Howard Hughes, o el desapego del mundo material.

luisito2

Madmaxista
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Howard Hughes heredó con 19 años la empresa Hughes Tool Company, lo que le proporcionaba la impresionante renta de 50 millones de dólares anuales de 1924 (un equivalente a 726 millones actuales).
La insondable mente de los historiadores siempre me resultará tan absurda e incomprensible como la grotesca mente de los economistas. ¿Qué puede tener esta gente en la cabeza? ¿Qué criterio o sistema usarán para separar lo más importante de lo menos importante en la Historia de la Humanidad?

Cuando se busca 'Howard Hughes' en cualquier buscador de Internet, el 99% de las respuestas de fuentes históricas hacen referencia a Howard Hughes junior, este personajillo del que trata el post.

La única influencia de Howard Hughes junior a la Historia de la Humanidad fue su implicación en el desarrollo temprano de los satélites artificiales y de la creación de ese sector industrial y económico, una influencia menor y que, de acuerdo a su 'mente de historiador' todos los historiadores parecen obviar.

Todo el resto de cosas que hizo en su vida parecen ser una secuencia de caprichos excéntricos de niño rico, y ninguna de ellas ejerció ninguna influencia en la historia.

Hay en la historia, sin embargo, y aunque los historiadores parecen ignorarlo, otro Howard Hughes, padre de Howard Hughes junior, y creador de la Hughes Tool Company de la que Howard Hughes junior obtenía los 50 millones de dólares anuales que le permitían financiar sus chorradas.

La influencia de Howard Hughes padre en la Historia de la Humanidad ha sido fundamental, razón por la que supongo que casi todos los historiadores ignoran que este señor existió.

Howard Hughes padre provenía de una familia humilde y creo toda su fortuna y la Hughes Tool Company en base a un invento revolucionario que cambiaría para siempre la Historia de la Humanidad: el taladro Hughes.

El taladro Hughes era una punta de taladro para perforar roca y fue empleado en el taladrado de pozos de petróleo, agua o gas. El taladro Hughes es el modelo conceptual en el que se basan todos los taladros de pozos en la roca modernos.

Antes del taladro Hughes, existían dos tipos de taladros. Uno era un taladro de percusión. La punta tenía la forma de un cincel, con un filo lineal. Este taladro se elevaba cierta altura y se dejaba caer, o si el pozo era poco profundo, su extremo era golpeado por una maza a mano. Se giraba un pozo el cincel, y se repetía en proceso.

El filo del cincel, apoyado en la roca del fondo, transmitía a la roca la presión del golpe. Como el filo del cincel tenía una superficie de contacto muy pequeña, la presión era enorme y superaba la resistencia mecánica de la roca. La roca directamente debajo del filo era pulverizada.

El otro tipo de taladro existente antes del Hughes era rotativo, similar a las brocas para piedra con las que hoy en día se taladra un tabique para colgar un cuadro. Estos taladros tienen también un filo lineal tipo cincel pero además de ejercer presión contra la roca del fondo, también arrancan roca debido a su movimiento de rotación que hace que el filo se arrastre contra el fondo y arranque materia como, digamos, un arado levanta la tierra de cultivo.

Estos dos taladros sufrían un problema común: para que la presión que ejercía sobre la roca el filo fuera suficiente como para pulverizar la roca, la superficie del filo con la roca debía ser muy pequeña (el cincel tenía que acabar en un filo muy afilado) lo que significaba que el extremo del cincel en contacto con la roca contenía una sección de acero muy pequeña. Esa pequeña cantidad de acero en el extremo del cincel se calentaba mucho, el acero se desgastaba muy rápido, el filo se desafilaba y redondeaba y el taladro dejaba de taladrar.

Era necesario, cada poco tiempo, extraer el taladro del pozo, afilar el taladro, volver a introducir en taladro en el pozo y continuar.

Este proceso de extracción y re-afilado frecuente reducía la eficiencia y aumentaba el costo del pozo. Este aumento del coste era más o menos aceptable cuando el pozo a medio taladrar tenía una profundidad de 3 o 4 metros, tal como ocurría en minería, por ejemplo, pero hacía inviable el taladrado de pozos de, digamos, 400 metros de profundidad.

Extraer un barrena de 400 metros de longitud de un pozo a medio perforar, sustituir la punta y volver a hacer descender 400 metros en el pozo la barrena re-afilada lleva muchas horas. Según iba aumentando la profundidad del pozo, el tiempo de producción dedicado a extracciones, re-afilados y re-introducciones de la barrena, el tiempo muerto, se iba haciendo mucho mayor que el tiempo de taladrado efectivo.

