Deadzoner
Madmaxista
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Burbuja.info va a los nuncabajistas:
Me divierte comprobar como pasa el tiempo y cada año los adivinos nos anuncian el Armageddon de los precios de la vivienda. Según algunas personas de las que mantienen dicha opinión, la burbuja estaba ya a punto de explotar en el año 99. Ya han pasado siete años y siguen diciendo lo mismo que en aquel año.
Es muy fácil plantearse el asunto de la vivienda, como casi todos los asuntos importantes de la vida, pero alguno ni se enteran ni se enterarán en toda su vida. Hay infinidad de gente que en estos momentos querría comprarse una vivienda y tras un sesudo análisis de la situación llega a la conclusión de que no puede. Entonces leen estas cosillas que algunos escriben en estos foros, así como algunos informes supuestamente técnicos, como los de algunos bancos ingleses, .... y creen ver la luz. Ah! Que dicen que los precios van a bajar. Entonces espero el momento adecuado y ya llegará mi oportunidad.
No se plantean que si hay infinidad de personas en esa situación eso quiere decir que la demanda es mucho más fuerte que la oferta. Ni se plantean que como consecuencia de la bolsa de inmi gración que aflorará cuando estos pagapensiones mejoren su situación personal, esa demanda crecerá aún mucho más. Parece que no ven a los pagapensiones hacinados en barrios depauperados, amontonados en habitaciones de seis en seis. Ni ven, por supuesto, que esos pagapensiones traerán a nuestro país a su familia a la primera oportunidad. Pero como siempre, no hay más ciego que el que no quiere ver.
Insisto en un concepto que tengo claro desde que empecé a trabajar, allá por el 85. El tiempo corre en contra de cualquier decisión económica importante que pueda tomar un ciudadano normal (un ciudadano normal es aquel que necesita su sueldo para solventar todas las vicisitudes de su vida, incluida la vivienda) En otras palabras: ayer era mejor día que hoy para empezar, y hoy es mejor día que mañana para empezar lo que sea. La pereza económica es el suicidio económico del individuo.
El análisis de la mayoría de los que piensan que no pueden tener acceso a una vivienda es erróneo desde la raíz. No pueden acceder a la vivienda a la que les gustaría acceder, pero pueden empezar a ahorrar para en cuatro o cinco años acceder a la primera vivienda que esté en el mercado y que puedan pagar mediante una hipoteca.
Como dice Belge, dentro de unos años veremos los efectos que ejercerá sobre el precio de la vivienda la presión migratoria. Ahora un porcentaje elevado de pagapensiones viven hacinados y es como si no existieran a los efectos del mercado de la vivienda, pero dentro unos años eso no será así, y quienes no se hayan preparado lo vivirán como la mayor tragedia económica de su vida. Tiempo al tiempo.
Van a subir los precios en todas las zonas, pero quien se plantea la compra de la primera vivienda de su vida no debe prepararse para poder acceder a comprar ese pisito coqueto en el barrio en el que le gustaría vivir, por la sencilla razón de que le va a resultar aún más inaccesible que hoy día. No, señores, el que se prepara para en unos añitos, mediante el ahorro, para comprar su primera vivienda, debe estar dispuesto a vivir donde pueda, en el piso que pueda, con las condiciones que pueda, comprando esa vivienda que hoy no le gusta pero tampoco está a su alcance a fecha de hoy. Y después de ese primer paso, deberá seguir ahorrando, para que en primer lugar la hipoteca le resulte más llevadera a cada año que pasa, y en segundo lugar para acondicionar su vivienda a su gusto si no pudo hacerlo de inicio, o para poder aspirar a cambiarse a ese pisito coqueto que le gustaba en el barrio en el que quería vivir unos años más tarde.
Quien no se meta esto en la cabeza lo va a pasar mal, muy mal. Claro, siempre tiene a mano la posibilidad de que le toque en suerte una de esas soluciones habitacionales de la ministra del ramo. Pero eso sólo si no tiene un sueldo digno, porque en ese caso hasta esa posibilidad le estará vedada.
En conclusión: ahorro, ahorro, ahorro. Hay que echar a un lado la pereza económica y ponerse en movimiento, con un plan preconcebido, con o sin apoyo de la pareja, si la hubiera (la pareja puede no durar toda la vida, la necesidad de un techo sí dura toda la vida) Y en cuanto se detecte en el mercado algo accesible, lanzarse sin dudarlo a la piscina, y seguir ahorrando.
