Pero vamos a ver, las mafias son capaces de extorsionar a las familias de los menas y el estado no es capaz de localizar a esas familias y mandarles a sus hijos de vuelta?
Si en el País Vasco, y específicamente en Bilbao, tenemos un problema con los pagapensiones es porque tenemos los dirigentes políticos más fulastres del mundo.
Hay expertos en psicología que distinguen entre idiotas morales e fulastres morales, pero hace tiempo que para los ciudadanos del País Vasco esas sutilezas son superfluas.
No lo eran en la época del árbol y las nueces, en la que claramente se distinguía el mal del bien, pero se aprovechaba el mal para alcanzar ciertos fines. Esto, el ser capaz de pensar, pero hacer el mal, es lo que esos expertos de los que hablaba denominan idiocia moral.
El problema de la idiocia moral es que acaba con la fibra ética. Hacer el bien o el mal deja de provocar emociones, y si la inteligencia sin fibra moral, sin emociones, es peligrosa y puede llegar a ser destructiva, la poca falta de cultura, la nada intelectual más absoluta, sin la brújula de los sentimientos generados por el bien y el mal, es temeraria y puede llegar a ser apocalíptica.
Y en esas estamos aquí, con portentos como Urkullu o Aburto, que consideran que pactar con
sirios y
sorianos a la vez, traicionando a unos y a otros simutáneamente, es síntoma de gran inteligencia y que no puede tener consecuencias negativas, porque la palabra hay que cumplirla :
:, y que el el problemilla demográfico del País Vasco se puede resolver llenándolo de gente procedente de los peores estercoleros del mundo, sin ningún tipo de filtro ni control, porque ya ellos se encargarán de
vasquizarlos en una o dos generaciones.
Y si la vasquización de maketos trajo consigo una boyante industria con aeks, HABEs y demás pájaros, ¿qué riquezas no nos traerá la vasquización de subsaharianos, a los que además de darles idioma, hay que darles sustento a lo largo de una o dos generaciones?
En economía social líderes a ser vamos.
Y así estamos. En esto sería suficiente con no ser el destino final (que por clima y condiciones económicas no seríamos), pero nos hemos empeñado (se han empeñado por nosotros) en dar ayudas para que vengan (aunque el País Vasco sea un verdadero campo de sueños en la tierra, aquí, si no les pagas, no vienen... ni locos) y obviamente, vienen, y nos los traen de todas partes, ya que los queremos y en otros sitios lo que quieren es librarse de ellos.
