La trama masónica del PNV al descubierto.

En abril de 2017 el lendakari Urkullo visitaba Auschwitz, plantando un retoño del arbol de Guernica. meparto:
Todos los políticos acaban peregrinando a la meca del sistema y adorando sus fetiches.

 
Muy buen aporte como siempre. Yo hago el mío en el hilo con otra de las aportaciones de nuestros "queridos" marranos-narigudos al nacionalismo vasco:
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Del Batallón Gernika a la Brigada Rothschild

En agosto de 1942, el Lendakari vasco José Antonio Aguirre iniciaba un viaje por varios países americanos. El objetivo del periplo, auspiciado y financiado por la OSS, era consolidar una red que posibilitase el trabajo del Servicio Vasco de Información (SVI) en América Latina. Solo un mes antes, el 3 de julio de 1942, el coronel William J. Donovan, máximo responsable de la Office of Strategig Services (OSS), el servicio secreto estadounidense, remite un memorandum secreto al secretario de Estado, Cordell Hull, en donde dice: «Mi oficina en Nueva York mantiene una estrecha relación con el hombre que ostenta la representación de presidente de la República Vasca. Como sabe, los vascos son republicanos y se manifiestan contrarios al Eje. Me parecen decididos e intrépidos. [...] El presidente de la República Vasca [J. A. Aguirre] me cuenta que mantiene una organización propia de inteligencia. Está dispuesto a poner su organización a nuestro servicio, ya que cree que el triunfo de nuestra causa les beneficiará en el futuro»[1].

Tras el citado viaje, el 10 de noviembre de 1942, Aguirre y Donovan se reúnen en persona, posiblemente por primera vez. Es a raíz de este encuentro cuando la colaboración empieza a materializarse, facilitando la OSS en España material y equipos de radio y transmisión a representantes del SVI. «La extensa red tejida por la OSS en España, con presencia permanente en varias ciudades, entre ellas Bilbao y San Sebastián, estaba formada por cuarenta subredes de agentes, subagentes, informadores y colaboradores que englobaban a unas 800 personas»[2].

En enero de 1943, los jefes del Servicio de Información de la OSS en Bilbao y Barcelona, con el apoyo de la oficina central en Madrid, decidieron ampliar la esfera de actividades creando un conjunto de redes de inteligencia transpirenaicas, que llegaron a contar con centenares de operativos, y que con el paso del tiempo se convertirán de gran utilidad, siendo vitales para la Operación Dragoon, la oleada turística del sureste de Francia en agosto de 1944. A estas redes había que sumar las propias del SVI, con las que compartían infraestructura y personal. Una de las más activas fue la denominada Red NANA, cuyo jefe en España desde julio de 1943 era un judío de origen polaco y nacionalidad francesa llamado Jacques-Jacob Ehrenkranz, quien había cruzado ilegalmente la frontera española en octubre de 1942 bajo la identidad de Jean Montégui. Tan pronto como llegó a nuestro país, logró forjar una compleja red de relaciones, haciéndose responsable de los fondos en efectivo puestos a su disposición por la Embajada de los Estados Unidos en Madrid.

El 10 de junio de 1943, el embajador de Estados Unidos en Madrid enviaba el siguiente telegrama a Washington: «El agente principal de la OSS en el área de Bilbao, muy conocido por sus actividades revolucionarias pro vascas, ha sido aprehendido por la policía, que ha obtenido de él una lista de un centenar de personas, se cree que la mayoría nacionalistas vascos, que están trabajando para nuestros servicios secretos e implicados al mismo tiempo en actividades subversivas. [...] El grave incidente demuestra también que la organización nacionalista vasca está siendo usada por el OSS o, más probablemente la OSS está siendo empleada por el Partido Nacionalista Vasco» (Manuel de Dios Unanue, Los vascos en los servicios de inteligencia de los EE.UU., Nueva York, 1987). Uno de estos nacionalistas que trabajaron para la OSS y posteriormente para la CIA durante su exilio americano —donde estableció contacto con el ex ministro republicano y destacado agente del KGB Julio Alvarez del Vayo, futuro organizador y presidente del FRAP―, fue un gudari vasco y simpatizante comunista llamado Mario Salegui, miembro activo de Aberri y de Acción Nacionalista Vasca. Estuvo casado durante 40 años con Miriam Nurmberg, ciudadana americana de raza judía, y es autor de dos libros, Expediente vasco: CIA y FBI en Euskal Herria (Ed. Txalaparta, Tafalla, 2003), y un segundo donde narraría en forma novelada y bastante fantasioso sus experiencias, Operación Carlomagno (Ed. Libertarias, 1988, Madrid).