Me divierte comprobar como pasa el tiempo y cada año los adivinos nos anuncian el Armageddon de los precios de la vivienda. Según algunas personas de las que mantienen dicha opinión, la burbuja estaba ya a punto de explotar en el año 99. Ya han pasado siete años y siguen diciendo lo mismo que en aquel año.
Es muy fácil plantearse el asunto de la vivienda, como casi todos los asuntos importantes de la vida, pero alguno ni se enteran ni se enterarán en toda su vida. Hay infinidad de gente que en estos momentos querría comprarse una vivienda y tras un sesudo análisis de la situación llega a la conclusión de que no puede. Entonces leen estas cosillas que algunos escriben en estos foros, así como algunos informes supuestamente técnicos, como los de algunos bancos ingleses, .... y creen ver la luz. Ah! Que dicen que los precios van a bajar. Entonces espero el momento adecuado y ya llegará mi oportunidad.
No se plantean que si hay infinidad de personas en esa situación eso quiere decir que la demanda es mucho más fuerte que la oferta. Ni se plantean que como consecuencia de la bolsa de inmi gración que aflorará cuando estos pagapensiones mejoren su situación personal, esa demanda crecerá aún mucho más. Parece que no ven a los pagapensiones hacinados en barrios depauperados, amontonados en habitaciones de seis en seis. Ni ven, por supuesto, que esos pagapensiones traerán a nuestro país a su familia a la primera oportunidad. Pero como siempre, no hay más ciego que el que no quiere ver.
Insisto en un concepto que tengo claro desde que empecé a trabajar, allá por el 85. El tiempo corre en contra de cualquier decisión económica importante que pueda tomar un ciudadano normal (un ciudadano normal es aquel que necesita su sueldo para solventar todas las vicisitudes de su vida, incluida la vivienda) En otras palabras: ayer era mejor día que hoy para empezar, y hoy es mejor día que mañana para empezar lo que sea. La pereza económica es el suicidio económico del individuo.
El análisis de la mayoría de los que piensan que no pueden tener acceso a una vivienda es erróneo desde la raíz. No pueden acceder a la vivienda a la que les gustaría acceder, pero pueden empezar a ahorrar para en cuatro o cinco años acceder a la primera vivienda que esté en el mercado y que puedan pagar mediante una hipoteca.
Como dice Belge, dentro de unos años veremos los efectos que ejercerá sobre el precio de la vivienda la presión migratoria. Ahora un porcentaje elevado de pagapensiones viven hacinados y es como si no existieran a los efectos del mercado de la vivienda, pero dentro unos años eso no será así, y quienes no se hayan preparado lo vivirán como la mayor tragedia económica de su vida. Tiempo al tiempo.
Van a subir los precios en todas las zonas, pero quien se plantea la compra de la primera vivienda de su vida no debe prepararse para poder acceder a comprar ese pisito coqueto en el barrio en el que le gustaría vivir, por la sencilla razón de que le va a resultar aún más inaccesible que hoy día. No, señores, el que se prepara para en unos añitos, mediante el ahorro, para comprar su primera vivienda, debe estar dispuesto a vivir donde pueda, en el piso que pueda, con las condiciones que pueda, comprando esa vivienda que hoy no le gusta pero tampoco está a su alcance a fecha de hoy. Y después de ese primer paso, deberá seguir ahorrando, para que en primer lugar la hipoteca le resulte más llevadera a cada año que pasa, y en segundo lugar para acondicionar su vivienda a su gusto si no pudo hacerlo de inicio, o para poder aspirar a cambiarse a ese pisito coqueto que le gustaba en el barrio en el que quería vivir unos años más tarde.
Quien no se meta esto en la cabeza lo va a pasar mal, muy mal. Claro, siempre tiene a mano la posibilidad de que le toque en suerte una de esas soluciones habitacionales de la ministra del ramo. Pero eso sólo si no tiene un sueldo digno, porque en ese caso hasta esa posibilidad le estará vedada.
En conclusión: ahorro, ahorro, ahorro. Hay que echar a un lado la pereza económica y ponerse en movimiento, con un plan preconcebido, con o sin apoyo de la pareja, si la hubiera (la pareja puede no durar toda la vida, la necesidad de un techo sí dura toda la vida) Y en cuanto se detecte en el mercado algo accesible, lanzarse sin dudarlo a la piscina, y seguir ahorrando.