Gotterdamerung
Madmaxista
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Pues sí, quizás la gran crisis al final sea una purificación necesaria de nuestra especie...
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En fín es un tema muy complejo y supongo que un psicólogo entenderá mejor el porque de la matríz psico-social CAPITALISTA-DARWINISTA.
"Vi que tenemos un perro en casa; ellos tienen cuatro. Nosotros tenemos una piscina que llega de una pared a la mitad del jardín; ellos tienen un riachuelo que no tiene fin. Nosotros tenemos unas lámparas importadas en el patio; ellos tienen las estrellas. El patio llega hasta la pared de la casa del vecino; ellos tienen todo un horizonte de patio. Ellos tienen tiempo para conversar y estar en familia; tú y mamá tenéis que trabajar todo el tiempo y casi nunca os veo".
por que no volver a comprar el cochino y tenerlo en el piso para cuando llegue la matanza tambien?
como he sido educado de una manera tan ahorrativa si es que se le puede llamar asi, cuando me gasto la pasta en comprarme por ejemplo una prenda de bestir de marca
Una tarde, un ladrón entró en la cabaña y descubrió que allí no había nada para robar. En aquel momento llegó Ryokan de pasear y lo sorprendió. ‘No es posible que hayas caminado tanto para visitarme y que marches con las manos vacías. Hazme un favor, toma mi ropa como un regalo’. El ladrón quedó perplejo, pero tomó la ropa y se fue corriendo. Ryokan se sentó desnudo, y contempló la luna. ‘Pobre hombre, murmuró. Ojalá pudiera darle esta maravillosa luna”.
"Una tarde, un ladrón entró en la cabaña y descubrió que allí no había nada para robar. En aquel momento llegó el Celedonio de pasear y lo sorprendió.
Allí mismo empezó a darle garrotazos al ladrón hasta que le salía la sesera por los bujeros de echar los mocos. Endispués de eso, lo ató al yugo del arao, le bajó los pantalones y le arreó en las posaderas con la cincha durante seis horas, tiempo en el que los alaridos de la víctima espantaron a todos los pájaros de los sembrados en un radio de tres kilómetros. Cuando la sangre de las desolladuras empapaba ya los calcetines del ladrón, Celedonio lo dejó marchar, casi sin poder andar, dando traspiés y sollozando.
Esa noche, mientras Celedonio se fumaba un caliqueño sentado en el cercado mirando la luna, se dijo "Joar, me lo tenía que haber amao, que la cabra está ya mu vieja. Incluso lo tenía que haber dejado encadenao en la cuadra pa darle las sobras y que me hiciera compañía, que la vida en el campo es muy solitaria."
Este bonito cuento se narra en las místicas mesetas del Tíbet a los jóvenes aprendices de lama para que desarrollen su tercer ojo interior de la sabiduría, y para que tengan claro que antes que trabajar en el campo, mejor meterse a monje.
1.- Qué gran verdad. Yo tambien soy de esa época. Galletas Maria y mantequilla y arroz a la cubana el domingo. Pan con chocolate, patatas guisadas, lentejas. Si, todo eso.
2.- Y mucho tiempo para pasarlo con los hijos, educandonos, enseñandonos cómo es la vida y el ser humano, o simplemente, estando juntos.
3.- Yo no me sentía pobre como algo peyorativo, era una vida sencilla, pero teníamos mucho, nos teníamos los unos a los otros.
4.- Ahora las familias no tienen tiempo para criar a sus hijos y reconocerlos, o trabajan, o buscan trabajo.
5.- Estamos tan despojados de nuestra humanidad, como acabas de reflexionar tú, que necesitamos sentirnos dignos del don de la existencia, cosa que de pequeños no nos cuestionábamos.
6.-
Eso, a los que nos hacían leer en el colegio a los clásicos. ( O nos daban dos palos).
7.- No tenemos criterio, somos un montón de órganos dentro de un cuerpo que funciona gracias a que el cerebro aguado por la tele se alimenta de consumir.
8.- Consumir es "ser". Si no consumes, no eres nadie, ni nada.
Yo desde pequeño he vivido con mi abuela y siempre he visto en ella como miraba por sacar adelante a todos, eramos 6 en casa y un solo sueldo que para nada era un sueldo alto y aun asi nos llegaba para incluso en las navidades, cumplesy tal tener detalles. Hoy en dia no es que sea multimillonario, pero se podria decir que tengo dinero para darme muchos caprichos y aun asi, como he sido educado de una manera tan ahorrativa si es que se le puede llamar asi, cuando me gasto la pasta en comprarme por ejemplo una prenda de bestir de marca, habiendola mas barata, no es quye me sienta mal, pero me voy con la cosa esa de... mira que tenia la otra prenda mas barata eh.