En agosto de 1944, una vez que las tropas alemanas abandonaron el Departamento de los Bajos Pirineos, el Gobierno Vasco en el exilio reabrió sus delegaciones en París y Bayona. Tanto Joseba Elosegui, responsable de las redes vascas que cruzaban la frontera franco-española, como Pepe Michelena, jefe del SVI en Francia, mantenían una fluida relación con oficiales de la OSS, con quienes se pactó poner a su disposición toda la estructura de inteligencia que mantenían en España. Paralelamente se entablan negociaciones para la creación del Batallón Gernika en otoño de 1944, llevando personalmente la representación María Jesús Leizaola, que asumía toda la responsabilidad del Gobierno Vasco en Francia en ausencia de José Antonio Aguirre, quien no volvería al continente hasta la primavera de 1945. La primera misión de estos gudaris, que les servirá a la vez de entrenamiento, será la de colaborar con la Resistencia francesa y los ejércitos aliados en su esfuerzo bélico para liberar Francia y Europa de las tropas alemanas y poner fin al Tercer Reich. Este grupo de gudaris fueron homenajeados en abril de 2015 por el Lendakari Urkullu, a los que catalogó como «símbolo de multiculturalidad» por encima de razas y creencias ideológicas o religiosas y ejemplo que «anima» el compromiso contra la tolerancia y la tiranía. Añadiendo algo similar durante el 80º aniversario del bombardeo de Guernica: «La barbarie del régimen de Hitler no empezó en Polonia, Alemania o Checoslovaquia. Empezó en Euskadi»[3].

El Batallón Gernika (encuadrado en el organigrama de las Fuerzas Francesas del Interior), sería el embrión de uno de los últimos proyectos operativos de la OSS en territorio europeo poco antes de la capitulación definitiva alemana, la Operación Airedale, que tenía como objetivo reclutar a través del SVI a un gran número de gudaris para realizar actos de sabotaje tras las líneas defensivas alemanas y formar equipos encargados de secuestrar oficiales y miembros importantes del NSDAP. La Operación Airedale se convirtió en el punto de partida de la instrucción que los norteamericanos desplegaron para la formación de una futura fuerza militar vasca ―conocida como la Brigada Rothschild― con el objetivo de derrocar el régimen del general Franco, fruto del «pacto sellado» por el Lendakari José Antonio Aguirre con la administración norteamericana, es decir, con el «sanedrín» oculto, sinárquico e illuminista que dicta la política de los EE.UU. encabezado por los Roosevelt, Rothschild, Morghentau, Rockefeller «et alia».

A raíz de este acuerdo, se instaló en el mayor de los secretos entre mayo y julio de 1945 en un suntuoso castillo de los Rothschild cerca de París a un grupo escogido de gudaris provenientes en su mayor parte del Batallón Gernika, a los que durante tres meses se les impuso una intensa formación militar. El núcleo central de instructores lo formaron agentes secretos de operaciones especiales de la OSS con amplia experiencia sobre el terreno, principalmente en el adiestramiento de organizaciones guerrilleras y de grupos maquis que operaban tras la retaguardia alemana. En una visita del Lendakari, el comandante americano presentó a la unidad como los futuros oficiales del Ejército de Euzkadi[4]. Pero los cambios de planes de la nueva administración Truman, que se desentendió de los compromisos adquiridos por su predecesor, dieron al traste con la operación. La disolución de la unidad respondió principalmente al interés del Departamento de Estado en no propiciar la lucha armada en España en el contexto del nuevo escenario posbélico surgido con la Guerra Fría.

