Las invasiones bárbaras fueron mucho peores que las destrucciones que directamente llevaban a cabo. Al interrumpir el comercio empobrecían las ciudades y liquidaban a las clases mercantiles burguesas, peor aún, arruinaban a los talleres no sólo de las ciudades que gobernaban, también las de otras provincias que con el encarecimiento del comercio o directamente su fin veían como sus productos no encontraban mercado. El desajuste fue enorme, y en parte explica esto:
Siglo I:
Siglo XII:
Sí, ya sé que el arte románico tiene valor por si mismo, que si hieratismo y majestuosidad, bla, bla, bla. LA PÉRDIDA DE CALIDAD ES TAN BRUTAL QUE HAY QUE ESTAR TAN LOBOTOMIZADO COMO UN ESTUDIANTE DE HISTORIA DEL ARTE PARA NO VERLA. Es el resultado de la destrucción de unos talleres y la ruina de otros. El Imperio funcionaba ya en la antigüedad a una escala industrial, los orfebres, los escultores, los obreros cualificados producían en una provincia determinada, especialidada en dos o tres productos, y las redes comerciales lo movían a las ciudades de todo el Imperio. Las invasiones bárbaras dislocaron la red comercial, se arruinaron los talleres, dejaron de atraer a nuevos aprendices y el conocimiento en muchísimas materias dejó de transmitirse Y SE PERDIÓ. Se tardaron MIL AÑOS, hasta el renacimiento, en recuperar en Europa Occidental el nivel romano. En algunas ramas de la ingeniería solo las obras del siglo XIX se equipararon por fin al nivel del antiguo Imperio.
Bizancio sobrevivió como pudo y más mal que bien muchos artistas y técnicos siguieron trasmitiendo su saber. Hagia Sophia todavía fue posible en el siglo VI.
Cuando los cruzados occidentales, acostumbrados a villorrios como París o Londres llegaron a Constantinopla en época de la primera cruzada, no podían creer lo que veían. Mismamente como si una ciudad de los elfos de Tolkien se desplegara ante ellos. La envidia y el resentimiento no lo podían esconder, y culminó en el desastre de la IV cruzada, que en lugar de ir a pelear contra los mahometanos acabó arrasando la misma Constantinopla.