La posibilidad de una isla se leerá como ahora se hace con 1984 o Un mundo feliz; aparte que está muchísimo mejor escrita.
Bueno tampoco nos pasemos.
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La posibilidad de una isla se leerá como ahora se hace con 1984 o Un mundo feliz; aparte que está muchísimo mejor escrita.
Bueno tampoco nos pasemos.
Houellebecq es heredero directo de la tradición intelectual francesa y compararlo con un pueblerino catalán como Sostres resulta una aberración. Es normal que la finura de pensamiento de los autores franceses no tenga mucho éxito en España.
Negativo. Tengo un gran amigo francés, gran experto en política. ¿Sabes como define a Houellebecq? cosa nihilista.
Ahí lo dejo
No es que Houellebecq no crea en Dios, es que no le interesa: lo tiene tan claro que ni habla de ello; es algo absolutamente superado para él.
Esto fue lo que más me llamó la atención cuando leí su obra por primera vez, la absoluta ausencia de Dios que hay en ella.
No lo he leído. De hecho pensaba hacerlo pero hablando con este amigo se me quitaron las ganas.
Por lo visto en Francia este tipo de literatura anti-progre está muy de moda.
Yo lo que recuerdo haber oído es que era muy nihilista sobre las relaciones humanas y sobre el sesso en particular. No me dió excesivas ganas de leerlo, aunque tampoco me las quitó. El nihilismo puede ser devastador, pero la belleza lo compensa en parte (aún no estoy del todo repuesto de Cormac McCarthy, un escritor al que ciertamente se leerá dentro de 100 años, si es que se sigue leyendo entonces).
Pero leí una crítica sobre este ultimo libro en el que lo ponía de Gran Literatura con mayúsculas y resaltaba el hecho de que habla sobre los grandes temas de los que no se quiere hablar en Europa: el islam, los problemas de la multiculturalidad, el vacío dejado por el ocaso del cristianismo y la falta de espiritualidad en la vida moderna, la natalidad, el inevitable cambio en la cultura que todo esto va a provocar en pocos años. Y sin predicar, ni desde el milenialismo conservador ni desde el buenismo progre.
De momento me está gustando leer algo bien escrito sobre esos temas.
Yo me esperaré a que salga la colorida versión de bolsillo de Anagrama. Que últimamente estoy comprando libros por encima de mis posibilidades (de leérmelos).
No es que Houellebecq no crea en Dios, es que no le interesa: lo tiene tan claro que ni habla de ello; es algo absolutamente superado para él.
Esto fue lo que más me llamó la atención cuando leí su obra por primera vez, la absoluta ausencia de Dios que hay en ella.
Pero ahora está cambiando de idea. Al menos eso es lo que dice en sus entrevistas, que ahora se considera más agnóstico que ateo. Y hace bien, las personas a las que les gusta llevar la contraria al pensamiento generalizado porque consideran que es un contrapunto sano y porque cuando muchos piensan lo mismo es que algo malo hay detrás hacen bien en hacerse agnósticos si eran ateos o creyentes si se ven dispuestos.
Pero ahora está cambiando de idea. Al menos eso es lo que dice en sus entrevistas, que ahora se considera más agnóstico que ateo. Y hace bien, las personas a las que les gusta llevar la contraria al pensamiento generalizado porque consideran que es un contrapunto sano y porque cuando muchos piensan lo mismo es que algo huele a podrido detrás hacen bien en hacerse agnósticos si eran ateos o creyentes si se ven dispuestos.