Esto hacía que los pozos profundos en roca no fueran económicamente viables y vedaba el acceso comercial a las principales formaciones geológicas de petróleo o gas.

El poco petróleo que se producía comercialmente era un producto carísimo, de lujo, como consecuencia del coste astronómico de los pozos necesarios para llegar hasta los depósitos de crudo.

Este 'aceite de petróleo' con precio muy elevado, competía directamente con otro aceite de lujo, el aceite de ballena. Todo esto ocurría en el sector de la iluminación. La iluminación de las calles, y de algunas viviendas, se resolvía con luz de gas, un gas artificial producido en fábricas de gas a partir de hulla (El gas obtenido de depósitos geológicos, muchos años después, fue llamado 'gas natural' en contraposición al gas de toda la vida, que era artificial).

El resto de la iluminación se resolvía con quinqués alimentados con aceite de ballena y más tarde también con aceite de petróleo. El inmenso y siempre decreciente sector de la caza de ballenas tenía un único producto: los barriles de aceite de ballena que solo se usaban en iluminación. El sector de la caza de ballenas no era parte del sector de la alimentación sino del sector de la iluminación.

El naciente sector petrolero surgió ante la oportunidad de producir, a partir del petróleo, un sucedáneo para iluminación, del aceite de ballena. El aceite de petróleo para quinqués era peor que el cada vez más lujoso aceite de ballena: producía más olor y humo al quemarse, pero era más barato y fue mejorando con el tiempo según se desarrolló la primera industria de la petroquímica que aprendió a mejorar la calidad del aceite para iluminación.

Según fueron extinguiéndose las ballenas, la producción de aceite de ballena se derrumbó, el precio del genuino aceite de ballena se disparó y hizo que también aumentase el precio del sucedáneo obtenido del petróleo.

La demanda de aceite de petróleo como artículo de lujo para iluminación, aumentó y terminó dando lugar a una 'fiebre del oro oscuro'

El problema seguía siendo que los depósitos de petróleo estaban muy profundos y era virtualmente imposible llegar hasta ellos, salvo si se aceptaba pagar fortunas para perforar un pozo profundo que tardaría años en completarse.

El petróleo parecía inherentemente condenado, por este límite de la profundidad, a ser un producto muy caro destinado a un sector menor, como el de la iluminación, en el que la desaparición de las ballenas forzaba un aumento continuo de precios y impulsaba la aparición de alternativas: el aceite de petróleo y la luz eléctrica.

Y así estaban las cosas cuando todo cambió gracias al inesperado taladro tri-cono de Howard Hughes (padre, por supuesto).

El taladro de Hughes aumentaba varios órdenes de magnitud la duración efectiva del filo lo que alargaba varios órdenes de magnitud la duración del taladrado efectivo y espaciaba varios órdenes de magnitud, o incluso hacía innecesarias, las paradas para extracción y re-introducción de las enormes barrenas.

El taladro de Hughes lograba esta proeza utilizando en sucesión, uno tras otro, muchos filos. Esto repartía el desgaste entre muchos filos y, lo que es más importante, daba al filo tras ser usado, un tiempo en el que podía deshacerse del calor y reducir su temperatura. Esta temperatura de trabajo mucho menor de los filos garantizaba una resistencia mecánica mucho mayor del acero del que estaban formados y reducía mucho su tasa de desgaste.

El taladro de Hughes (y todos los posteriores) era un taladro rotativo pero se apoyaba en la roca por medio de 2, más tarde 3, 'ruedas'. Cada rueda tenía docenas de filos que iban presionando el fondo de roca uno tras otro y descansaban y se enfriaban mientras la rueda completaba la vuelta y ese filo volvía a presionar la roca. Cada vez que el peso de la barrena pisaba el fondo de roca con uno de los filos de la rueda, se pulverizaba la roca bajo el filo. Dada la geometría del sistema, las 'ruedas' tienen forma de cono, con un diámetro menor en el centro del pozo y mayor en la periferia.





Un modelo inicial.



Un modelo más refinado: se usan 3 conos en lugar de 2 y los filos lineales son sustituidos por 'bolitas'. Si los filos lineales producían un canal de roca pulverizada bajo su presión, las 'bolitas' producen cada una un cráter de roca pulverizada, lo que es más efectivo.

Este invento crucial en la Historia, permitió el taladrado trivial y a bajo coste de pozos profundos. Abrió el acceso comercial afectivo a las ingentes reservas de petróleo y redujo muchos órdenes de magnitud el costo de producción del petróleo.

El petróleo, de golpe, dejo de ser un artículo exótico de lujo, un sucedáneo en el sector menor de la iluminación, para convertirse en un combustible de alta capacidad calorífica que además era barato y, sobre todo, líquido. Además, el petróleo barato fue convertido por la naciente industria petroquímica en fuente primaria de miles de productos químicos por primera vez asequibles económicamente.

