Radiopatio
Heaven or Las Vegas
radiopatio:el hombre
Martes, 8 de Abril 2014 21:01h
Un día más. Un día más he sido emplazado para una celebración encarnizada, primitiva, desesperanzada; una cruel batalla attentionwhore en la que, como cúpula del trueno, los combatientes se han de despedazar sin compasión. Fotos de cuerpos, cachos, canalillos, paquetes, piernas, hilos demigrantes, lanzamiento de ratones ópticos... pero esta vez no será lo mismo, no.
Por primera vez siento el auténtico miedo.
A mis espaldas mis discretos triunfos en la arena se vuelven insignificantes ante el desafío que supone enfrentarme una a una a temibles shemales ancestrales con poderes psíquicos que invocarán con sus oscuros encantos ejércitos de votos; regadas y agasajadas con hectolitros de fantas y demás bebidas azucaradas gaseosas aromatizadas que dejan las superficies pegajosas; y mucho me temo, querido amigo lector, que no saldré vivo de ésta. Hasta el juez de tan cruento espectáculo me ha elegido un ataud y me van dando condolencias allá por donde paso.
Creí triunfar una esa fotillo ante un espejo, ese domingo en el que me dije: bah, me voy a hacer una afoto y hago como que la difundo. Me veía como amo del mundo, conde de los cheetos, señor de los pinares de pinos piñoneros, y mañana seré pasto de los buitres y los gusanos. Me arrepiento de haber entrado en semejante espiral destructiva. Ahora me doy cuenta y va a comenzar a lloverme las jostias a racimos.
Soy un hombre solo, completamente solo, en un mundo de shemales pagafanteadas. El fin está cerca.
Este es mi testimonio y mi calvario. Una advertencia para generaciones venideras.
Cuidao pues.
Martes, 8 de Abril 2014 21:01h
Un día más. Un día más he sido emplazado para una celebración encarnizada, primitiva, desesperanzada; una cruel batalla attentionwhore en la que, como cúpula del trueno, los combatientes se han de despedazar sin compasión. Fotos de cuerpos, cachos, canalillos, paquetes, piernas, hilos demigrantes, lanzamiento de ratones ópticos... pero esta vez no será lo mismo, no.
Por primera vez siento el auténtico miedo.
A mis espaldas mis discretos triunfos en la arena se vuelven insignificantes ante el desafío que supone enfrentarme una a una a temibles shemales ancestrales con poderes psíquicos que invocarán con sus oscuros encantos ejércitos de votos; regadas y agasajadas con hectolitros de fantas y demás bebidas azucaradas gaseosas aromatizadas que dejan las superficies pegajosas; y mucho me temo, querido amigo lector, que no saldré vivo de ésta. Hasta el juez de tan cruento espectáculo me ha elegido un ataud y me van dando condolencias allá por donde paso.
Creí triunfar una esa fotillo ante un espejo, ese domingo en el que me dije: bah, me voy a hacer una afoto y hago como que la difundo. Me veía como amo del mundo, conde de los cheetos, señor de los pinares de pinos piñoneros, y mañana seré pasto de los buitres y los gusanos. Me arrepiento de haber entrado en semejante espiral destructiva. Ahora me doy cuenta y va a comenzar a lloverme las jostias a racimos.
Soy un hombre solo, completamente solo, en un mundo de shemales pagafanteadas. El fin está cerca.
Este es mi testimonio y mi calvario. Una advertencia para generaciones venideras.
Cuidao pues.
Última edición: