Capeto
Madmaxista
- Desde
- 23 Ene 2016
- Mensajes
- 1.097
- Reputación
- 2.542
Eso, que les den una buena paliza a esos puñeteros médicos y enfermeras y demás ralea por no escaquearse como todos hicimos durante el confinamiento, no sé qué se creerían, los muy iluso.
Los fulastres venían repletos de coronabichos a dormir a sus apartamentos sin tener conciencia de que nos lo podían pegar. ¡me gusta la fruta!
Nosotros quedándonos en casa, respetando todas las medidas de seguridad. Bajando al mencabrona con el único cubreboca que había en casa, mientras que ellos tenían acceso a una máscara por semana y hasta guantes para enfrentarse a lo que entonces parecía algo imparable y mortal.
A una le pintamos el coche, para que todos vieran que era una fruta contagiosa. A otro le pusimos carteles en su puerta, y en todo el edificio, para que se fuera a tomar por trastero y no nos contagiase.
Pero ahora es diferente.
Ya no tengo que quedarme en casa muerto de miedo, lavando con lejía las bolsas de la compra y quejándome de todo como una fruta rata asustada. Puedo hacer algo más que salir a soltar adrenalina al balcón. Aplaudiendo o vigilando a los hijoputas insolidarios que sacan a pasear al perro
Dedicado a todas las pilinguis ratas que os escondísteis rodeados de papel higiénico y ahora voceais contra los que se quedaron solos ante el peligro. Deseo sinceramente que pilleis el puñetero bicho y os pudrais por dentro. El único que se os acercará será un sanitario. Y deseo que sea para cerraros los párpados.
Los fulastres venían repletos de coronabichos a dormir a sus apartamentos sin tener conciencia de que nos lo podían pegar. ¡me gusta la fruta!
Nosotros quedándonos en casa, respetando todas las medidas de seguridad. Bajando al mencabrona con el único cubreboca que había en casa, mientras que ellos tenían acceso a una máscara por semana y hasta guantes para enfrentarse a lo que entonces parecía algo imparable y mortal.
A una le pintamos el coche, para que todos vieran que era una fruta contagiosa. A otro le pusimos carteles en su puerta, y en todo el edificio, para que se fuera a tomar por trastero y no nos contagiase.
Pero ahora es diferente.
Ya no tengo que quedarme en casa muerto de miedo, lavando con lejía las bolsas de la compra y quejándome de todo como una fruta rata asustada. Puedo hacer algo más que salir a soltar adrenalina al balcón. Aplaudiendo o vigilando a los hijoputas insolidarios que sacan a pasear al perro
Dedicado a todas las pilinguis ratas que os escondísteis rodeados de papel higiénico y ahora voceais contra los que se quedaron solos ante el peligro. Deseo sinceramente que pilleis el puñetero bicho y os pudrais por dentro. El único que se os acercará será un sanitario. Y deseo que sea para cerraros los párpados.