No serás ni rellenito ni niño, pero eres lgtb y te gustaría ser mujer
No voy a caer en la bajeza de tus insultos y descalificaciones, pero ya que tocas el tema de mi motocicleta scooter eléctrica, voy a explicar porqué la tengo. No por ti, sino para que quien lea este documento en el futuro esté prevenido de lo que puede esperar en el mundo laboral cuando elige un medio de transporte:
Habrás visto en las películas y series de Jewflix y Apple yuppies "exitosos" dirigiéndose a la oficina en motocicletas enormes, con traje de Gucci y casco AGV para cerrar compras y fusiones multimillonarias... Pero eso es ficción. La realidad es que son rarísimos los casos en que alguien va a la oficina en una motocicleta de marchas, especialmente en deportivas como Ducati o Aprilia. El problema es el mismo que mencioné con la bicicleta. Aunque sea por pocos minutos, el estar sentado sobre el sillín arruga el pantalón del traje. En una motocicleta además la cadena puede ensuciarte la parte baja de las piernas, y eso en un traje caro y sobre todo si vas a la oficina, es un desastre monumental.
El segundo problema es que puedes olvidarte de usar zapatos caros o que te gusten. En un solo desplazamiento así sea corto tendrás el zapato izquierdo maltratado por el pedal de las marchas, especialmente la parte superior de los dedos. En una semana esos zapatos estarán arruinados por completo.
La experiencia me ha mostrado que una motocicleta scooter te ahorra esos problemas. Más allá de lo fácil y práctico de que sea automática, la postura de conducción recta impide que las mangas del traje se arrugue sobre los brazos (del hombro al codo, justo por delante). Además, aunque vas sentado y eso arruga el pantalón, es exactamente lo mismo que cuando vas sentado en el coche así que nadie lo nota en realidad. Los zapatos están impecables y no necesitas perder tiempo cambiándote al llegar.
A mi todas estas cuestiones me son indiferentes excepto porque tengo que ir a la oficina y mal que me pese, he de guardar ciertos protocolos de vestimenta y presentación. Ya no soy un analista o un principiante, ni trabajo en un Burguer King como tú
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Todo esto lo aprendí con los años y la experiencia. Los primeros meses de la universidad acudía a clases en una Honda CBF250 hasta que cumplí los 18 y me compré (con ayuda) mi primer coche, y aún así ese coche era viejo y poco confiable, así que continué yendo a clases con la Honda hasta principios del segundo año. Las incomodidades no opacaban en lo absoluto la diversión y placer de ir en moto, pero se sentían. Corría peligro llevando la mochila con libros y cuadernos en la espalda. Era la época en que empecé a conocer a infinidad de chicas de las otras facultades y otras universidades, y era importante verme bien, pero siempre tenía el zapato izquierdo desgastado y el pelo aplastado por el casco, y a veces grasa de cadena en el pantalón.
Un saludo al foro
