El gato le acabará metiendo un zarpazo , le arrancará la mascarilla y saldrá corriendo para no volver nunca más. Los gatos se estresan mucho cuando están en terreno desconocido, son animales sumamente controladores que se agobian en un entorno con miles de estímulos totalmente extraños y potencialmente peligrosos. Eso se puede considerar tortura animal, pero qué sabrá un estulto con mascarilla. Su prioridad es que le vean lo amante de los animales que es y lo ciudadano ejemplar cumpliendo las normas de la secta covidiana. Bastante esfuerzo hace ya para andar y no cagarse encima.