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Sí, pelmas de los narices: me descuartizarán, me pegarán un balazo en la cabeza, me robarán hasta las tripas, me mutilarán las extremidades... Pero en un día estaré tomando el sol en la playa (os podeis imaginar adónde voy).
Pero prefiero eso a pasar un día más en este puñetero PAÍS, de este PINCHE CONTINENTE de cosa.
Me voy con ganas casi de vomitar. Ahora mismo, tengo más rechazo a mi DNI que un indepe con su lazo amarillo.
Hoy tuve que ir a una oficina de la Seguridad Social (hacía años que no iba) y estaba sitiada. En estado de abandono y cerrada bajo llave, a oscuras. Los funcionarios ahí dentro encerrados como si estuviesen fabricando droja y sin manera alguna de poder comunicarse con ninguno de ellos. Necesitaba renovar mi certificado digital/Cl@ave/DNI electrónico antes de irme y no será posible.
Probé en una oficina del Servei D'Ocupació y lo mismo: el segurata de la puerta me impide pasar y me dice que tengo que pedir cita previa metiéndome en Google a las DOCE LA NOCHE porque los servidores de noche se replican y... No sé qué fruta historia me estaba soltando. Ahí me puse agresivo y le dije que no me tomase el pelo y me atendiesen presencialmente. "Ej que son las normas caballero". Clásico español: estulto, con un cociente intelectual de pajarito, sin personalidad, sin energía para vocalizar, sin carisma. Un replicante me gusta la fruta. Le pedía una solución y su cerebro de mosquito hacía reset y volvía al punto inicial.
Le exigí que hablase con la directora del centro si hacía falta, y el muy hijo de la gran fruta se mete adentro, agarra un papel, se pasea caminando como un disminuido psíquico leve (realmente caminaba como si tuviese un 2% de batería) y, después de dar varias vueltas por la oficina (todo esto delante de mí, como si se pensase que no le estaba viendo), viene a mí a los CINCO MINUTOS y me entrega una hoja de reclamaciones, diciendo que es "lo que le había dado la directora".
Acabé insultando al segurata delante de todo el mundo (me miraban los de dentro de la oficina y los de la calle) diciendo que son todos unos corruptos y que la directora de la oficina es una hija de fruta corrupta. A gritos. El segurata ignorándome y atendiendo a otros estultoes que sí habían pasado por el aro de meterse en Google a las doce de la noche para obtener una cita previa.
A esto le sumo que la Policía Nacional me desnudó y me torturó hasta casi matarme hace unos meses (me detuvieron por negarme a darles mi DNI al negarme a ponerme el cubreboca en un tren de cercanías), que la abogada de oficio que me asignaron me trató como a un malo en serie (la hija de fruta casi se ríe al contarle lo del calabozo) y que la juez ni se inmutó al contarle lo sucedido.
Y ni menciono lo desquiciado que se volvió todo el mundo a mi alrededor. Gente sin ganas de vivir, sumisa, estulta, sin sentido común, sin ganas de cuestionarse absolutamente nada, sin metas en la vida, sin gloria. Y encogiéndose de hombros delante de todas las fechorías de la mafia criminal del PSOE. Como si no pasase nada.
La España de antes de 2001 ya no existe. Ya no existen las viejas canciones de Luz Casal o La Unión, ni los chicles Boomer de un duro, no existen más los vinilos de Peret y Castells, no existe 'El gran juego de la oca', ni los JJOO de 1992, ni la portada de Interviú de Mar Flores y Lequio, ni las comedias de Manolo Gómez Pereira, ni las chaquetas con hombreras, ni el Pryca, ni La Unión, ni Retevisión, ni Quiero TV, ni el prono codificado, ni la época dorada de Canal Plus, ni Camilo José Cela hablando con Gurruchaga de su capacidad de absorción rectal... Ese país no existe más. Se fue. Chau.
Desconozco si la realidad era la anterior, o la realidad es esta. Ya es tarde para preguntarme si antes vivíamos ignorantes de espaldas a la vida real. No sé si esto es la vida real. Ya no me interesa.