No obstante, con los gudaris desmovilizados de la Brigada Rothschild los norteamericanos crearon al menos tres grupos de carácter paramilitar, que permanecieron activos hasta 1948, y que desarrollaron diferentes funciones como la penetración en el interior de España con la intención de realizar acciones armadas para las cuales contaron con el apoyo logístico del PCE, que les facilitó «toneladas» de armamento. Cuando finalmente el PNV desistió en la lucha armada, muchos regresaron a España, pero otros quedaron en Francia al servicio del Gobierno Vasco o enrolados en la Legión Extranjera. Algunos de estos gudaris «made in USA» figuraron entre los primeros instructores de la banda terrorista ETA[5]. No obstante, Primitivo Abad, líder del grupo, siguiendo instrucciones del SVI, siguió manteniendo contactos personales y tratos comerciales con instructores de la Airedale hasta 1960, fecha en la que se produce la fin en París de José Antonio Aguirre[6].

Poco después de finalizar el conflicto bélico europeo, la Haganah y la Agencia Judía solicitan entre 1946 y 1948 el concurso y colaboración de elementos nacionalistas vascos para la adquisición de armamento en los bajos fondos marselleses[7]. Otra de las funciones de estos gudaris fue transportar por encargo de la Agencia Judía en las navidades de 1947 de manera clandestina en diversos buques un importante contingente de judíos europeos con el que consolidar una próspera población en Palestina, meses antes del nacimiento oficial del Estado de Israel. Alejandro Coto (a) Marcel Levy y el capitán Esteban Hernandorena (a) Steve Gate (1905-1965), activo antifascista y miembro del PCE desde 1931, «que se quedó a vivir en Israel convertido al judaísmo», fueron dos de ellos[8].

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[1] Mikel Rodríguez Alvarez, Memoria de los vascos en la Segunda Guerra Mundial: de la Brigada Vasca al Batallón Gernika, Editorial Pamiela, 2002.
[2] «La OSS y el Servicio Vasco de Información» (Pedro J. Oiarzabal y Guillermo Tabernilla), revista “Saibigain”, núm. III, junio de 2017, p. 56.
[3] “Deia”, 23 de abril de 2017.
[4] Euskonews, 10/17-11-2000.
[5] Euskonews, Ibídem.
[6] Primitivo Abad, dirigente histórico del PNV, fue quien, entre enero de 1974 y mayo de 1977, un mes antes de las elecciones democráticas, se encargó de contactar con militares israelíes con el propósito de proporcionar formación a un grupo de agentes que poco más tarde compondrían el embrión de la policía autonómica vasca.
[7] J. A. Lisbona, España-Israel, p. 373.
[8] «Exiliados vascos tripularon en 1947 los mayores barcos de la emigración de judíos a Israel», El Correo Digital (Bilbao), 31-05-2007. Su hija, María del Pilar Hernandorena Arrazola, de 80 años, se convirtió al judaísmo a los 17 años. Su padre ―enterrado en Israel en un cementerio católico— la mandó a un kibutz «por su concepción comunista de la vida». En 1969 decidió trasladarse con su segundo esposo, Simón Bello Reina, de origen sefardí, a Bilbao. En la actualidad, la Sra. M.ª del Pilar reside en Gran Canarias desde hace cuatro décadas, donde «es un miembro activo de la comunidad judía de la isla» (“La Opinión”, Tenerife, 23-02-2014).
 
Del Batallón Gernika a la Brigada Rothschild

En agosto de 1942, el Lendakari vasco José Antonio Aguirre iniciaba un viaje por varios países americanos. El objetivo del periplo, auspiciado y financiado por la OSS, era consolidar una red que posibilitase el trabajo del Servicio Vasco de Información (SVI) en América Latina. Solo un mes antes, el 3 de julio de 1942, el coronel William J. Donovan, máximo responsable de la Office of Strategig Services (OSS), el servicio secreto estadounidense, remite un memorandum secreto al secretario de Estado, Cordell Hull, en donde dice: «Mi oficina en Nueva York mantiene una estrecha relación con el hombre que ostenta la representación de presidente de la República Vasca. Como sabe, los vascos son republicanos y se manifiestan contrarios al Eje. Me parecen decididos e intrépidos. [...] El presidente de la República Vasca [J. A. Aguirre] me cuenta que mantiene una organización propia de inteligencia. Está dispuesto a poner su organización a nuestro servicio, ya que cree que el triunfo de nuestra causa les beneficiará en el futuro»[1].

