Opinion de soldados yankis e ingleses q niegan a ir a Irak

lector1

Madmaxista
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Muy buenas:

Dos soldados profesionales uno yanki y otro ingles q les han obligado a ir a Irak y han decidido irse de sus unidades. Las dos opiniones son muy interesantes:

Militares contra la guerra
Por Andrew Stone y Simon Assaf

Carl Webb, estadounidense, y George Solomou, británico, cuentan porqué se niegan a ir a la guerra de Irak.
Carl Webb

¿Por qué acusas al ejército estadounidense de llamarte a filas?

Yo me niego a ir a la guerra porque no creo que EEUU esté haciendo lo correcto. Creo que esta guerra no trata de liberar a la gente, sino de oprimirla. Es una guerra que se está librando por los beneficios.

¿Cuales son los antecedentes de tu relación con el ejército?

Vienen de muy lejos. En 1982, yo tenía 16 años y dejé la escuela. Mi progenitora me dijo, "Bueno, pues tendrás que encontrar un trabajo". Pero era muy difícil encontrar un trabajo entonces. Durante esa época me contactó un reclutador del ejército, que me convenció de que entrara en la reserva.

En 2001 volviste a alistarte en la Guardia Nacional. ¿Por qué?

Bueno, en 2001 la situación era similar a la de 1982. No tenía trabajo, me estaban amenazando con desahuciarme de mi casa y necesitaba dinero extra. Esto fue en agosto de 2001, y pensé "Ya hemos invadido a todos los que podíamos invadir", y de forma bastante pacífica para EEUU. Además, cerca de mi barrio había una unidad médica local. Así que, con el acuerdo de que me darían un extra por alistarme -que no fue mucho dinero-, firmé para tres años. Al mes siguiente ocurrió el 11 de septiembre. En julio de 2004 me llamaron a filas. Yo ya me estaba preparando para dejarlo, porque sólo me quedaba un mes de contrato. Y entonces me llamó mi sargento. Me dijo que tenía malas noticias: yo había sido uno de los soldados seleccionados para ir a Irak. Me quedé aturdido y conmocionado. Ya me había librado de muchas guerras, y pensaba "qué bien, una más". Creía que había conseguido acabar el contrato de tres años sin ver nada de acción.

Ahora tienes 38 años. ¿No es una edad un poco elevada para ser enviado al campo de batalla?

Creo que cuando a EEUU se le empezaron a acabar las topas regulares y empezaron a utilizar a los reservistas y a la Guardia Nacional, la edad media aumentó drásticamente -sobre todo en Irak. En el ejército regular, la mayoría de los soldados tienen entre 21 y 22 años. En la reserva y en la Guardia Nacional, las fuerzas son un poco mayores porque la mayor parte de nosotros somos veteranos del ejército que estamos al final de la veintena o el principio de la treintena.

¿Puedes explicarnos qué es el programa "stop-pérdidas"? Parece que a muchos reservistas y Guardias Nacionales no les hace mucha gracia.

El programa stop-pérdidas existe desde el año anterior a la primera guerra del Golfo Pérsico. Pero esta es la primera vez que lo han aplicado de forma tan generalizada a todos los ámbitos. Evita que las personas que están cumpliendo su servicio lo abandonen, incluso cuando ya ha terminado su contrato. Es un programa que extiende automáticamente el servicio más allá del contrato por el que uno se alistó.

¿Y es esto lo que están utilizando para mandarte a ti?

Sí. Cuando me llamaron sólo me quedaba un mes de servicio, y me dieron órdenes según las cuales iba a estar en Irak entre 18 y 24 meses.

Yo soy enfermero titulado, formo parte de una unidad médica -pero ahora me dicen que me han extendido el servicio y que me van a mandar a una unidad de combate.

