¡Al fin la izquierda indefinida toma la calle!
Judío, oscuro, indio, mujer, lgtb
Los emboscados progresistas que pensaban exiliarse si ganaba la ¿derecha? Lo iban a hacer ¿saben donde?. Por supuesto a Estados Unidos de Bush. Of course. No estaba en sus planes Irán
Domingo 18 de enero de 2009, por Antonio Nadal
Parte de los convocantes de la manifestación de Málaga, en sus adorados sueños del paraíso, no sobrevirían, ni siquiera físicamente, en los terribles modelos políticos que exigen; las mujeres irían con las caras tapadas en el fondo de la manifestación, separadas de los hombres, los intelectules subvencionados hace años que habrían huido a Occidente; el Partido Comunista, habría sido ilegalizado y fusilados sus miembros. Los socialdemócratas... no. No... ellos para no abandonar el poder se habrían colocado el turbante. Al fin y al cabo el placer voluptuoso del poder es una categoría universal
La socialdemocracia (el socialfascismo) quiere aliarse con el Islam para destruir a los judíos.
La historia de la evanescente sociedad marcada por la más irresponsable de la dirección política en décadas, al menos, ha salvado algunos estereotipos de la historia maldita. En la desordenada, confusa y malvada política de la Superioridad Moral dirigido por un tipo del que la Historia, pasado el peligro del abismo, borrara como las traumas alivian a la memoria, la persecución del judío se ha convertido en una distinguida cacería, como los británicos con el zorro (que no astuta), como las monterías de los oligarcas socialdemócratas (Borbón incluido), en la deformación consciente en algunos, bruta y torpe en casi todos, de la oculta pasión por el Holocausto: dar de baja de la suscripción de la vida al judío. ¡Perro judío! Todavía resuenan en los oídos de la niñez española. ¡Estas haciendo el indio!...
Las imagenes, terribles, peligrosísimas, vividas en Málaga y en toda España, en los últimos días, tendrán que explicarlas posiblemente a nadie (el pueblo andaluz y seguramente el español, los votara de nuevo), pero sus efectos serán duraderos y ya no son imperceptibles.
Muchos malagueños que asistían al partido de baloncesto del aristrocatico y socialista Unicaja (el pueblo es del Málaga de fútbol... ¿A qué no irían los progresistas islamistas a la Rosaleda con las mismas cantinelas que al baloncesto? ¡A que no!) contra el Maccabí, salieron fuertemente impresionados de la ferocidad, de las escenas de repruebo, de las caras trasmutadas de la guerra, del frenesí de la violencia. Llegaban los días de la victoria islamista en Málaga... Yo había visto escenas similares en las televisiones rumanas en actividades deportivas del Estado de Israel en Turquía (el aliado de Zapatero en la Alianza de Civilizaciones).
Después, en los todavía abiertos paseos al mar y la libertad de Málaga, vino una manifestación. Encabezaba la dirección del PSOE, con el pañuelo palestino, intelectuales subvencionados, que al ser poco conocidos, la prensa no se ocupó nombrarlos, y la inefable Izquierda Unida, haciendo el trabajo sucio a los socialistas... la calle volvió a los rostros desencajados. Como antes de los Reyes Católicos. Los espacios fueron capturados por la zafiedad de la mentira, con el slogan del Holocausto, y la brutalidad de lo presentido.
¡Al fin la izquierda indefinida toma la calle! ¿A costa de qué? Mientras tengan guerras deseadas y manipulables ni habrá paro, ni colas de hambre, ni los personas de color presagios que se avecinan. Y sobre todo... sobre todo, le han entregado, como una claudicación sin principios, la dirección de la política a los islamistas y comienza a trascender el miedo... ¿qué pasara si alguno identificado como no islamista es sorprendido por una turbamulta de progresistas islamistas en la calle, en la universidad, en Internet, en su casa? ¿Estará el PSOE para garantizar su seguridad?
Les propongo a la Superioridad Moral que caminen sin zapatos, o con alguno en la mano... nos los pueden arrojar a la cara a los que no entramos por la política del burka, a quienes luchamos contra la separación de hombres y mujeres, contra la persecución de los gayses y lesbianas, contra los regímenes teocráticos, contra la pena de muerte, contra la horca o al corte de manos por el robo. Claro que los emboscados progresistas que pensaban exiliarse si ganaba la ¿derecha? Lo iban a hacer ¿saben donde?. Por supuesto a Estados Unidos de Bush. Of course. No estaba en sus planes Irán.
Parte de los convocantes de la manifestación de Málaga, en sus adorados sueños del paraíso, no sobrevirían, ni siquiera físicamente, en los terribles modelos políticos que exigen; las mujeres irían con las caras tapadas en el fondo de la manifestación, separadas de los hombres, los intelectules subvencionados hace años que habrían huido a Occidente; el Partido Comunista, habría sido ilegalizado y fusilados sus miembros.
Los socialdemócratas... no. No... ellos para no abandonar el poder se habrían colocado el turbante. Al fin y al cabo el placer voluptuoso del poder es una categoría universal.
Pero la pregunta debe ser contestada: SE VA SEGUIR ENTREGANDO LA CALLE A LOS ISLAMISTAS.
No hay respuesta. Sin islamistas ya no tienen ni convocatoria, ni espacio. Perdieron la calle. Con los islamistas en las rutas del paseo o la compra perdemos todos. Ellos, los progresistas, pueden acompañar a sus mujeres para que no vayan solas como los talibanes... ¿Qué hacemos los demás?