Tras el citado viaje, el 10 de noviembre de 1942, Aguirre y Donovan se reúnen en persona, posiblemente por primera vez. Es a raíz de este encuentro cuando la colaboración empieza a materializarse, facilitando la OSS en España material y equipos de radio y transmisión a representantes del SVI. «La extensa red tejida por la OSS en España, con presencia permanente en varias ciudades, entre ellas Bilbao y San Sebastián, estaba formada por cuarenta subredes de agentes, subagentes, informadores y colaboradores que englobaban a unas 800 personas»[2].

En enero de 1943, los jefes del Servicio de Información de la OSS en Bilbao y Barcelona, con el apoyo de la oficina central en Madrid, decidieron ampliar la esfera de actividades creando un conjunto de redes de inteligencia transpirenaicas, que llegaron a contar con centenares de operativos, y que con el paso del tiempo se convertirán de gran utilidad, siendo vitales para la Operación Dragoon, la oleada turística del sureste de Francia en agosto de 1944. A estas redes había que sumar las propias del SVI, con las que compartían infraestructura y personal. Una de las más activas fue la denominada Red NANA, cuyo jefe en España desde julio de 1943 era un judío de origen polaco y nacionalidad francesa llamado Jacques-Jacob Ehrenkranz, quien había cruzado ilegalmente la frontera española en octubre de 1942 bajo la identidad de Jean Montégui. Tan pronto como llegó a nuestro país, logró forjar una compleja red de relaciones, haciéndose responsable de los fondos en efectivo puestos a su disposición por la Embajada de los Estados Unidos en Madrid.

El 10 de junio de 1943, el embajador de Estados Unidos en Madrid enviaba el siguiente telegrama a Washington: «El agente principal de la OSS en el área de Bilbao, muy conocido por sus actividades revolucionarias pro vascas, ha sido aprehendido por la policía, que ha obtenido de él una lista de un centenar de personas, se cree que la mayoría nacionalistas vascos, que están trabajando para nuestros servicios secretos e implicados al mismo tiempo en actividades subversivas. [...] El grave incidente demuestra también que la organización nacionalista vasca está siendo usada por el OSS o, más probablemente la OSS está siendo empleada por el Partido Nacionalista Vasco» (Manuel de Dios Unanue, Los vascos en los servicios de inteligencia de los EE.UU., Nueva York, 1987). Uno de estos nacionalistas que trabajaron para la OSS y posteriormente para la CIA durante su exilio americano —donde estableció contacto con el ex ministro republicano y destacado agente del KGB Julio Alvarez del Vayo, futuro organizador y presidente del FRAP―, fue un gudari vasco y simpatizante comunista llamado Mario Salegui, miembro activo de Aberri y de Acción Nacionalista Vasca. Estuvo casado durante 40 años con Miriam Nurmberg, ciudadana americana de raza judía, y es autor de dos libros, Expediente vasco: CIA y FBI en Euskal Herria (Ed. Txalaparta, Tafalla, 2003), y un segundo donde narraría en forma novelada y bastante fantasioso sus experiencias, Operación Carlomagno (Ed. Libertarias, 1988, Madrid).

En agosto de 1944, una vez que las tropas alemanas abandonaron el Departamento de los Bajos Pirineos, el Gobierno Vasco en el exilio reabrió sus delegaciones en París y Bayona. Tanto Joseba Elosegui, responsable de las redes vascas que cruzaban la frontera franco-española, como Pepe Michelena, jefe del SVI en Francia, mantenían una fluida relación con oficiales de la OSS, con quienes se pactó poner a su disposición toda la estructura de inteligencia que mantenían en España. Paralelamente se entablan negociaciones para la creación del Batallón Gernika en otoño de 1944, llevando personalmente la representación María Jesús Leizaola, que asumía toda la responsabilidad del Gobierno Vasco en Francia en ausencia de José Antonio Aguirre, quien no volvería al continente hasta la primavera de 1945. La primera misión de estos gudaris, que les servirá a la vez de entrenamiento, será la de colaborar con la Resistencia francesa y los ejércitos aliados en su esfuerzo bélico para liberar Francia y Europa de las tropas alemanas y poner fin al Tercer Reich. Este grupo de gudaris fueron homenajeados en abril de 2015 por el Lendakari Urkullu, a los que catalogó como «símbolo de multiculturalidad» por encima de razas y creencias ideológicas o religiosas y ejemplo que «anima» el compromiso contra la tolerancia y la tiranía. Añadiendo algo similar durante el 80º aniversario del bombardeo de Guernica: «La barbarie del régimen de Hitler no empezó en Polonia, Alemania o Checoslovaquia. Empezó en Euskadi»[3].