Se les están acabando los soldados de combate en Irak, así que están obligando a los soldados que cumplen tareas de apoyo (cocineros, médicos y mecánicos) a entrar en unidades de combate. Y no hay duda de que eso a la gente no le hace ni pizca de gracia. La última vez que oí cifras dijeron que había unos 5.000 soldados que habían desertado del ejército. Esto no es mucho, si tenemos en cuenta que tenemos 750.000 soldados. Pero es que incluso los que están cumpliendo estas órdenes están descontentos.

¿Qué dijiste cuando recibiste las órdenes?

El primer día estuve conmocionado y no me lo quería creer. Me decía a mi mismo, "Esto es un error. Este fin de semana iré a la instrucción, hablaré con los de administración y lo aclararé." Pero antes de que llegara el fin de semana mandé un correo electrónico a una lista de distribución a la que pertenecía en mi ciudad de origen, Austin, en Texas. Hay una organización llamada "Austin contra la guerra" que mantiene un debate electrónico para protestar contra la guerra. Así que mandé el correo a la lista, en la que hay unos cuantos cientos de personas registradas, e inmediatamente me llamó uno de mis amigos, que resultó ser uno de los activistas anti-guerra más activos de Texas, y hablamos largamente sobre cuáles eran mis opciones.

Tenía básicamente tres. Podía obedecer, que es lo que algunas personas decían que era lo que tenía que hacer, porque era personal médico. Otra opción era abandonar el país. Como México está tan cerca de Texas, esta era la opción más probable. Pero ninguna de estas opciones me atraía. Mi amigo me preguntó si me había planteado solicitar la condición de objetor de conciencia, pero esto lo descarté porque soy ateo.

Hablé con una de mis sargentos y le pregunté cómo se solicitaba esta condición. Me dijo que se podía hacer siendo ateo. Así que decidí explorar esta opción.

Navegué por Internet y llamé a organizaciones que encontré. Encontré una en mi ciudad de origen, llamada "Opciones No Militares Para Ti". Algunos de sus miembros eran cuáqueros, que cuentan con una larga historia de antimilitarismo. Así que fui y recogí algunos materiales.

Según las normas, no hay que ser religioso. Dicen específicamente que la objeción no puede ser política. Pero no implica que uno tenga que ser necesariamente pacifista. Lo único que dicen las normas es que uno debe tener fuertes convicciones contrarias a la violencia organizada.

Su definición de "violencia organizada" dice que si alguien te está amenazando a ti o a tú familia, puedes defenderte. No hay que ser un pacifista estricto. Pero si te unes a un grupo y organizas algún tipo de disidencia o de agresión, entonces a eso lo llaman "violencia organizada". Previamente, mi amigo me había sugerido que hablara con otras personas que habían solicitado esta condición, para ver qué preguntas me harían. Dijo que me darían ejemplos, del tipo "Si vivieras en la época de la Segunda Guerra Mundial, ¿lucharías con las organizaciones clandestinas judías?". O, "Si fueras un esclavo durante la época de la esclavitud, ¿te habrías escapado y habrías luchado con el ejército de la Unión en contra de la Confederación?" La mayoría de gente respondería "Sí -si fuera un esclavo lucharía contra la esclavitud. Si los nazis me persiguieran me uniría a los judíos en la clandestinidad". Y, en este caso, la condición de objetor de conciencia se denegaría, porque eso es violencia organizada.

Tan pronto como se evaporó esta opción, empecé a considerar de nuevo abandonar el país.

Ahora te acusan de desertor, ¿verdad?

Sí. Una vez abandonas tu unidad, a las 24 horas te declaran "ASP" -ausente sin permiso. Entonces, después de un cierto tiempo (en mi caso fue una semana), el personal de la Guardia Nacional da por sentado que no tienes intención de volver y te consideran un desertor.

Si te entregaras, ¿qué ocurriría? ¿Irías a la guandoca?

Hablé con un abogado y me dijo que ahora mismo no están siendo muy duros con los soldados que son declarados ASP. Imagino que tienen miedo de la reacción que eso provocaría. Tendrían que gastar recursos para acorralar a estos 5.000 -obligándoles a ir a Irak o metiéndoles en la guandoca-, lo que me imagino que le daría muy mala publicidad al ejército. Así que sólo puedo suponer que esto es lo que están intentando evitar.

