1.- Si, sólo hablo por mí. Esto se sobreentiende. Cuando se utiliza el plural a menudo es figura retórica.
2. - A mi nunca me ha pegado nadie. Pero he sido testigo de hechos de esta clase a profesores, si eran de colegio público o caro, o tal o cual, no entro, eran profesores y se tenían que comportar como tales. Tambien los he tenido magníficos.
3.-No creo haber hecho ninguna referencia a las oleadas migratorias.
4.- La titulitis y las apariencias del nivel de vida, no es realmente a mi modo de ver una exigencia, se vive como tal y se escoge vivir de apariencias. Un oficio puede ser satisfactorio y un viaje a la Alcarria tambien. Yo no me siento menos que nadie por no haber hecho viajes largos cada año.
5. - Si, supongo que divago. En un foro, cuando se opina hay quien divaga a veces, otros sientan cátedra, otros se lo toman al pie de la letra, hay quien se ofende, etc. Supongo que tengo derecho a divagar un poco.
6.- Todo esto de las exigencias que lleva vivir en la sociedad actual tambien lo sé. La cuestión es si algunos realmente lo saben y toman decisiones al respecto. Eso de que es "obligatorio" hacer ciertas cosas para "ser alguien" no es cierto. No necesito ir a Bali ni tener tres licenciaturas para que me respeten. Me basto yo sola. La titulación no me garantizará a la larga una estabilidad laboral, la capacidad y el talento, si.
Saludos
Pues bienvenida al club de divagadores, ya somos más reconociendo que cada uno somos de nuestra madre, nuestro padre y nuestra única patria verdadera: la infancia; y que comparando recuerdos intransferibles o sumando puntos de vista y sentimientos, podemos evitar las barreras propias detrás de las que solemos atrincherarnos.
No olvidar que casi siempre, y casi todos, vemos al resto desde un solo lado de la barrera. Y que es óptica sesgada.
El sentido último e íntimo de la palabra 'pobreza' tiene infinitos matices, pero sobre todo, para mí, está intimamente ligado a las carencias emocionales y educacionales de los primeros años de vida.
La consciencia de cualquier clase de pobrezas se empieza a apreciar a partir de los sentimientos de frustración o carencia, y por encima de todo, lo que hacemos es comparar de forma mecánica cuando no estamos pertrechados emocionalmente desde muy pequeños. Eso quita seguridad y produce angustias tempranas imposibles de intelectualizar.
En fin, que la felicidad o bien 'estar' -con uno mismo proyectando sobre el resto-, para todos, es la certeza de que 'eso' existe.
Si los seres humanos sabemos lo que buscamos o lo que queremos hallar (ese bien 'estar' primero sentido y aprendido -muy baratito-), es más difícil que nos pasemos la vida colgados de las ensoñaciones absurdas que nos ofrece el consumismo atroz que ha propiciado el tristísimo (y poco culto) espectáculo de ''riqueza'' de estos últimos años.
Yo fuí a contracorriente, podía económicamente, y me pareció oportuno aprovechar la bonanza que tuvo la sociedad en la que me movia -la cual provenía mayoritariamente de clases trabajadoras con muy pocas oportunidades en su propia infancia (nos consta)- para dedicarme a ayudar en esta formación temprana (un poco más ¿sólida?, independiente, segura, menos esclava de lo impuesto... más alegre).
Estoy segura de que, de cualquier manera, la mejor forma de pasar una crisis es teniendo otras inquietudes -más, o más diversas- y valores claros.
Esa actitud vital se 'mama' a partir de la educación de la sensibilidad en la infancia. Cuanto antes se atienda, mejores resultados a largo plazo.
Me parece...
Saludos y a seguir divagando..., siempre será mucho más positivo que perdiendo el tiempo (¡lo más caro!) en correr detrás de lo que nos quieran vender los que necesitan (¡pobres!) vender una imagen... O los que imaginan de y por los demás, tal vez sin conocerse lo suficiente a sí mismos (¡éso sí que es un viaje emocionante!).
