la mala entrada en la CEE
Vamos a ver... que no son necesariamente planes trazados en la fortaleza del villano. Las cosas no van así. Pero si que hay unas cosas que se sabían:
-La UE no iba a poder toamr forma real hasta una unión política, con cesión de soberanía supraterritorial.
-Por lo tanto, era necesaria una crisis, que seguramente desde 1995 (Final de la crisis de los 90) se sabía que rasgos generales tendría.
-Una vez asoma el Euro, nuestros dirigentes ven que pueden continuar con el ladrillo... ¡Y de que manera!
-Se dio crédito a sabiendas de que si se abusaba, pasaría lo que pasaría, en el contexto de crisis mundial que se avecinaba. A la vez, para nuestros gobernantes fue un caramelo irresistible: se iban a forrar. Los alemanes sencillamente dieron cuerda, para ahogarnos con ella.
Andar por los extremos tiene que se dicen tonterías, como achacar nuestra ruina exclusivamente a nosotros. El otro extremo es echar la culpa al eje franco-alemán.
Cuando entramos en la CEE, lo hicimos en muy malas condiciones. El pacto consistía básicamente en que desmantelábamos nuestra industria, ganadería y agricultura a cambio de los fondos europeos y, sobre todo, de cambiar nuestro modelo económico de forma que nos convirtiésemos en la Florida de Europa. Esencialmente, ser compradores de sus productos y renunciar a competir con su industria. Y es que la dictadura de Franco había dejado una industria respetable - no del nivel centroeuropeo - que, pese a sus taras, reconversión mediante, podía ser el embrión de algo que sí pudiese competir de tú a tú con las grandes allén de los Pirineos.
¿Eran esos políticos que firmaron el tratado de adhesión a la CEE nuestros represententes? Nominalmente sí, en la práctica, no: todos estaban a sueldo de París y Berlín, y muy probablemente esa alianza venga de cuando el asesinato de Carrero Blanco.
[Hay que ser muy ingenuo para creer que un grupo terrorista perseguido las fuerzas policiales del estado, y ya de aquella infiltrado, puede dedicar cerca de año y medio a cavar un túnel en una céntrica calle de Madrid sin que los responsables de las fuerzas de seguridad no cayesen en la cuenta. No, ese mirar hacia otro lado tuvo que ser a cambio de algo.]
Así que de darnos una oportunidad de formar parte del
core, nada de nada.
Ciertamente, la culpa la tiene también el español de a pie, por haberse dejado engañar, por pueblerino, por cateto y por confundir avaricia y picaresca con industria. Que en estos foros de Dios no tenemos información privilegiada, sólo un poco de sentido común y la voluntad de no dejarnos engañar.