Más o menos, pero la técnica es mucho más simple.
Tienes a cientos de miles de idiotas que se ofenden por practicamente cualquier cosa.
En un momento dado algún petulante dice que tu marca (sea la que sea) es colonialista, machista, o lo que sea.
Tu, acosado por las criticas de gente que antes de Twitter lo que hacía era escribir cartas a los periódicos, decides CEDER.
"Bueno, parece que hay cientos de miles de personas pidiendo otro enfoque en mis productos... ehmmm... si no hacemos algo tal vez nos hagan un boicot, y bueno... Caroline rápido: ponme con los de marketing".
Así que decides hacer tu marca de bourbon, cuchillas de afeitar, comics, o lo que sea, ACORDE con lo que dicen LAS INSISTENTES VOCES DE LA POSTMODERNIDAD.
Haces tu anuncio, lo emites, y te encuentras que todos esos SJW (Social Justice Warriors) no sólo no compran tus nuevos producto, mas igualitarios, mas modernos, más chachis, si no que AUN ENCIMA, muchos de tus fielesclientes tradicionales te dan la espalda de forma furibunda (Y con razón)
¿Para que sirve ésto?
Pues para moldear los gustos de la gente, acabar con la reputación de empresas "tradicionales", o que sean asociadas con "lo antiguo" (lo masculino, lo clásico, lo paternal), y dejar gran parte del pastel para start-ups, empresas, y ramas blancas de las corporaciones que no solo no tienen personalidad, si no que todos sus potenciales consumdores pueden ser creados de un plumazo con que la famosa de turno diga "Me hago enemas de caca de la marca Nosequé".
Se trata de un juego de poder y atención