Los efectos en la Historia de esta revolución, la Revolución del taladro Hughes son inmensos.

La era del carbón fue progresivamente sustituida por la era del petróleo. Aunque aún hoy en día buena parte de la energía primaria se produce a partir del carbón, toda esa energía se produce en establecimientos estáticos formados por grandes edificios industriales.

Toda la energía móvil, como la necesaria en el naciente automóvil o la aviación, y más tarde el ferrocarril o los buques, descartó el carbón y utilizó en nuevo petróleo barato y líquido. (Hiram Maxim, el de las ametralladoras, construyó un avión con motores de vapor, pero las calderas de su avión quemaban en nuevo petróleo barato)

Si la electricidad y la electrificación hicieron desaparecer las máquinas de vapor y el carbón de las fábricas, al alimentar sus máquinas con motores eléctricos y acabaron con los quinqués para la iluminación al extenderse la iluminación eléctrica, el petróleo barato que permitió el taladro Hughes permitió e hizo nacer nuevas formas fundamentales de movilidad y transporte: el avión y las 'máquinas con ruedas y motor de combustión interna' (los motores de vapor y los Stirling son de combustión externa)

La explosión de las 'máquinas con ruedas y motor de combustión' incluyó la explosión del automóvil como medio de movilidad individual y privada del ciudadano, con los cambios sociológicos, culturales y políticos históricos que ese supuso, pero también incluyó otros cambios históricos a menudo olvidados.

Apareció el camión como competidor creciente del transporte por ferrocarril, aparecieron las máquinas de obras públicas como excavadoras que revolucionarón la construcción de infraestructuras, la edificación de viviendas y la mecanización de la minería y, sobre todo, y por encima de todo esto, el taladro de Hughes permitió el nacimiento del tractor agrícola y la mecanización de la producción de alimentos.

Por primera vez en la Historia de la Humanidad, el capital artificial: el tractor y la cosechadora, se unieron al capital natural: la tierra o la lluvia (única forma de capital que veía Marx) ayudando al agricultor a dar de comer a la Humanidad multiplicando su productividad.

Mientras Henry Ford aumentaba explosivamente sus lineas de producción en cadena de los automóviles, posibles gracias al petróleo barato de Hughes, contratando a decenas de miles de trabajadores venidos desde el campo a Detroit, decenas de miles de trabajadores del campo abandonaban el campo para ir a trabajar a la ciudad por mayores salarios.

Justo antes de que el taladro de Hughes diese lugar a la Era del Petróleo, aproximadamente el 75% de la población de Estados Unidos trabajaba en la agricultura y vivía en el campo. Hoy en día son menos del 5% de la población pero se las apañan para alimentar al resto de los ciudadanos, liberando todo ese capital humano antes ocupado en el campo para la producción de otros bienes y servicios y permitiendo en ingente aumento de la prosperidad y de la rápida erradicación de la pobreza a partir de 1909, cuando nació en taladro de Hughes.

Pocos hombres han tenido mayor influencia en la Historia de la Humanidad que Howard Hughes y a pesar de eso, o quizás precisamente por ello, es imposible dar con él, porque cuando se le busca, nos confunden con un hijo suyo, un pijo excéntrico y millonario que también heredó el nombre de Howard Hughes.
 

damnit

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Eso apunta a cortesanas. Y las cortesanas, a una pobre vida sensual, pese a las apariencias.

Algunas anécdotas ilustran bien su torpeza a la hora de ligar.
Montó a Gina Lollobrígida en su avión y estando en el aire le ofreció matrimonio. "Pero Howard...¡Yo soy una mujer casada!". Hughes entonces le ofreció un millón de dólares por divorciarse y casarse con él. Ella lo tomó a broma, entonces él amenazó con estallarse juntos en el avión. Evidentemente, tras ese encuentro "romántico" Gina no volvió a relacionarse con él.

A Elizabeth Taylor también tuvo el descaro de ofrecerle un millón de dólares por casarse con él. Ella se lo tomó fatal y le comentó que no era una cortesana.

Un caso curioso es su relación con Jane Greer. Le hizo un contrato personal cuando era una joven modelo. Luego la cedió a la RKO. Ella se casó.