Estos meses en España fueron una auténtica pesadilla. Me sentí como dentro de 'Nothing but trouble' de John Candy y Chevy Chase, donde unos amigos se pierden en la carretera y acaban en un pueblo donde el alcalde es el juez y está como una cabra, donde todo es macabro, siniestro y un lugar del que todos desean escapar:
En México tendré que sobornar funcionarios, aprender a vacilar en la cultura de las intenciones ocultas, lidiar con las mismas estupideces que en España y esperar dos o tres horas a que pase un autobús en pleno centro de una ciudad.
Pero pagaré 52 € para tener mi licencia de conducir, me compraré mi Ford Bronco de 6.000 €, quemaré gasolina barata para irme a Acapulco escuchando a Vicente Fernández a todo volumen con mis gafas de sol y mi gorra, comeré puras tortas y me tumbaré en el sofá a ver El Canal De Las Estrellas mientras en Madrid las feministas y los trans se pelean por un plato de harina de escarabajo.
Salga bien o salga mal, esta es mi apuesta. Ya nada me importa.
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1ª actualización a dos horas de abrir el hilo.
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Bueno. Actualización en vivo y en directo.
Estoy en un albergue en Barcelona y mi compañero de la cama de al lado es un marinero italiano. Me dice que si me interesa trabajar en un barco de lujo en Florida, que tiene un buen amigo que es capitán. Le digo que me encantaría, pero le digo, en voz baja, que no puedo entrar a EEUU. ¿Por qué?-Me pregunta. Porque no estoy medicado, le respondo.
Resulta que este italiano tampoco está medicado, que está hasta los narices de no poder ir a EEUU, que espera que le den una patada a Biden, que le encanta Trump, es mussolinista, admira a Meloni y ni dudo que votó a Berlusconi. Y detesta esta sociedad. Debe ser usuario de Burbuja. Menudo pleno al quince. Tres días durmiendo al lado y me entero ahora de esto.
¡Es como si se me hubiese aparecido la Virgen!
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11 de marzo. Sábado. 10h en Cancún
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Pájaros tropicales. Sonidos de vehículos quemando motor. Palmeras cocoteras. Sol. Cielo azul.
Tengo varias respuestas en Burbuja por responder pero estoy en otra dimensión.
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18 de marzo. Sábado. 22h en Cancún
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Tiroteo en supermercado Chedraui. Un tipo es baleado delante de su hijo, en hora punta.
Pero prefiero eso a pasar un día más en este puñetero PAÍS, de este PINCHE CONTINENTE de cosa.
Me voy con ganas casi de vomitar. Ahora mismo, tengo más rechazo a mi DNI que un indepe con su lazo amarillo.
Hoy tuve que ir a una oficina de la Seguridad Social (hacía años que no iba) y estaba sitiada. En estado de abandono y cerrada bajo llave, a oscuras. Los funcionarios ahí dentro encerrados como si estuviesen fabricando droja y sin manera alguna de poder comunicarse con ninguno de ellos. Necesitaba renovar mi certificado digital/Cl@ave/DNI electrónico antes de irme y no será posible.
Probé en una oficina del Servei D'Ocupació y lo mismo: el segurata de la puerta me impide pasar y me dice que tengo que pedir cita previa metiéndome en Google a las DOCE LA NOCHE porque los servidores de noche se replican y... No sé qué fruta historia me estaba soltando. Ahí me puse agresivo y le dije que no me tomase el pelo y me atendiesen presencialmente. "Ej que son las normas caballero". Clásico español: estulto, con un cociente intelectual de pajarito, sin personalidad, sin energía para vocalizar, sin carisma. Un replicante me gusta la fruta. Le pedía una solución y su cerebro de mosquito hacía reset y volvía al punto inicial.
Le exigí que hablase con la directora del centro si hacía falta, y el muy hijo de la gran fruta se mete adentro, agarra un papel, se pasea caminando como un disminuido psíquico leve (realmente caminaba como si tuviese un 2% de batería) y, después de dar varias vueltas por la oficina (todo esto delante de mí, como si se pensase que no le estaba viendo), viene a mí a los CINCO MINUTOS y me entrega una hoja de reclamaciones, diciendo que es "lo que le había dado la directora".
Acabé insultando al segurata delante de todo el mundo (me miraban los de dentro de la oficina y los de la calle) diciendo que son todos unos corruptos y que la directora de la oficina es una hija de fruta corrupta. A gritos. El segurata ignorándome y atendiendo a otros estultoes que sí habían pasado por el aro de meterse en Google a las doce de la noche para obtener una cita previa.