El Batallón Gernika (encuadrado en el organigrama de las Fuerzas Francesas del Interior), sería el embrión de uno de los últimos proyectos operativos de la OSS en territorio europeo poco antes de la capitulación definitiva alemana, la Operación Airedale, que tenía como objetivo reclutar a través del SVI a un gran número de gudaris para realizar actos de sabotaje tras las líneas defensivas alemanas y formar equipos encargados de secuestrar oficiales y miembros importantes del NSDAP. La Operación Airedale se convirtió en el punto de partida de la instrucción que los norteamericanos desplegaron para la formación de una futura fuerza militar vasca ―conocida como la Brigada Rothschild― con el objetivo de derrocar el régimen del general Franco, fruto del «pacto sellado» por el Lendakari José Antonio Aguirre con la administración norteamericana, es decir, con el «sanedrín» oculto, sinárquico e illuminista que dicta la política de los EE.UU. encabezado por los Roosevelt, Rothschild, Morghentau, Rockefeller «et alia».

A raíz de este acuerdo, se instaló en el mayor de los secretos entre mayo y julio de 1945 en un suntuoso castillo de los Rothschild cerca de París a un grupo escogido de gudaris provenientes en su mayor parte del Batallón Gernika, a los que durante tres meses se les impuso una intensa formación militar. El núcleo central de instructores lo formaron agentes secretos de operaciones especiales de la OSS con amplia experiencia sobre el terreno, principalmente en el adiestramiento de organizaciones guerrilleras y de grupos maquis que operaban tras la retaguardia alemana. En una visita del Lendakari, el comandante americano presentó a la unidad como los futuros oficiales del Ejército de Euzkadi[4]. Pero los cambios de planes de la nueva administración Truman, que se desentendió de los compromisos adquiridos por su predecesor, dieron al traste con la operación. La disolución de la unidad respondió principalmente al interés del Departamento de Estado en no propiciar la lucha armada en España en el contexto del nuevo escenario posbélico surgido con la Guerra Fría.

No obstante, con los gudaris desmovilizados de la Brigada Rothschild los norteamericanos crearon al menos tres grupos de carácter paramilitar, que permanecieron activos hasta 1948, y que desarrollaron diferentes funciones como la penetración en el interior de España con la intención de realizar acciones armadas para las cuales contaron con el apoyo logístico del PCE, que les facilitó «toneladas» de armamento. Cuando finalmente el PNV desistió en la lucha armada, muchos regresaron a España, pero otros quedaron en Francia al servicio del Gobierno Vasco o enrolados en la Legión Extranjera. Algunos de estos gudaris «made in USA» figuraron entre los primeros instructores de la banda terrorista ETA[5]. No obstante, Primitivo Abad, líder del grupo, siguiendo instrucciones del SVI, siguió manteniendo contactos personales y tratos comerciales con instructores de la Airedale hasta 1960, fecha en la que se produce la fin en París de José Antonio Aguirre[6].

Poco después de finalizar el conflicto bélico europeo, la Haganah y la Agencia Judía solicitan entre 1946 y 1948 el concurso y colaboración de elementos nacionalistas vascos para la adquisición de armamento en los bajos fondos marselleses[7]. Otra de las funciones de estos gudaris fue transportar por encargo de la Agencia Judía en las navidades de 1947 de manera clandestina en diversos buques un importante contingente de judíos europeos con el que consolidar una próspera población en Palestina, meses antes del nacimiento oficial del Estado de Israel. Alejandro Coto (a) Marcel Levy y el capitán Esteban Hernandorena (a) Steve Gate (1905-1965), activo antifascista y miembro del PCE desde 1931, «que se quedó a vivir en Israel convertido al judaísmo», fueron dos de ellos[8].

