Maternidad, enemigo principal?
Hace unas unas cuantas décadas, el feminismo resurgió como respuesta a miles de años de opresión y de represión de las mujeres. Las pioneras de la segunda ola del feminismo arremetieron contra la maternidad y vieron en ella el origen de esta opresión que debíamos combatir.
Tenían razón : la maternidad impuesta, debió ser una verdadera pesadilla. El no saber si en unos meses o años una se vería embarazada, o a cargo de uno o varios bebés resultaba incompatible con el desarrollo de cualquier proyecto personal que no fuere el dedicarse a la crianza. Sin contracepción segura ni acceso al aborto, el único modo de construír un proyecto personal eran la castidad y el celibato, pero muy pocas se atrevían a escoger deliberadamente esta vía.
Pero, por qué, una vez que la contracepción se volvió accesible, se siguió considerando a la maternidad como algo anti-feminista? Por qué, a pesar de la accesibilidad del aborto, en los pasíses en donde es accesible, no se puede pensar en la maternidad como en un acto libre y capaz de ofrecer un tipo de realización personal? Por qué, en lugar de evacuar la maternidad, no se pensó en cambiar la paternidad?
Me imagino que aquellas feministas de los primeros años de lucha tuvieron bastante ya con las críticas de los hombres con respecto a sus revindicaciones… Pensar en exigir un cambio de su parte debió resultar completamente descabellado. Sin embargo, embarcarse en una revolución del ser femenino sin interrogar la masculinidad nos ha conducido a una situación imposible : doble jornada de trabajo, explotación de mujeres pobres para solventar el modo de vida imposible que resulta de la integración masiva de las mujeres ricas a la « vida activa », vulnerabilidad de las familias monoparentales, etc…
El feminismo -al menos un cierto tipo de feminismo, liberal, republicano y universalista-, es víctima de su incapacidad de considerar al ser humano en su dimensión relacional : no basta con definir un ideal del ser, es necesario observar como es la vida cotidiana. Nuestra vida cotidiana está hecha de encuentros y relaciones con otros seres : hombres, mujeres, padres, hijos, ancianos, bebés, gentes autónomas, gentes dependientes… Tambien está hecha de efectos e influencias en el medio ambiente y por parte de él. Pensar en un feminismo que libere estos contactos y nos ofrezca felicidad o al menos satisfacción en lo cotidiano y en los sueños y proyectos que tenemos, nos obliga a pensar en la igualdad y en la libertad en un contexto relacional.
La pregunta no es « quién es el enemigo principal? » La pregunta es « cómo vivir y ser felices sin enemigos? ».