El hijo me decía de tenerlo desde el primer día que nos conocimos.
Por suerte jamás accedí. Implanteable para mi en la gran urbe, sometido a un fiero sector laboral, viviendo entre cemento, asfalto y humo. Hacinado en una celda (piso)...
Lo veía venir, evidentemente. No todo era trigo limpio.
Hubieron muchas idas y venidas, incluso lo dejamos durante algunos meses y volvimos.
A pesar de todo tuvimos vivencias interesantes y positivas. Pero predominaba una constante:
Actitud infantil, como si le debiera algo en todo momento.
Trataba de identificarse con influencers como Thalía. A veces miraba su Instagram junto con ella y leía frases tipo "controle a su hombre a base de abstinencia", o "el sesso es malo te hace crecer la concha", o esta otra que me hizo mucha gracia, "Toda mujer necesita 3 hombres: el financiador que le haga compras, el que la escucha y el guaperas que la empotra" (o algo así).
- He tomado coca, anoche en la disco. No me vas a decir nada?
- Y qué? Yo también tuve mi época. Adelante experimenta.
No se esperaba respuestas así, sino reprimendas paternales. Pocas veces le di ese placer.
Yo no soy victimista ni de los que creen que "me hacen" cosas, en todo caso "me las dejo hacer". Pero aún así la carga y derribo era constante, y me pasaba factura evidentemente.
Pero en el fondo le estoy agradecido, porque aunque posiblemente sobrara algún año de relación, me ha hecho evolucionar.