Buen hilo.
Japón y España tienen cosas en común, una de ellas es que eran sociedades guerreras que han sido derrotadas e incluídas en el Orden geopolítico anglo-europeo, en el caso de Japón por un bombazo atómico (bueno, dos), y en el nuestro por 40 años de social-democracia, corrupción de la élite, feminismo, gaierío almodovariano (y habría que ver si el terrorismo etarra a cuentagotas también ha sido un factor para coger ardor de estomago a la violencia, con toda la razón, pero sin olvidar que a veces la violecia es necesaria para defenderte y debes saber hacerlo).
¿Cuál es el resultado final? El resultado final es la condena social de toda la masculinidad, condena que hoy reina sin freno, asociada (correctamente) a la España social de Franco (dónde no está penado ser hombre y pater familias que parte pana), pero incorrectamente denostada como algo "amenazador, malo, machista", y aceptada sólo cuando adopta formas grotescas como la del Manolo futbolero en chanclas rascándose los güevos y llamando "guasa" al whatsapp.
La masculinidad en España sigue aquí, pero ha sido condenada, deformada, avergonzada, en lugar de preservada y prestigiada y cultivada.
Saludos,