Azerbaiyán toma el control de una ciudad estratégica del Alto Karabaj
Las autoridades del enclave poblado por armenios reconocen la perdida de Shushá mientras el Ejército de Bakú asedia a la capital
María R. Sahuquillo
Moscú -
09 nov 2020 - 17:46 GMT+1
Azerbaiyán ha tomado el control de Shushá, una ciudad estratégica para el control del
Alto Karabaj. En lo que puede marcar un punto clave en la sangrienta escalada bélica que cumple seis semanas, las fuerzas azerbaiyanas se acercan a Stepanakert, considerada capital
de facto del enclave en disputa. Soldados de Bakú libran intensos combates contra fuerzas karabajíes y de Ereván en los alrededores de la ciudad, de donde
han huido la mayoría de los civiles. En otro capítulo que podría suponer un giro en el conflicto, Rusia ha informado este lunes que que uno de sus helicópteros de combate, un MI-24, ha sido derribado con un misil en Armenia fuera de la zona de combate y cerca de la frontera con Azerbaiyán cuando acompañaba a un convoy a una base militar que Rusia opera en la ciudad armenia de Gyumri, según el el Ministerio de Defensa ruso. Dos de sus ocupantes han muerto y el tercero está herido.
Ya el domingo, el presidente de Azerbaiyán, Ilham Alíev, anunció que su Ejército se había hecho con el control de Shushá (Shushí para los armenios), aunque los armenios lo negaron y la batalla por el control de la ciudad continuó. Hasta este lunes, cuando las autoridades de Nagorno Karabaj han anunciado la pérdida de Shushá. La ciudad, a 11 kilómetros de Stepanakert rodeada de acantilados y a lo largo de la carretera principal que conecta el enclave con Armenia, es no solo culturalmente muy simbólica tanto para los azerbaiyanos como los armenios sino también militarmente muy valiosa por su orografía.
“Sigue una cadena de desgracias y la ciudad de Shushi ya no está bajo nuestro control. Deberíamos mantenernos unidos, ya que el enemigo está cerca de Stepanakert”, ha escrito en Facebook Vahram Poghosyan, portavoz del líder del enclave, reconocido como parte de Azerbaiyán por la comunidad internacional
pero poblado y controlado por armenios —con reclamos de autodeterminación— respaldados por Ereván. El primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, ha recalcado que no dan Shushá por perdida y que la batalla continúa. Mientras la batalla se calienta en el enclave del Cáucaso sur, casi una veintena de partidos de la oposición armenia han pedido la renuncia de Pashinián, a quien culpan de los problemas “político-militares” del país.
Tras el fracaso de
tres acuerdos de alto el fuego negociados internacionalmente desde que estalló esta última escalada en un conflicto que dura ya tres décadas, las esperanzas para lograr una solución diplomática se desvanecen. Reafirmado por el apoyo clave de Turquía —no solo diplomático sino también con la financiación, por ejemplo, de mercenarios, según varios servicios de inteligencia—, Azerbaiyán recalca que no parará hasta recuperar el control total del enclave que perdió en la guerra de los años noventa en la que murieron unas 30.000 personas.
Desde el inicio de esta última escalada en este largo conflicto han muerto unas 5.000 personas entre los dos bandos, según datos que maneja el presidente ruso, Vladímir pilinguin. El 90% de los civiles del Alto Karabaj (antes de esta escalada poblado por unas 150.000 personas) han abandonado sus hogares y se han desplazado a Armenia o a otros puntos más seguros del enclave. Rusia, que trata de mantener su hegemónica influencia en el Cáucaso frente al empuje de Turquía, tiene muy buenas relaciones con Azerbaiyán y un pacto de defensa con Armenia, pero ha recalcado que Nagorno Karabaj no entra dentro de su territorio. El Ministerio de Defensa ruso ha declarado que investigan quien ha derribado su helicóptero sobre el espacio aéreo armenio, en las cercanías de Yerasj, cerca del enclave azerbaiyano de Najicheván, un suceso que podría desencadenar algún tipo de participación más activa de Moscú.
Analsitas com Dmitri Trenin, del
think tank Carnegie en Moscú, observan muy de cerca la toma de Shushá. La guerra está llegando a un “punto decisivo”, dijo Trenin. “Rusia y Turquía están ultimando modalidades de alto el fuego, retirada armenia, corredores y fuerzas de paz. Se está sellando un nuevo orden regional”, escribió en Twitter.