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[1] Mikel Rodríguez Alvarez, Memoria de los vascos en la Segunda Guerra Mundial: de la Brigada Vasca al Batallón Gernika, Editorial Pamiela, 2002.
[2] «La OSS y el Servicio Vasco de Información» (Pedro J. Oiarzabal y Guillermo Tabernilla), revista “Saibigain”, núm. III, junio de 2017, p. 56.
[3] “Deia”, 23 de abril de 2017.
[4] Euskonews, 10/17-11-2000.
[5] Euskonews, Ibídem.
[6] Primitivo Abad, dirigente histórico del PNV, fue quien, entre enero de 1974 y mayo de 1977, un mes antes de las elecciones democráticas, se encargó de contactar con militares israelíes con el propósito de proporcionar formación a un grupo de agentes que poco más tarde compondrían el embrión de la policía autonómica vasca.
[7] J. A. Lisbona, España-Israel, p. 373.
[8] «Exiliados vascos tripularon en 1947 los mayores barcos de la emigración de judíos a Israel», El Correo Digital (Bilbao), 31-05-2007. Su hija, María del Pilar Hernandorena Arrazola, de 80 años, se convirtió al judaísmo a los 17 años. Su padre ―enterrado en Israel en un cementerio católico— la mandó a un kibutz «por su concepción comunista de la vida». En 1969 decidió trasladarse con su segundo esposo, Simón Bello Reina, de origen sefardí, a Bilbao. En la actualidad, la Sra. M.ª del Pilar reside en Gran Canarias desde hace cuatro décadas, donde «es un miembro activo de la comunidad judía de la isla» (“La Opinión”, Tenerife, 23-02-2014).
Importante información.
 
Del Batallón Gernika a la Brigada Rothschild

En agosto de 1942, el Lendakari vasco José Antonio Aguirre iniciaba un viaje por varios países americanos. El objetivo del periplo, auspiciado y financiado por la OSS, era consolidar una red que posibilitase el trabajo del Servicio Vasco de Información (SVI) en América Latina. Solo un mes antes, el 3 de julio de 1942, el coronel William J. Donovan, máximo responsable de la Office of Strategig Services (OSS), el servicio secreto estadounidense, remite un memorandum secreto al secretario de Estado, Cordell Hull, en donde dice: «Mi oficina en Nueva York mantiene una estrecha relación con el hombre que ostenta la representación de presidente de la República Vasca. Como sabe, los vascos son republicanos y se manifiestan contrarios al Eje. Me parecen decididos e intrépidos. [...] El presidente de la República Vasca [J. A. Aguirre] me cuenta que mantiene una organización propia de inteligencia. Está dispuesto a poner su organización a nuestro servicio, ya que cree que el triunfo de nuestra causa les beneficiará en el futuro»[1].

Tras el citado viaje, el 10 de noviembre de 1942, Aguirre y Donovan se reúnen en persona, posiblemente por primera vez. Es a raíz de este encuentro cuando la colaboración empieza a materializarse, facilitando la OSS en España material y equipos de radio y transmisión a representantes del SVI. «La extensa red tejida por la OSS en España, con presencia permanente en varias ciudades, entre ellas Bilbao y San Sebastián, estaba formada por cuarenta subredes de agentes, subagentes, informadores y colaboradores que englobaban a unas 800 personas»[2].

En enero de 1943, los jefes del Servicio de Información de la OSS en Bilbao y Barcelona, con el apoyo de la oficina central en Madrid, decidieron ampliar la esfera de actividades creando un conjunto de redes de inteligencia transpirenaicas, que llegaron a contar con centenares de operativos, y que con el paso del tiempo se convertirán de gran utilidad, siendo vitales para la Operación Dragoon, la oleada turística del sureste de Francia en agosto de 1944. A estas redes había que sumar las propias del SVI, con las que compartían infraestructura y personal. Una de las más activas fue la denominada Red NANA, cuyo jefe en España desde julio de 1943 era un judío de origen polaco y nacionalidad francesa llamado Jacques-Jacob Ehrenkranz, quien había cruzado ilegalmente la frontera española en octubre de 1942 bajo la identidad de Jean Montégui. Tan pronto como llegó a nuestro país, logró forjar una compleja red de relaciones, haciéndose responsable de los fondos en efectivo puestos a su disposición por la Embajada de los Estados Unidos en Madrid.

