Uno de los problemas es que las agresiones a profesores (y, en realidad, a cualquiera -médicos, dependientes, personas que pasan por la calle o van en el metro,...-) salen gratis. Compañeros han denunciado agresiones verbales y físicas y las causas se archivan porque son menores.
A mí un chaval me levantó la mano cuando intenté separarle de una compañera suya a la que estaba casi ya pegando. Ni lo pensé (nunca sabes como vas a reaccionar) y me fui hacia él con mis tan solo 150 cm de estatura pero toda mi mala leche concentrada en sacarlo de allí aunque fuera a gritos. Al ver que no me arredraba, bajó la mano y salió de clase, pero podría haberme dado igual. Tres días de expulsión a casa y ya está.
Tú eres el adulto y que ni se te ocurra ponerles la mano encima (y ellos lo saben muy bien). No puedes tener bajones ni ser débil, porque estos niñatos intentan aprovecharse de ello. Y no te quejes mucho, que ya sabías donde te metías cuando aprobaste el examen de oposición. Estoy en contra de la violencia e intento inculcar eso a mis alumnos pero no es fácil hacerlo en un entorno donde sólo se respetan si son capaces de pegarse con otro y el guay de la clase es el que peor se porta. Ahora empiezan a pegar también a los padres.
