Las devociones nunca se confunden con adoraciones. La petición de intercesión es una manera de cercanía que no sustituye la principal. Por ejemplo, no conozco ningún caso en que una petición desatendida se vuelva contra el intercesor sino contra el Padre. Se ruega a María su intervención como mediadora no como la persona en cuya mano está el milagro. Lo mismo ocurre con los santos y aún cuando se dice que hacen e hicieron milagros, los católicos de toda la vida los entiende en conformidad con Dios. ¿Hay casos en los que se confundan las churras con las merinas? Seguro, como los hay en ese sincretismo que se rodea de cruces, ángeles y santos mientras se adivina el futuro con las cartas del tarot.
La abominación no es la imagen sino la intención detrás y lo que pretende representarse. Para que fuera condenable debe demostrar que esas imágenes representan a otros dioses y que separan del mensaje divino de la Revelación. El propio Cristo, como Dios encarnado, es el mejor ejemplo pues ya tenemos la imagen más perfecta posible de la divinidad por su concreción entre nosotros y por la dignificación que ellos supone del cuerpo humano. Habiendo sido enviado a nosotros por el Padre en forma humana ya me dirá qué abominación hay por tratar de recordarlo a Él y a cuanto padeció por nosotros.
El celo iconoclasta, si bien puedo alcanzar a entenderlo en cierto punto de partida, cuando se consolida y condena en medio de una cerrrazón impropia del "universo" cristiano, es cosa de hombres. Esas cruces vacías que reniegan del cuerpo que les dio todo su sentido trascendente a mi me parecen una falta de respeto y en cierto modo un empoderamiento humano. Cristo estuvo allí. ¿Qué mal hay en recordarlo? ¿Qué consecuencias en la deformación de nuestra memoria puede tener esa prisa por quitárnoslo de la vista?
Eso que llama devoción, lo será para algunos, pero en la mayoría, el pueblo llano que es la mayor parte de los creyentes católicos, se transforma en culto. No le piden a María ni a ningún santo que interceda por ellos, le rezan directamente.
La abominación es la imagen en si misma por lo que conduce a hacer, pues lleva al error en el culto. Por eso el Mandamiento es claro 'No te harás imagen alguna', que es lo mismo que decir: 'no te harás ninguna imagen'.
Respecto de Jesús, él era 'El Verbo hecho carne'. Esto le trae similitud con Dios, pero no es tal. Dios es Dios Padre. No hay otro verdadero. El problema está en la interpretación. Dado que era 'La Palabra de Dios', Él hablaba por su boca. Esto conduce a malinterpretar su cualidad. Un símil vulgar sin ánimo de menosprecio, es confundir una radio donde escuchamos a un comentarista con él mismo.
La iconoclastia como fenómeno es algo que condeno. No está bien destrozar las imágenes por lo que pretenden representar, y mucho menos como se hizo en siglos pasados, con violencias e incluso sangre. Yo les daría 'entierro' pero respetuosamente.
Ahora veo que pone en mí palabras o conceptos que no he dicho ni defendido indirectamente. Claro que hay que recordar a Jesús y conmemorarlo. En los Evangelios él nos lo pide: 'hacer esto en memoria mía'. Nunca se debe olvidar su sacrificio ni su obra. Ni sus milagros ni sus palabras ¡Si soy yo ahora quien argumenta basado en ellas! ¿Quien lo está olvidando?
Y no se puede olvidar a Cristo por no representarlo sobre la cruz. Es algo implícito e inolvidable. Y el que ignorase preguntaría ¿Y a qué esa cruz? Y se le respondería con la historia que conlleva y su necesario protagonista.
Me parece que le estamos dando muchas vueltas a algo que es claro y diáfano. Tanto el Padre como Su Verbo lo dijeron claramente. Y lo dijeron tanto respecto de las imágenes como del culto, pero ahí estáis quienes os obstináis en hacer bueno el sincretismo romano. El sincretismo de las prácticas paganas con el cristianismo primitivo. No sé qué más decir, dado que los argumentos dados deberían de ser de sobra suficientes. Esto ya es una cuestión de obstinación.
