p52lejur
Madmaxista
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"En cuanto se reunían y ordenaban todas las correcciones que había sido necesario introducir en un número determinado del Times, ese número volvía a ser impreso, el ejemplar primitivo se destruía y el ejemplar corregido ocupaba su puesto en el archivo. Este proceso de continua alteración no se aplicaba sólo a los periódicos, sino a los libros, revistas, ***etos, carteles, programas, películas, bandas sonoras, historietas para niños, fotografías..., es decir, a toda clase de documentación o literatura que pudiera tener algún significado político o ideológico. Diariamente y casi minuto por minuto, el pasado era puesto al día. De este modo, todas las predicciones hechas por el Partido resultaban acertadas según prueba documental. Toda la historia se convertía así en un palimpsesto, raspado y vuelto a escribir con toda la frecuencia necesaria. En ningún caso habría sido posible demostrar la existencia de una falsificación. La sección más nutrida del Departamento de Registro, mucho mayor que aquella donde trabajaba Winston, se componía sencillamente de personas cuyo deber era recoger todos los ejemplares de libros, diarios y otros documentos que se hubieran quedado atrasados y tuvieran que ser destruidos. Un número del Tiwes que -a causa de cambios en la política exterior o de profecías equivocadas hechas por el Gran Hermano- hubiera tenido que ser escrito de nuevo una
docena de veces, seguía estando en los archivos con su fecha original y no existía ningún otro ejemplar para contradecirlo. También los libros eran recogidos y reescritos muchas veces y cuando se volvían a editar no
se confesaba que se hubiera introducido modificación alguna. Incluso las instrucciones escritas que recibía Winston y que él hacía desaparecer invariablemente en cuanto se enteraba de su contenido, nunca daban a entender ni remotamente que se estuviera cometiendo una falsificación. Sólo se referían a erratas de imprenta o a citas equivocadas que era necesario poner bien en interés de la verdad."
"1984" George Orwell
docena de veces, seguía estando en los archivos con su fecha original y no existía ningún otro ejemplar para contradecirlo. También los libros eran recogidos y reescritos muchas veces y cuando se volvían a editar no
se confesaba que se hubiera introducido modificación alguna. Incluso las instrucciones escritas que recibía Winston y que él hacía desaparecer invariablemente en cuanto se enteraba de su contenido, nunca daban a entender ni remotamente que se estuviera cometiendo una falsificación. Sólo se referían a erratas de imprenta o a citas equivocadas que era necesario poner bien en interés de la verdad."
"1984" George Orwell