El 10 de junio de 1943, el embajador de Estados Unidos en Madrid enviaba el siguiente telegrama a Washington: «El agente principal de la OSS en el área de Bilbao, muy conocido por sus actividades revolucionarias pro vascas, ha sido aprehendido por la policía, que ha obtenido de él una lista de un centenar de personas, se cree que la mayoría nacionalistas vascos, que están trabajando para nuestros servicios secretos e implicados al mismo tiempo en actividades subversivas. [...] El grave incidente demuestra también que la organización nacionalista vasca está siendo usada por el OSS o, más probablemente la OSS está siendo empleada por el Partido Nacionalista Vasco» (Manuel de Dios Unanue, Los vascos en los servicios de inteligencia de los EE.UU., Nueva York, 1987). Uno de estos nacionalistas que trabajaron para la OSS y posteriormente para la CIA durante su exilio americano —donde estableció contacto con el ex ministro republicano y destacado agente del KGB Julio Alvarez del Vayo, futuro organizador y presidente del FRAP―, fue un gudari vasco y simpatizante comunista llamado Mario Salegui, miembro activo de Aberri y de Acción Nacionalista Vasca. Estuvo casado durante 40 años con Miriam Nurmberg, ciudadana americana de raza judía, y es autor de dos libros, Expediente vasco: CIA y FBI en Euskal Herria (Ed. Txalaparta, Tafalla, 2003), y un segundo donde narraría en forma novelada y bastante fantasioso sus experiencias, Operación Carlomagno (Ed. Libertarias, 1988, Madrid).

En agosto de 1944, una vez que las tropas alemanas abandonaron el Departamento de los Bajos Pirineos, el Gobierno Vasco en el exilio reabrió sus delegaciones en París y Bayona. Tanto Joseba Elosegui, responsable de las redes vascas que cruzaban la frontera franco-española, como Pepe Michelena, jefe del SVI en Francia, mantenían una fluida relación con oficiales de la OSS, con quienes se pactó poner a su disposición toda la estructura de inteligencia que mantenían en España. Paralelamente se entablan negociaciones para la creación del Batallón Gernika en otoño de 1944, llevando personalmente la representación María Jesús Leizaola, que asumía toda la responsabilidad del Gobierno Vasco en Francia en ausencia de José Antonio Aguirre, quien no volvería al continente hasta la primavera de 1945. La primera misión de estos gudaris, que les servirá a la vez de entrenamiento, será la de colaborar con la Resistencia francesa y los ejércitos aliados en su esfuerzo bélico para liberar Francia y Europa de las tropas alemanas y poner fin al Tercer Reich. Este grupo de gudaris fueron homenajeados en abril de 2015 por el Lendakari Urkullu, a los que catalogó como «símbolo de multiculturalidad» por encima de razas y creencias ideológicas o religiosas y ejemplo que «anima» el compromiso contra la tolerancia y la tiranía. Añadiendo algo similar durante el 80º aniversario del bombardeo de Guernica: «La barbarie del régimen de Hitler no empezó en Polonia, Alemania o Checoslovaquia. Empezó en Euskadi»[3].

El Batallón Gernika (encuadrado en el organigrama de las Fuerzas Francesas del Interior), sería el embrión de uno de los últimos proyectos operativos de la OSS en territorio europeo poco antes de la capitulación definitiva alemana, la Operación Airedale, que tenía como objetivo reclutar a través del SVI a un gran número de gudaris para realizar actos de sabotaje tras las líneas defensivas alemanas y formar equipos encargados de secuestrar oficiales y miembros importantes del NSDAP. La Operación Airedale se convirtió en el punto de partida de la instrucción que los norteamericanos desplegaron para la formación de una futura fuerza militar vasca ―conocida como la Brigada Rothschild― con el objetivo de derrocar el régimen del general Franco, fruto del «pacto sellado» por el Lendakari José Antonio Aguirre con la administración norteamericana, es decir, con el «sanedrín» oculto, sinárquico e illuminista que dicta la política de los EE.UU. encabezado por los Roosevelt, Rothschild, Morghentau, Rockefeller «et alia».

