Para mí, una de las claves para ser católico está en Juan 6:66-68, cuando Jesús habla de la Eucaristía y muchos de sus discípulos le abandonan porque no lo entienden:
"Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y no andaban con él. Jesús preguntó a los doce: "¿También vosotros queréis iros?". Simón Pedro le contestó: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna."
Si abandonáramos la Iglesia que fundó Jesucristo, ¿adónde iríamos?
Este tema da para mucho. Simplemente unos breves apuntes:
Lo que nos une a las diversas ramas del cristianismo es muchísimo más de lo que nos separa.
Dicho lo anterior, frente al protestantismo de raíz luterana, que estableció buena parte de su doctrina en contraposición a la católica por razones puramente políticas y se contradice en muchos puntos, el catolicismo cuenta no sólo con la continuidad apostólica sino también con una base doctrinal coherente y completa.
Frente al predicador protestante de turno, que interpreta la Biblia como le parece, los católicos tenemos la tradición y a decenas de teólogos de la Iglesia que a lo largo de dos milenios han meditado las Escrituras.
Los católicos poco formados acaban a menudo en la indiferencia o en el protestantismo. Los protestantes que estudian a fondo el cristianismo original suelen acabar en la Iglesia católica.
Y por último sólo añadir que los ateos no existen: Todos adoramos a algún dios. Algunos adoramos al Dios creador, y hay otros que adoran a otros dioses (dinero, placer, poder, etc.).
Saludos, hermano.
Valioso y apreciado comentario, gracias conforero.
A día de hoy muchos nos encontramos haciendo una suerte de camino de regreso (peregrinación) a los orígenes y a la fe, a tenor de la desesperante descomposición social y moral promovida por todo tipo de poderes políticos y mediáticos.
Volver a unas referencias, a unas fuentes originarias.
La religión católica, personalmente, me proporciona esa guía, un norte, basado no solo en el aqui y ahora, en la inmanencia, sinó en la trascendencia colectiva, en el impacto en el mundo que tengamos como civilización. La moral del catolicismo, por ejemplo, me parece perfectamente racional y asequible para cualquiera, y una auténica espada intelectual para orientarnos y recuperarnos.
La actual falta de amor convivencial, relacional, social, etc (un amor que Jesús predica) también es una desagradable sorpresa que afecta sobremanera a España. Se pierden los modales, el respeto, se usa la agresividad como medio de relacionarse.
Por ejemplo, la sencillez de la convivencia y del respeto aún está muy viva en muchas partes de Hispanoamérica, y a pesar de la violencia que los lastra (sobretodo cuando el narcotráfico hace acto de presencia), millones y millones de personas pacíficas viven vidas muy sanas y satisfactorias allí, en consonancia con los principios y la cultura católica, de manera que sería irónico que sean ellos ahora quienes nos recuerden quienes somos y "de dónde venimos", pero podría acontecer.
Saludos,