Suelo ver dos tipos diferenciados de gente en su treintena.
Aquellos que vienen de familia de funcionarios, conocen el cotarro, tienen contactos y buenos consejos, y saben de sobra la vidorra padre que supone pillar plaza de administrativo o profesor, con cero pasión por lo que hacen, pero con un futuro asegurado, no llegarán a langostas pero si podrían ser considerados langostinos.
Luego están aquella gente que procede de familias con mucha pasta y contactos con Bancos y consultorías, visten como gente de 40 desde los 25 y les encanta el postureo de hablar de cosas que no llegan a comprender.
Y luego están los pacomierdas, la mayoría de nosotros, los simples que nos creímos el cuento americano de que con esfuerzo y horas de trabajo podrias llegar a ser Patrick Bateman.
Los puedes ver en los centros financieros de cualquier ciudad mediana o grande, mnadas de pobres vistiendo corbata, fumando a los pies de castellana 89, torre Picasso y alrededores...con una mano en el bolsillo del traje y poniendo la cara de Clint Eastwood mientras dan una calada y creen que son parte de la "firma". Un espectáculo de la naturaleza de semejante calibre sólo comparable a las grandes manadas de zebras abrevando en el delta del Okavango.