A raíz de este acuerdo, se instaló en el mayor de los secretos entre mayo y julio de 1945 en un suntuoso castillo de los Rothschild cerca de París a un grupo escogido de gudaris provenientes en su mayor parte del Batallón Gernika, a los que durante tres meses se les impuso una intensa formación militar. El núcleo central de instructores lo formaron agentes secretos de operaciones especiales de la OSS con amplia experiencia sobre el terreno, principalmente en el adiestramiento de organizaciones guerrilleras y de grupos maquis que operaban tras la retaguardia alemana. En una visita del Lendakari, el comandante americano presentó a la unidad como los futuros oficiales del Ejército de Euzkadi[4]. Pero los cambios de planes de la nueva administración Truman, que se desentendió de los compromisos adquiridos por su predecesor, dieron al traste con la operación. La disolución de la unidad respondió principalmente al interés del Departamento de Estado en no propiciar la lucha armada en España en el contexto del nuevo escenario posbélico surgido con la Guerra Fría.

No obstante, con los gudaris desmovilizados de la Brigada Rothschild los norteamericanos crearon al menos tres grupos de carácter paramilitar, que permanecieron activos hasta 1948, y que desarrollaron diferentes funciones como la penetración en el interior de España con la intención de realizar acciones armadas para las cuales contaron con el apoyo logístico del PCE, que les facilitó «toneladas» de armamento. Cuando finalmente el PNV desistió en la lucha armada, muchos regresaron a España, pero otros quedaron en Francia al servicio del Gobierno Vasco o enrolados en la Legión Extranjera. Algunos de estos gudaris «made in USA» figuraron entre los primeros instructores de la banda terrorista ETA[5]. No obstante, Primitivo Abad, líder del grupo, siguiendo instrucciones del SVI, siguió manteniendo contactos personales y tratos comerciales con instructores de la Airedale hasta 1960, fecha en la que se produce la fin en París de José Antonio Aguirre[6].

Poco después de finalizar el conflicto bélico europeo, la Haganah y la Agencia Judía solicitan entre 1946 y 1948 el concurso y colaboración de elementos nacionalistas vascos para la adquisición de armamento en los bajos fondos marselleses[7]. Otra de las funciones de estos gudaris fue transportar por encargo de la Agencia Judía en las navidades de 1947 de manera clandestina en diversos buques un importante contingente de judíos europeos con el que consolidar una próspera población en Palestina, meses antes del nacimiento oficial del Estado de Israel. Alejandro Coto (a) Marcel Levy y el capitán Esteban Hernandorena (a) Steve Gate (1905-1965), activo antifascista y miembro del PCE desde 1931, «que se quedó a vivir en Israel convertido al judaísmo», fueron dos de ellos[8].

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[1] Mikel Rodríguez Alvarez, Memoria de los vascos en la Segunda Guerra Mundial: de la Brigada Vasca al Batallón Gernika, Editorial Pamiela, 2002.
[2] «La OSS y el Servicio Vasco de Información» (Pedro J. Oiarzabal y Guillermo Tabernilla), revista “Saibigain”, núm. III, junio de 2017, p. 56.
[3] “Deia”, 23 de abril de 2017.
[4] Euskonews, 10/17-11-2000.
[5] Euskonews, Ibídem.
[6] Primitivo Abad, dirigente histórico del PNV, fue quien, entre enero de 1974 y mayo de 1977, un mes antes de las elecciones democráticas, se encargó de contactar con militares israelíes con el propósito de proporcionar formación a un grupo de agentes que poco más tarde compondrían el embrión de la policía autonómica vasca.
[7] J. A. Lisbona, España-Israel, p. 373.
[8] «Exiliados vascos tripularon en 1947 los mayores barcos de la emigración de judíos a Israel», El Correo Digital (Bilbao), 31-05-2007. Su hija, María del Pilar Hernandorena Arrazola, de 80 años, se convirtió al judaísmo a los 17 años. Su padre ―enterrado en Israel en un cementerio católico— la mandó a un kibutz «por su concepción comunista de la vida». En 1969 decidió trasladarse con su segundo esposo, Simón Bello Reina, de origen sefardí, a Bilbao. En la actualidad, la Sra. M.ª del Pilar reside en Gran Canarias desde hace cuatro décadas, donde «es un miembro activo de la comunidad judía de la isla» (“La Opinión”, Tenerife, 23-02-2014).
Brutaliiiiiiisimo!!!!!
 
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