A esto le sumo que la Policía Nacional me desnudó y me torturó hasta casi matarme hace unos meses (me detuvieron por negarme a darles mi DNI al negarme a ponerme el cubreboca en un tren de cercanías), que la abogada de oficio que me asignaron me trató como a un malo en serie (la hija de fruta casi se ríe al contarle lo del calabozo) y que la juez ni se inmutó al contarle lo sucedido.
Y ni menciono lo desquiciado que se volvió todo el mundo a mi alrededor. Gente sin ganas de vivir, sumisa, estulta, sin sentido común, sin ganas de cuestionarse absolutamente nada, sin metas en la vida, sin gloria. Y encogiéndose de hombros delante de todas las fechorías de la mafia criminal del PSOE. Como si no pasase nada.
La España de antes de 2001 ya no existe. Ya no existen las viejas canciones de Luz Casal o La Unión, ni los chicles Boomer de un duro, no existen más los vinilos de Peret y Castells, no existe 'El gran juego de la oca', ni los JJOO de 1992, ni la portada de Interviú de Mar Flores y Lequio, ni las comedias de Manolo Gómez Pereira, ni las chaquetas con hombreras, ni el Pryca, ni La Unión, ni Retevisión, ni Quiero TV, ni el prono codificado, ni la época dorada de Canal Plus, ni Camilo José Cela hablando con Gurruchaga de su capacidad de absorción rectal... Ese país no existe más. Se fue. Chau.
Desconozco si la realidad era la anterior, o la realidad es esta. Ya es tarde para preguntarme si antes vivíamos ignorantes de espaldas a la vida real. No sé si esto es la vida real. Ya no me interesa.
Estos meses en España fueron una auténtica pesadilla. Me sentí como dentro de 'Nothing but trouble' de John Candy y Chevy Chase, donde unos amigos se pierden en la carretera y acaban en un pueblo donde el alcalde es el juez y está como una cabra, donde todo es macabro, siniestro y un lugar del que todos desean escapar:
En México tendré que sobornar funcionarios, aprender a vacilar en la cultura de las intenciones ocultas, lidiar con las mismas estupideces que en España y esperar dos o tres horas a que pase un autobús en pleno centro de una ciudad.
Pero pagaré 52 € para tener mi licencia de conducir, me compraré mi Ford Bronco de 6.000 €, quemaré gasolina barata para irme a Acapulco escuchando a Vicente Fernández a todo volumen con mis gafas de sol y mi gorra, comeré puras tortas y me tumbaré en el sofá a ver El Canal De Las Estrellas mientras en Madrid las feministas y los trans se pelean por un plato de harina de escarabajo.
Salga bien o salga mal, esta es mi apuesta. Ya nada me importa.
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1ª actualización a dos horas de abrir el hilo.
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Bueno. Actualización en vivo y en directo.
Estoy en un albergue en Barcelona y mi compañero de la cama de al lado es un marinero italiano. Me dice que si me interesa trabajar en un barco de lujo en Florida, que tiene un buen amigo que es capitán. Le digo que me encantaría, pero le digo, en voz baja, que no puedo entrar a EEUU. ¿Por qué?-Me pregunta. Porque no estoy medicado, le respondo.
Resulta que este italiano tampoco está medicado, que está hasta los narices de no poder ir a EEUU, que espera que le den una patada a Biden, que le encanta Trump, es mussolinista, admira a Meloni y ni dudo que votó a Berlusconi. Y detesta esta sociedad. Debe ser usuario de Burbuja. Menudo pleno al quince. Tres días durmiendo al lado y me entero ahora de esto.
¡Es como si se me hubiese aparecido la Virgen!
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11 de marzo. Sábado. 10h en Cancún
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Pájaros tropicales. Sonidos de vehículos quemando motor. Palmeras cocoteras. Sol. Cielo azul.
Tengo varias respuestas en Burbuja por responder pero estoy en otra dimensión.
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18 de marzo. Sábado. 22h en Cancún
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Tiroteo en supermercado Chedraui. Un tipo es baleado delante de su hijo, en hora punta.
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