Por lo que sé, generalmente a los desertores les fusilan. Imagino que a ti no te van a acabar. Pero, si fueran a meterte en la guandoca, ¿qué tipo de sentencia te caería?

Por increíble que parezca, en teoría el ejército estadounidense aún contempla la pena de fin por lo que ellos llaman "deserción en tiempo de guerra". Creo que Jeremy Hinzman, que está en Canadá, ha presentado una solicitud de asilo y ha utilizado este hecho como parte de su argumento. Pero, como dices, aunque en los libros aún existe esta ley, no se ha utilizado desde la Segunda Guerra Mundial. Creo que la guerra es tan impopular que si tomaran una medida extrema como esta sólo conseguirían que la gente protestara aún más.

Así pues, ¿qué te espera?

Ya he decidido que huir del país no es la mejor opción para mí. No creo que vayan a ponerme contra una pared y fusilarme. El caso que ha recibido más publicidad en los últimos tiempos ha sido el del Sargento Mejía. Había estado en Irak durante un servicio, estaba en casa gracias a un permiso, se negó a volver y lo hizo público. Salió en60 Minutos, uno de los programas de televisión más famosos de EEUU. Le cayeron 12 meses en la guandoca. Así que creo que, en el peor de los casos, me enfrentaré a una sentencia similar, si y cuando me entregue -lo que, para mí, es mejor que pasar un año y medio en una zona de combate y mejor que el exilio permanente.

Como has dicho, soy mucho mayor que la media de los soldados. Y mi progenitora tiene 75 años. Si me exiliara, tendría que estar fuera 10 o 15 años. Ese es el tiempo que pasaron fuera los de la generación que se fue a Canadá en los años 60. No les dieron la amnistía hasta 1978. Algunos pasaron allí más de una década.

En base a tu experiencia militar general, ¿qué piensas de las torturas de Abu Ghraib y las recientes denuncias que implican a soldados británicos? ¿Es verdad, como afirman los gobiernos estadounidense y británico, que sólo se trata de las acciones de algunas manzanas podridas?

[Risas] No hay duda de que fueron el resultado de más que algunas manzanas podridas. Están utilizando a estos jóvenes como cabezas de turco para esconder una política que ha sido parte integrante de su estrategia militar. Intentaron hacer lo mismo durante la Guerra de Vietnam, cuando juzgaron al teniente Calley por la masacre de Mai Lai. Esta violencia contra los civiles era entonces algo habitual. Era una política no declarada. Desafortunadamente para ellos, con las nuevas tecnologías que tenemos, el tema ha llegado a los medios de comunicación.

¿Tu posición es una posición política, o está más relacionada con la forma en que el ejército trata a los reservistas y a los veteranos como tú?

Para mí es algo muy político. Mi caso es diferente al de otros soldados que han desertado, ya sea porque no han querido ir o porque piensan que el programa stop-pérdidas es ilegal. Lo que yo le digo a la gente es que incluso si este programa no existiera, incluso si el gobierno no estuviera utilizando ilegalmente a los reservistas y a los Guardias Nacionales retirados, como están haciendo, yo seguiría estando en contra de esta guerra. No creo que importe cual sea la categoría de servicio de cada uno -ya sea reservista, Guardia Nacional o soldado regular-, creo que todo el personal militar debería oponerse a luchar en esta guerra imperialista.
George Solomou

¿Puedes presentarte?

Provengo de una familia de pagapensiones. Mi padre abandonó Chipre debido al conflicto que hay allí. Esto fue a principios de los 60, cuando la tensión étnica entre los turcos chipriotas y los griegos chipriotas estaba en un momento álgido. Él era un griego chipriota, y tenía un muy buen amigo -un turco chipriota- que fue asesinado. Así que vino a Inglaterra y abrió su propio negocio, y yo nací aquí. Crecí en una familia muy chipriota, pero con una visión de la vida muy abierta. Me eduqué aquí y fui a la escuela de hostelería; después viajé por el mundo.

