Lo que hay que hacer es un proceso constituyente, que no lo hubo y,por lo tanto, no hay constitución, y darle la vuelta al sistema como a un calcetín. Más o menos diputados no significan nada porque no hay representación y, por lo tanto, no hay democracia.
Nada más hay que ver que a este mentiroso patológico le echaron atrás dos estados de alarma el Constitucional y la consecuencia fue ninguna.
Ahora, que cuando llegue un tirano al poder, como es el caso, vaya cambiando las leyes para propio beneficio y del resto de sus compinches delincuentes y no se pueda hacer nada y se siga aceptando la farsa, pues la culpa casi es más del resto de los partidos que no están en el poder que del tirano, que hace lo que le es propio.
Es evidente que estamos en un proceso de autogolpe de estado similar al de Venezuela y con métodos parecidos y seguir la farsa es ser cómplice, porque cuanto más se tarde en parar todo esto, más difícil será todo hasta que sea imposible.
Los venezolanos y los cubanos pueden venir aquí a pedir asilo y a comer un plato caliente, pero nosotros no sé adonde vamos a ir.