dabrute
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Perogrullo, se mire como se mire.Sí, el reino de los Cielos está ya aquí
No por ello menos válido y útil.
Perogrullo, se mire como se mire.Sí, el reino de los Cielos está ya aquí
Dios me ha dado la conversión en esta Iglesia, con estos sacramentos, con esta liturgia. Solo tras un tiempo comencé a ser consciente del desastroso estado en que se encuentra, y lo mismo se puede afirmar de este poder temporal. En este entorno Dios se ha cruzado en mi camino. Pienso que esto que está ocurriendo es un anticipo de la caída final, como ha habido otros antes. Habrá un juicio y una restauración. No me corresponde a mi juzgar a la Iglesia, y por tanto, opto por hacer lo que Cristo enseña en la parábola de la higuera sin frutos. Yo he recibido la gracia de la conversión en este estado de cosas. Entregarlo al fuego supone caer en lo mismo que se nos muestra en Mateo 18,21-35, la parábola del deudor que no perdona.Lucas 13, 6-9
Les dijo esta parábola: «Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. Dijo entonces al viñador: “Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿para qué va a cansar la tierra?” Pero él le respondió: “Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas.”»
Ese es el principal motivo, no ser como ellos.Dime hermano, ¿realmente merece la pena ser un buen cristiano, en un mundo plagado de me gusta la fruta?
En el centro encontramos el Castillo, que tiene dos zonas: Templo y jovenlandesada. En la jovenlandesada reside la voluntad, el libre albedrío. Este libre albedrío da forma a la propia identidad mediante las criaturas que acoge en la jovenlandesada. Aquí se encuentra lo que el individuo ha asimilado a su propia identidad de entre las criaturas que ha encontrado en la Creación. Aquí estaba Eva cuando aun estaba en Adán, y por este motivo los seres humanos nos reconocemos como tales unos a otros. En el gran esquema de la Creación, todos estamos en la jovenlandesada de Adán. El problema es que esta jovenlandesada está sujeta a la muerte, que se consumará definitivamente en el Juicio Final. La jovenlandesada es la semejanza a Dios y la sede del don de la realeza humana.Génesis 1,26-28
Y dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen, como semejanza nuestra, y manden en los peces del mar y en las aves de los cielos, y en las bestias y en todas las fieras terrestres, y en todas las sierpes que serpean por la tierra. Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, macho y hembra los creó. Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios: «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra.»
La otra zona que encontramos en el Castillo es el Templo, que es el lugar del vínculo con Dios. Es la imagen de Dios en el ser humano, y la sede de los dones de sacerdocio y profecía. El oficio del sacerdocio consistiría en traer alguna criatura para presentarla ante Dios junto con alguna petición. Se ata y desata, se pide a Dios que modifique de algún modo a esta criatura, alterando su relación con el resto de las criaturas. El Rey gobierna desde su jovenlandesada sobre lo que le es dado, según los dones de que dispone. Cuando se encuentra con algo que supera sus fuerzas acude al Templo para pedir la intervención de Dios.Ageo 1,4
¿Es acaso para vosotros el momento de habitar en vuestras casas artesonadas, mientras esta Casa está en ruinas?
Amós 3,7
No, no hace nada el Señor Yahveh sin revelar su secreto a sus siervos los profetas.
La otra actividad que se desarrolla en el Templo es la de la amistad con Dios. El ser humano está hecho para tener amistad con aquél de quien es imagen. Lo que es parecido tiende a buscarse. Dios nos ha creado para que le busquemos. El Rey acude al templo para dar gracias a Dios por lo recibido, o simplemente para conversar con él. Vivir en presencia de Dios transforma la experiencia de la vida humana.Juan 15,15
No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
Una posible imagen accesible a todo el mundo sería la de la agradable sensación de la luz del sol sobre nuestra piel, cuando los días comienzan a cambiar tras un largo invierno. En el silencio luminoso del Templo, el Rey recibe espiritualmente ese calor suave de la mirada sonriente de Dios.Mateo 28,20
Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.
El mal siempre busca entrar, siendo el objetivo último la destrucción del Templo y la ocupación de la jovenlandesada. El pecado que se introduce abre una brecha en la muralla. Un pequeño mal espíritu que se instala en un anillo acaba abriendo camino por el que entran todos los demás.Génesis 4,7
A la puerta está el pecado acechando como fiera que te codicia, y a quien tienes que dominar.
En Cristo, Dios, reconstruye las murallas y las fortalece.Isaías 62,4-7
No se dirá de ti jamás «Abandonada», ni de tu tierra se dirá jamás «Desolada», sino que a ti se te llamará «Mi Complacencia», y a tu tierra, «Desposada». Porque Yahveh se complacerá en ti, y tu tierra será desposada. Porque como se casa joven con doncella, se casará contigo tu edificador, y con gozo de esposo por su novia se gozará por ti tu Dios. Sobre los muros de Jerusalén he apostado guardianes; ni en todo el día ni en toda la noche estarán callados. Los que hacéis que el Señor recuerde, no guardéis silencio. No le dejéis descansar, hasta que restablezca, hasta que trueque a Jerusalén en alabanza en la tierra.
