La ouija es solo sugestión.
Los niños y adolescentes son muy sugestionables y por lo tanto, no deberían de jugar con algo que les puede ocasionar un trastorno leve o grave, dependiendo de muchos factores.
Tras la ouija hay mucha leyenda urbana, mucho relato de miedo y mucha tontería. Lo único peligroso de este tipo de cosas es que te las creas y no hay nada más. Eso sí, no son cosas para que jueguen los niños ni gente demasiado joven por el grado de paranoia que puede provocar.
También hay muchos relatos de gente que tras jugar con la ouija se volvieron locos y sí, es posible, no por jugar con la ouija, si no por que estadísticamente, en la adolescencia suelen aparecer las enfermedades mentales más agudas, como la esquizofrenia. Es decir, que muchos de esos que supuestamente se volvieron locos por jugar con la ouija con 15 o 16 años ya estaban predestinados a sufrir de esquizofrenia, aunque nunca se hubiesen comunicado con los espíritus, ya que como dije, la esquizofrenia afecta al 1% de la población y no sería nada extraordinario que algún adolescente empezase a manifestar trastornos mentales casualmente tras jugar con una ouija y hablo de esquizofrenia como podría hablar de trastorno bipolar o infinidad de enfermedades mentales que en la adolescencia suelen aparecer.
Después está el mundillo de lo paranormal que cuentan mil y una historia falsa de practicantes de ouija que murieron mientras se comunicaban con el más allá, vasos voladores, movimientos de muebles, espectros y demás parafernalia del misterio. Pero lo único cierto tras estas historias es que son productos de un guionista que lo único que pretendía era rellenar de contenido paranormal un programa de radio.