Siempre he apoyado al Partido Laborista. Vengo de una familia en la que todos hemos votado siempre al Partido Laborista -pero ya no. Sentimos que la actitud de Blair en relación con todo no ha respetado el sentido de nuestros votos.

¿Cómo acabaste en el Ejército Territorial?

Me alisté en 1999. Cuando estaba en la escuela, teníamos a una profesora de historia muy brillante -la Señora Williams- que nos enseñaba historia de Irlanda. Estudié a los "Black and Tans" y la Batalla de Boyne. Cuando era joven, no quería alistarme en el ejército británico porque pensaba que estábamos equivocados en lo que estábamos haciendo en Irlanda del Norte. Pero hace cinco años eso acabó, y pensé, "Ahora ya puedo alistarme en el Ejército Británico".

Durante los dos primeros años, me preocupaba que algún día me llamaran y tuviera que participar en un conflicto en el que no creyera. Porque yo sabía historia, la historia ha sido mi primer amor toda mi vida. Siempre me sentí inspirado por el personal médico de la Primera Guerra Mundial que denunció el genocidio contra los armenios.

Les dije a mis jefecillos del ejército que había ido a la manifestación de los dos millones de personas contra la guerra. Jamás les escondí mis opiniones políticas. Y ellos pasaron, y yo seguí con lo mío.

El 15 de febrero de 2003 fui a la manifestación con cinco soldados más, convencido de que era imposible que Blair nos llevara a la guerra. Fue la manifestación más grande de la historia -más grande que la de los Cartistas. Y todos sentíamos que era imposible que nos llevaran a la guerra. He sido miembro del Partido Laborista toda mi vida, y no podía ni siquiera contemplar la posibilidad de que nos llevaran a una guerra como esta, porque éramos tantas las personas de dentro del partido que lo teníamos clarísimo y que no creíamos en esta guerra. Y se lo habíamos dicho claramente a Blair.

En el pasado no participamos ni en Vietnam ni en ninguno de los otros conflictos idiotas en los que América disfruta metiéndose. Así que pensábamos que este sería otro caso en el que EEUU iría allí y haría lo suyo, y nosotros nos quedaríamos al margen pensando, "Vaya pandilla de... individuos escrupulosos". Pero no, Blair nos metió dentro, y todos nos quedamos pasmados.

A partir de entonces, me concentré en la realidad. ¿Era mejor irme o quedarme como testigo de la barbarie de la guerra? Si tenía que ir a la guerra, como mínimo podría contar la verdad, documentarla.

Creo que esta guerra marca un antes y un después -tanto o más que la Guerra de Vietnam- en la historia mundial. Porque esta guerra es la coletilla que le faltaba a la filosofía estadounidense de que pueden ir a cualquier lugar y hacerse con otro país para asegurar su acceso a los recursos -sobre todo el petróleo. En EEUU, todo se basa en el petróleo. Como son el 4% de la población mundial y controlan el 45% de la energía y los recursos del globo, no les cabe duda de que tienen que controlar todo lo que tenga petróleo.

Pero este es también su Talón de Aquiles. Si no consiguen lo que quieren, saben que su economía irá de mal en peor. Si nosotros, el movimiento anti-guerra, podemos darle la vuelta a esta situación, si no consiguen lo que quieren -el control de Irak-, creo que EEUU quedará en una posición muy difícil. Necesita más petróleo que cualquier otro país debido a las grandes distancias que cubre. Yo he trabajado en EEUU, y uno no puede ir a comprar el pan a pie -¡la tienda está a 300 kilómetros! Su sistema ferroviario es muy pobre. Así que necesitan petróleo barato para existir como país.