Yo soy una persona ahorradora. Pero a veces me pregunto ¿para qué tanto ahorrar?. Cuando uno se muera no se puede llevar nada y el 30 ó el 40% de tu herencia se lo llevará Hacienda.
Creo que lo mejor es seguir siendo ahorrador, digamos ahorrar un 10% de los ingresos -por si acaso-, y el resto disfrutar de la vida como a uno más le guste.
1.- Soy de la época de afeminadostaña, sí, pero en otra parte (donde aquí se nos consideraba 'ricos'... y el caso es que lo éramos, sobraban comida, espacio, escuelas, maestros y pluralidad de orígenes). Para la mayoría de aquéllos niños las diferencias entre ricos y pobres estaban en las costumbres más o menos civilizadas y la certeza de que el esfuerzo y la educación rompían todas las barreras. Sabíamos que la mayoría de los extranjeros -que siempre estaban llegando- no traían más que su actitud ante la vida como equipaje y muchas experiencias a compartir. Yo era una consumidora ávida de las historias reales que solían contarme los viejos de cualquier lugar del mundo. Eran una compañía indispensable para ampliar horizontes (cuando no estaba intentando alguna 'hazaña' como la de trepar árboles o hacer 'alpinismo' por los aleros de las terrazas... ).
Chuletas de ternera casi a diario, como aperitivo. Y lentejas una o dos veces al año, por lo exóticas.
2.- Mucho tiempo para pasarlo con los amiguitos, con los de distintas costumbres, origenes y religiones, con lo relacionado al cole y el semillero de ideas e inquietudes que sabían transmitirnos padres y maestros (por mucho que fuesen de distintas ''tendencias'').
3.- No sabíamos de la pobreza más que el ejemplo que nos daba una familia en cuya casa vivían demasiadas personas, alguien bebía de más y los niños 'destacaban' por cierta falta de sensibilidad con el entorno. El resto teníamos la idea de que no era cuestión de dinero sino de actitudes. Había trabajo.
4.- Ahora, las familias se enfrentan a retos sociales que no hacen más que subir los listones de competitividad en TODO, desde lo humano hasta lo divino. Más guapos, más buenos, más eficientes, más trabajadores, más ligones, más condecorados con medallitas de plástico, más "exquisitos" (de marcas de serie ), más informados (de lo que les interesa a otros), más 'cultos' (de titulitis, lectura de dos libros de moda, viaje 'lejos'... y punto).
5.- Necesitamos (se necesita) pasar los exámenes de hijos de la ''sociedad'' que nos contiene y de la que procedemos, hay que cumplir en todos los renglones, a nada que no llegue la 'nota social' en alguno de ellos, ya nos sentimos (se nos hace sentir) con alguna 'tara' o invalidados para la carrera de fondo (cuya meta nadie ha visto). Y todo el mundo va corriendo detrás de cada etiqueta de 'aprobado', si hace falta pisando cabezas.
6.- Los clásicos estaban en el aire y en las emisoras de radio, desde el teatro hasta conciertos en directo. Y en la boca de cualquiera que tuviese alguna inquietud literaria y la desparramase sin ser considerado "culto" p) (recuerdo que el quiosquero de las 'chuches' nos recomendaba libritos elementales de cualquier materia a los que empezábamos a juntar letras y ya nos sentíamos capaces de desentrañar a los mismísimos griegos en forma de cuento infantil, ellos también contribuían hasta en el último rincón... y los Reyes Magos -como complemento infaltable al juguete pedido-).
En cuanto a las 'palos'... en casa alguna vez cayó alguna, pero en el cole JAMÄS (al maestro que se le ocurriese le podía costar caro). Respetábamos y admirábamos a los maestros - los padres, los primeros - y los recuerdo de verdadera vocación y dedicación, hasta los universitarios).
7.- Habla por ti.
8.- Consumir es consumir, y punto.
No tener medida ni conciencia de lo que se consume (ya sea nuestro propio tiempo o los recursos que les faltan a otros), lo que le cuesta a la humanidad y a toda la naturaleza, ignorar las desarmonías en cualquiera de sus sentidos... eso es otra cosa.
Divagando