Me recuerda a algo que vivi yo mismo el año pasado. Un dia estaba en mi casa sin mas y de repente sufri una extraña arritmia. Algo que duro solo unos segundos pero que me dio un susto de muerte, como si de repente el corazon se me paralizara y acto seguido se disparara a mil.
Me asuste tantisimo, que estando solo en casa, cogi el abrigo y me fui yo solo andando hasta el centro medico mas cercano. Al llegar habia una cola tremenda, con unos etnianos de hez en primera fila peleandose con la charo de la ventanilla.
A otras charitos que a veces cruzaban por alli, les pregunte si me podian ayudar, que tenia una urgencia, que tenia una arritmia y estaba preocupado. Me miraban y me decian que "me veian buena cara", que me esperara mi turno.
Cuando por fin me atiende la charo de la ventanilla a la media hora, se pone a descargar conmigo las frustraciones de todo lo que no tuvo bemoles de decirle a los etnianos. Le digo que he tenido una arritmia muy rara y que me he llevado un susto tremendo. Ni me escucha, y me mira con cara de tipica astuta charo comiendo hez y me dice que si pretendo que me pasen al medico porque me han dado un susto.
Me tiro 10 minutos peleando con la mujer que no me cae bien, porque directamente no me queria dejar pasar y me queria mandar ala fruta calle. Al final me siento amigablemente en el WC mientras pienso en los mil muertos de la fruta charo y le digo a gritos que me de un puñetero volante o entro yo mismo al sotano de las maquinas a que me atienda el que esta alli y que despues llamo a la policia para denunciarla. Me mira rumiando insultos con cara de asquisimo y me da el volante con malas formas.
Entre 15 minutos que tarde yo en llegar, y mas de 30 que estuve alli esperando sin que me hicieran ni puñetero caso y burlandose de mi.. perfectamente podria haber tenido un infarto y haberme desplomado alli mismo mientras me hacian discutir y no haberlo contado.
Es flipante la jodida fruta inutilidad que hay en este puñetero pais, en todos los ambitos y sentidos, en todo. Y lo peor es que callamos como pilinguis y les seguimos dejando que nos roben, maten y joroben la vida.