La tesis evolucionista de que Dios retrocede cuando avanza la ciencia es errónea, porque hace 100 años se tenía fe en que la ciencia demostraría el origen de la vida y de todo en base a explicaciones físicas, pero no es así;
por ejemplo el origen de la vida contradice al evolucionismo, ya que la forma de vida más sencilla es una máquina complejísima y no hay modo de explicar el salto de las cosas muertas a las vivas.
Se pensaba que la forma de vida sería muy sencilla, lo que explicaría el paso de las cosas muertas a las vivas, pero no; la forma de vida más sencilla es más compleja que una central nuclear, así que la evolución de la ciencia deja a Dios, en relación al origen de la vida, igual que como estaba antes del evolucionismo.
Tampoco hay motivos para pensar que la ciencia, si va mejorando, va a quitar o poner espacio a Dios, porque eso sería una forma de adivinación. A veces avanza y a veces retrocede, o puede simplemente quedarse en empate.
Aunque al final todo es añadir eventos causados a la serie de eventos que se han producido; la diferencia entre una creación ex nihilo de todo hace 6000 años a una creación en otro punto muy anterior es una cuestión de saber si las cosas se han ido produciendo desde su inicio a cámara lenta o cámara rápida.
En cuanto a la multiplicidad de dioses; lo que experimentamos son las cosas que hacen cosas, por una sucesión de eventos que no se han producido mágicamente, así que la explicación es que hay un agente capaz de hacer cosas, lo que no pueden hacer las cosas, ya que hacen cosas por algo, no por que sí.
Asi que lo que experimentamos son una multiplicidad de cosas contingentes, es decir, causadas, que implican una causa incausada, por lo que no es una cosa que hace cosas, sino un Dios omnipotente.
Plantearse un olimpo de seres incausados puede ser interesante para ver hasta dónde llegan las ocurrencias, pero la realidad es que si hay cosas causadas al principio hay un agente causador.