Se pensaba, y se deseaba también, que la Ciencia "mataría" a Dios. Sin embargo no lo hace y no son pocos los científicos de renombre mundial que contrastan lo que saben y lo que han descubierto y la ida de Dios no "parece" mala.
A Dios no se puede -me parece- llegar desde abajo, es decir, desde nuestros sentidos y razón. Si fuera así, la Fe no tendría sentido y se marchitaría en la medida en que la ciencia avanza.
Los conocimientos científicos, como el exoterismo en cierto modo, son algo en lo que uno puede confiar si no está en disposición de replicar ese conocimiento en su propia experiencia. De algún modo debe darse la confianza, una forma de fe, en las personas que dicen que lo que saben o descubrieron les abrió las puertas a la posibilidad de Dios. Pero eso no es Fe. Queda en mera posibilidad, que no es poco dado el flujo cultural que ha venido negándolo con una convicción impropia de las "dudas razonables", y eso al final, no llega para nada, como el que sabe que tiene un pariente lejano con el que nunca mantuvo ninguna relación ni espera tenerla.
Si la Fe no se vive -o se combate, que forma parte del experimento personal-, lo que se diga o deje de decir al respecto de Dios, es como el ruido de fondo al que uno se acostumbra. Ni frío ni calor.
Aceptar más o menos que Dios hizo el Cosmos que en su regulación facilitó la vida pero no pudo impedir la fin, la idea de Dios queda en un principio de las cosas, cuyo final, en cada caso, tampoco habría de despertar grandes emociones.
Ese Dios, como expresión de la energía primordial o "llámalo X", es un dios inútil y desaparecido e incapaz de suscitar en nosotros apenas una aceptación inocua de su existencia. Ese dios, exista o no, acaba siendo indiferente o acaso el depositario de los peores pensamientos cuando las cosas se tuercen y no encontramos a mano a quién culpar.
Si descubrir, aceptar, dar una oportunidad a su existencia, no afecta a nuestro corazón y queda en las nubes de nuestra razón como un hecho algo más que anecdótico, que Dios exista o no, es agua que no mueve molino. Una noticia en titulares indistinta del último planeta extrasolar descubierto recientemente.