Pero se nos advierte contra la recaída. Hay que tener cuidado con los malos espíritus que conocen las debilidades de las murallas.Mateo 12,43-45
«Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda vagando por lugares áridos en busca de reposo, pero no lo encuentra. Entonces dice: “Me volveré a mi casa, de donde salí.” Y al llegar la encuentra desocupada, barrida y en orden. Entonces va y toma consigo otros siete espíritus peores que él; entran y se instalan allí, y el final de aquel hombre viene a ser peor que el principio. Así le sucederá también a esta generación malvada.»
La muralla nos protege del poder del enemigo, y el enemigo hace lo posible para mantenerla llena de brechas para prolongar su dominio y obtener su tributo. El enemigo obtiene su poder de la expoliación de los dones de aquellos que ha sometido.Esdras 4,11-16
Esta es la copia de la carta que le enviaron: «Al rey Artajerjes, tus servidores, las gentes de Transeufratina, etc. Ha de saber el rey que los judíos que subieron de tu lado hacia nosotros y llegaron a Jerusalén están reconstruyendo esta ciudad rebelde y perversa; tratan de levantar las murallas, y ya han echado los cimientos. Sepa, pues, el rey, que si esta ciudad se reconstruye y se levantan sus murallas, no se pagarán más impuestos, contribución ni peaje, y al fin esta ciudad perjudicará a los reyes. Ahora bien, a nosotros, puesto que comemos la sal del palacio, nos resulta intolerable ver esta afrenta que se hace al rey; por eso enviamos al rey esta denuncia, para que se investigue en las Memorias de tus padres: en estas Memorias encontrarás y te enterarás de que esta ciudad es una ciudad rebelde, molesta para los reyes y las provincias, y que en ella se han fomentado insurrecciones desde antiguo. Por este motivo fue destruida esta ciudad. Nosotros informamos al rey que, si esta ciudad se reconstruye y se levantan sus murallas, bien pronto ya no tendrás más territorios en Transeufratina.»
Mateo 10,30
En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.
El Reino se expande mediante la acción de los cristianos, santos por llevar el nombre de Dios mediante el bautismo. Quien por su predicación y su ejemplo se convierte, acoge el Reino. Quien se opone, es destruido. Podemos mirar a nuestro alrededor y en nuestro interior. Esta sociedad está moribunda, y tantas personas se encuentran en desolación interior. Ha entrado el enemigo desde el Exterior, se ha introducido el humo de Satanás por alguna ventana que se ha abierto, y ha llegado en muchos casos a derribar el Templo en lo más profundo del ser humano. Quien quiera estar bien, tener vida en abundancia, que reconstruya el Templo y, con ayuda de Dios mediante los Sacramentos y la sana Doctrina, que expulse el mal del Castillo y la Ciudad, y que restaure las murallas.1 Corintios 3,16-17
¿No sabéis que sois santuario de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? Si alguno destruye el santuario de Dios, Dios le destruirá a él; porque el santuario de Dios es sagrado, y vosotros sois ese santuario.
Nos avisa de cuidar la relación vertical (con Dios a través del Templo) y no la horizontal (con el resto de la Creación a través del Campo y el Exterior).Mateo 16, 25-27
Porque quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará. Pues ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O ¿qué puede dar el hombre a cambio de su vida? Porque el Hijo del hombre ha de venir en la gloria de su Padre, con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.
Cristo trae la espada del Juicio que continuamente recorre la tierra para avanzar en el proceso de establecimiento del Reino.Mateo 10, 34-36
No penséis que he venido a traer paz a la tierra. No he venido a traer paz, sino espada. Sí, he venido a enfrentar al hombre con su padre, a la hija con su progenitora, a la nuera con su suegra; y enemigos de cada cual serán los que conviven con él.
Ese pasaje habla del juicio sobre lo edificado en el cimiento de Cristo. De manera más general, tenemos la enseñanza de la casa edificada sobre roca firme frente a la edificada sobre arena. También el enigmático "a quien tiene, se le dará, pero a quien no tiene, hasta lo que tiene le será arrebatado" (Mateo 13,12, Marcos 4,25). Cuando llega el tiempo de Dios designado para cada criatura, las murallas caen y todo es incendiado. Solo se preserva aquello que es de Dios. El mismo proceder del mal, que asalta las murallas para esclavizar al hombre natural que se ha extraviado, es instrumentalizado por Dios en Cristo para establecer el Reino de los Cielos. Así, las propias fuerzas del mal son puestas a trabajar en lo que finalmente las ha de consumir. Esto ocurre con la muerte, ciertamente, pero también de manera parcial a lo largo de cada vida humana y a lo largo del transcurrir de los siglos para dar forma a la Historia de modo que finalmente, solo quede en pie la obra de Dios probada por fuego.1 Corintios 3,11-15
Pues nadie puede poner otro cimiento que el ya puesto, Jesucristo. Y si uno construye sobre este cimiento con oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, paja, la obra de cada cual quedará al descubierto; la manifestará el Día, que ha de revelarse por el fuego. Y la calidad de la obra de cada cual, la probará el fuego. Aquél, cuya obra, construida sobre el cimiento, resista, recibirá la recompensa. Mas aquél, cuya obra quede abrasada, sufrirá el daño. El, no obstante, quedará a salvo, pero como quien pasa a través del fuego.