En la sede de Hacienda local donde tuve un problema no me dejaban acceder a ver al inspector. Cuando pregunté por qué, me confesaron que últimamente habían tenido "problemas". Es decir, personas desesperadas que habían ido allí con el ánimo de dar de baja de la suscripción de la vida al inspector de turno.
Insisto en que esto es producto de un "sistema" que alienta el abuso, mediante comisiones por "productividad", que no tienen en cuenta si la reclamación es lícita.
Esto se solucionaría de un día para otro, estableciendo una legislación que penalizase en el sueldo a aquél funcionario que promoviese una reclamación que resultase falsa o mal argumentada -en la vista judicial-.