Sucumbís a los falsos encantos del súcubo moderno (bajo su verdadera forma de bestia arcáica), quien con su natural embustería embota los sentidos del hombre y pierde su preciosa alma.
Dalila traicionó vilmente a su amado Sansón mientras dormía, así como Eva guiada por la serpiente tomó la manzana expulsándonos a todos del Divino Jardín.
La hembra es un instrumento de corrupción de cuya debilidad se sirve el mismo Lucifer y sus ministros para imponer su reinado de tinieblas sobre La Ciudad de Dios. Súbdito del Arcángel, portadora de infortunios y desgracias sobre aquel quien osa compartir su lecho y engendrar en su vientre putrefacto.
Aquellos quienes idolatran a una criatura tan vulgar, ingrata y desleal serán merecedores de todo el arsenal de tormentos que el destino les ha deparado.