Si conseguimos parar la guerra y su sed de petróleo, quizás EEUU cambie de opinión y empiecen a ser un poco más éticos en sus políticas hacia el resto del mundo. O quizás no, y tengamos que enfrentarnos a una situación muy difícil durante los próximos dos años, en la que EEUU actúe como un bandido occidental tiránico y violento y vaya por el planeta atacando a todo el mundo sólo porque puede hacerlo.

¿Conoces a mucha personas que hayan ido a Irak?

Sí, y hablan de colas interminables de tanques de petróleo que salen del país, y de cómo tienen que proteger a todos y cada uno de ellos. Dicen que su mayor temor es encontrarse con soldados estadounidenses, porque no existe ninguna limitación a lo que pueden hacer con sus armas. Si conduces demasiado cerca de ellos por la noche y no te reconocen, te disparan. Dicen que son como una pandilla de lunáticos fanáticos del gatillo.

He conocido a otros soldados de unidades médicas que han quedado bastante traumatizados. Los estadounidenses dejaron caer una cantidad astronómica de toneladas de bombas durante la guerra. Robert McNamara fue uno de los pioneros de la estrategia militar estadounidense. Él decía que si se soltaban un cierto número de bombas sobre un pueblo, se podía calcular el daño y la fin causados. Es una ciencia antigua. Los estadounidenses saben cuál será el resultado de lanzar tal cantidad de toneladas de napalm, bombas racimo, etc. sobre Irak.

He conocido a soldados que estuvieron en los hospitales de campaña y tuvieron que rechazar a personas que se estaban muriendo. Las consecuencias que sufren son terribles. En cierto sentido, los estadounidenses lo hicieron a propósito. Permitieron que cientos de miles de personas murieran. En mi opinión, es un genocidio.

¿Los médicos del ejército recibieron la orden de rechazar a gente?

Las provisiones médicas tenían que guardarse para los soldados, y no había suficientes, así que las guardaron para la tropa. Muchas unidades médicas -el 50 o 70%- son personal de la sanidad pública que están en la reserva. Su instinto es el de preocuparse pase lo que pase. Pero les ordenan que pasen. Les fue muy difícil no atender a los miles de heridos que aparecían y hacían cola para que les curaran.

¿Cuándo decidiste que tenías que romper con todo esto?

Hace unos nueve meses, dos de mis colegas volvieron mutilados. A uno le había hecho volar por los aires una bomba colocada en el borde de una carretera. El otro había tenido un accidente que le ha dejado lisiado de por vida. Y pensé, "Esto es una locura, ¿qué hago? ¿dejo a mis camaradas?" Dentro de cualquier unidad del ejército, la camaradería es tan intensa que las ideas políticas de uno, por muy intensas que sean, pueden dejarse de lado. Cuando tienes frío, hambre y estás cansado, en la peor situación posible, si tu compañero hace una broma y los dos podéis reír... esta camaradería no se encuentra fácilmente en la vida civil. Es algo único y que se debe valorar como un tesoro. Napoleón lo llamaba esprit de corps. Lo entendía perfectamente. Julio César también. Él iba con sus hombres. No iba en caballo, como la mayoría de los generales de la época. Pero, políticamente, el ejército me estaba matando, y tenía que romper.

Hice mucho trabajo interior. Finalmente, hace un par de meses, fui a otra manifestación contra la guerra. Había estado pensando en la posibilidad de irme -quizás renunciando de la forma más fácil, yéndome sin más. El hecho de estar en la universidad me había dado un poco de libertad de acción, pero ya estaba acabando mis estudios. Me levanté en una reunión del movimiento anti-guerra y dije "¿Qué puedo hacer? Soy un soldado y no creo en lo que estoy haciendo". Me dieron información y personas a las que contactar.

Ahora mismo, en el Ejército Territorial hay muchos soldados -yo diría un 25%- que no creen en la guerra. Otro 25% probablemente no lo tenga claro, y esté esperando que no les toque ir.

