer con un infante a cuestas, mejor sobrerreaccionar.
Por desgracia (para ellas, y para los que las soportamos), esos rasgos de personalidad que favorecen la supervivencia de la prole son los mismos que generan toda clase de inseguridades, dolor emocional y en última instancia tendencias depresivas en muchas mujeres. Y de la mano de las delirantes leyes de género, también generan indecibles penurias a los hombres que son acusados sin fundamento de ser depredadores, sólo por esa tendencia de la mujer a ver depredadores por todas partes.