Pues yo voy a ese ritmo y la verdad, no sé cómo salirme de esa dinámica. Más que nada porque las empresas, salvo que seas funcionario, tienden a eso, a la semiesclavitud de tu tiempo.
Yo es que esto lo he vivido en mis propias carnes. Siempre tenía un montón de trabajo. Por más que currara, era imposible porque el trabajo me sobrepasaba. Resultado: hacía más horas que un reloj y siempre iba ahogado de faena.
¿Cómo te lo agradecen en la empresa?: pues como ven que más o menos vas haciendo y vas tirando adelante el trabajo, te cae una nueva responsabilidad. Y sin aumento de sueldo.
Lo que quieren hacerte creer es que tu vida de lunes a viernes les pertenece. Y es mentira: les perteneces sólo 8 horas al día (además del tiempo en desplazamientos al trabajo y tiempo para la comida).
Tus jefes están acostumbrados a que curres hasta las tantas, digamos hasta las 8 de la tarde, cuando tu horario de salida habitual son las 5:30 de la tarde, por ejemplo.
Pues un buen día dejas caer que tienes una obligación fuera del trabajo, y que te tienes que ir a las 5:30, por ejemplo ayudar en la mudanza a tu hermano.
Y te vas y disfrutas de dos horas y media extra de tu tiempo (porque lo de la mudanza es una mentira como un piano de grande).
Y al otro día pues te vas a las 7:45. Otro día dices que tienes hora en el dentista y te vas a las 5:30. Etc, etc, etc...
Al principio te sientes un poco culpable (es la estupidez innata de uno mismo que te hace sentir culpable), pero con el tiempo te sientes fatal si estás un minuto más de las 5:30 en el trabajo. Te acostumbras rápido, eso sí.
En la empresa verán que no pueden ir cargándote de trabajo porque como no estás 12 horas al día currando no llegas y te pueden pasar dos cosas:
1.- Que te pongan una ayudanta rubia y macizorra
2.- Te echen a la fruta calle
Dependiendo de la empresa en donde estés tienes que averiguar cuál de las dos opciones es más probable.
Espero que esto te haya ayudado.