Lo debatí con el movimiento, con la organización Familias de Militares Contra la Guerra, y decidimos hacerlo público. La razón principal por la que lo hice fue para que otras personas supieran que también podían hacerlo. El ejército se basa en una atmósfera de miedo, de miedo implícito. Todo tiene un orden, todo tiene que hacerse de una forma concreta, y cada uno hace lo que le dicen como se lo dicen. No hay espacio para la reflexión personal -hay que hacerlo y ya está. Para los soldados, es muy difícil romper este yugo, desarrollar una individualidad. Esto es lo que acabará con esta guerra. A los soldados se les hace ver la guerra de forma homogénea -y entonces van a Irak y ven que no es como les dijeron, y vuelven y reflexionan. Desde el movimiento por la paz, podemos llenar el vacío existente entre lo que dice el ejército y la experiencia real, y crear vínculos. Quizás no podamos convertir al primer soldado que veamos, pero podemos sembrar la primera semilla de duda en su mente, y la experiencia le demostrará que tenemos razón.

También expresaste públicamente tus opiniones cuando se hicieron públicas las fotos de las torturas por parte de soldados británicos. ¿Quieres comentar algo sobre este tema?

No forma parte de la filosofía militar del ejército británico, porque es un ejército muy pequeño que no tiene una fuerza arrolladora como el estadounidense. Tiene que hacer las cosas de forma diferente. Les hemos dicho claramente a los estadounidenses que para combatir de forma lógica hay que ponerse del lado de la población local, tratarla bien, destruir los símbolos del régimen opresor bajo el que han vivido. Les dijimos a los estadounidenses que destruyeran Abu Ghraib, pero decidieron mantenerla y utilizarla como anteriormente. Les dijimos que no utilizaran fuerzas demasiado fuertes en ciertas zonas, y ellos decidieron destruir Falujah. Nuestras formas de entender la guerra son totalmente diferentes -para nosotros es "suave, suave", y para ellos es "fuerzas arrolladoras, disparad a todo lo que se mueva, ya preguntareis después".

No tengo ninguna duda de que EEUU utiliza la tortura de forma sistemática. Su forma de hacer daño a esas personas es la misma en Afganistán, en todo Irak y en la Bahía de Guantánamo. Pero los soldados británicos son entrenados para no hacer eso. Cada año viene un capellán militar que nos enseña la ética de la guerra -la Convención de Ginebra, la Convención de La Haya, los juicios de Nuremberg, etc. El ejemplo clásico sobre porqué se obedecen estas normas es la Segunda Guerra Mundial. Los alemanes jamás les dieron cuartel a los rusos, así que los rusos jamás se rindieron porque sabían que iban a recibir un susto de todas formas.

No creo que sea algo sistemático en las fuerzas británicas. Es posible que el oficial les dijera a sus soldados que lo hicieran. Si eso es así, se esconderá, sin duda alguna.

¿Cómo ha respondido el Ejército Territorial a tu renuncia pública?

Han mantenido el silencio más absoluto. Creí que se pondrían en contacto conmigo, pero no lo ha hecho. Creo que esperan que se calme todo, que lo mío sea un episodio aislado. Están valorando cuantas personas que tengan dudas pueden hacer lo mismo que yo. Y ahí es donde nosotros, el movimiento contra la guerra, tenemos que actuar. El hecho de que un soldado se levante y diga que tiene derecho a expresarse libremente, a expresar estas opiniones, es importante. Como soldado, tengo el deber de cuestionar la legitimidad de una guerra. Si esta guerra debe tener lugar, debe ser democrática -legal, jovenlandesal y ética. Cuando el Partido Laborista llegó al poder, prometieron una "política exterior ética". Pero pronto echaron sus promesas a la sarama, para que desaparecieran para siempre.

Familias de Militares Contra la Guerra es una organización de personas afectadas directamente por la Guerra de Irak. Su página web es www.mfaw.org.uk



http://www.zmag.org/spanish/0505stone.htm
 
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