Entonces él compró el estudio RKO y lo primero que hizo es citarla -no en el estudio, sino en un coche a las 3 de la madrugada, algo frecuente-. Allí le dijo: "No eres feliz". Ella negó: "Sí soy feliz. Estoy casada y soy muy feliz". ¨Howard insistió: "No eres feliz. Divórciate y cásate conmigo." Ella le dijo: "No digas tonterías. No pienso divorciarme". Entonces Hughes le dijo: "Soy el propietario de tu contrato. Te seguiré pagando tu sueldo semanal, pero no volverás a hacer ninguna película". Y lo cumplió. Pero convocó un casting masivo obsesionado en conseguir "alguien que se parezca a Jane Greer". Así estuvo meses, pero nunca encontró a una sustituta.

Finalmente, el marido de Greer amenazó a Hughes con matarlo si no liberaba el contrato de su mujer.

Otro ejemplo de su estrategia de ligoteo, poco eficaz.

Todo se explica en una frase que resume su filosofía: "Puedo comprar a todo el mundo. Comprarlo... o destruirlo".
Vamos un orate y ademas un torpe en las relaciones personales. Supongo que es parte de la leyenda también.
 

damnit

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Al otro barrio no te puedes llevar ni un chavo.
En estado cadáver llega la igualdad.
Yo sí fuese horriblemente rico emplearía mi fortuna en jorobaR LA VIDA A TODOS LOS HIG@PVTAS QUE PUDIESE.
He aquí un auténtico burbujo de pedigrí.

Eso mismo haría yo nada más hacerme rico. Lo primero jorobar a unos cuantos.
 

Digamelon

NINIs unidos jamás vensidos
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También como evasor fiscal sentó las bases de toda una nueva tecnología contable, inusitada hasta ese momento. Cambios de residencia, sociedades instrumentales, fundaciones sin ánimo de lucro, etc. etc. etc.
Sólo por eso merece un monumento.

VIVA LOS EVASORES FISCALES (siempre y cuando no sean gente de izquierdas)
 

porcospin

Madmaxista
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La insondable mente de los historiadores siempre me resultará tan absurda e incomprensible como la grotesca mente de los economistas. ¿Qué puede tener esta gente en la cabeza? ¿Qué criterio o sistema usarán para separar lo más importante de lo menos importante en la Historia de la Humanidad?

Cuando se busca 'Howard Hughes' en cualquier buscador de Internet, el 99% de las respuestas de fuentes históricas hacen referencia a Howard Hughes junior, este personajillo del que trata el post.

La única influencia de Howard Hughes junior a la Historia de la Humanidad fue su implicación en el desarrollo temprano de los satélites artificiales y de la creación de ese sector industrial y económico, una influencia menor y que, de acuerdo a su 'mente de historiador' todos los historiadores parecen obviar.

Todo el resto de cosas que hizo en su vida parecen ser una secuencia de caprichos excéntricos de niño rico, y ninguna de ellas ejerció ninguna influencia en la historia.

Hay en la historia, sin embargo, y aunque los historiadores parecen ignorarlo, otro Howard Hughes, padre de Howard Hughes junior, y creador de la Hughes Tool Company de la que Howard Hughes junior obtenía los 50 millones de dólares anuales que le permitían financiar sus chorradas.

La influencia de Howard Hughes padre en la Historia de la Humanidad ha sido fundamental, razón por la que supongo que casi todos los historiadores ignoran que este señor existió.

Howard Hughes padre provenía de una familia humilde y creo toda su fortuna y la Hughes Tool Company en base a un invento revolucionario que cambiaría para siempre la Historia de la Humanidad: el taladro Hughes.

El taladro Hughes era una punta de taladro para perforar roca y fue empleado en el taladrado de pozos de petróleo, agua o gas. El taladro Hughes es el modelo conceptual en el que se basan todos los taladros de pozos en la roca modernos.

Antes del taladro Hughes, existían dos tipos de taladros. Uno era un taladro de percusión. La punta tenía la forma de un cincel, con un filo lineal. Este taladro se elevaba cierta altura y se dejaba caer, o si el pozo era poco profundo, su extremo era golpeado por una maza a mano. Se giraba un pozo el cincel, y se repetía en proceso.

El filo del cincel, apoyado en la roca del fondo, transmitía a la roca la presión del golpe. Como el filo del cincel tenía una superficie de contacto muy pequeña, la presión era enorme y superaba la resistencia mecánica de la roca. La roca directamente debajo del filo era pulverizada.

El otro tipo de taladro existente antes del Hughes era rotativo, similar a las brocas para piedra con las que hoy en día se taladra un tabique para colgar un cuadro. Estos taladros tienen también un filo lineal tipo cincel pero además de ejercer presión contra la roca del fondo, también arrancan roca debido a su movimiento de rotación que hace que el filo se arrastre contra el fondo y arranque materia como, digamos, un arado levanta la tierra de cultivo.

Estos dos taladros sufrían un problema común: para que la presión que ejercía sobre la roca el filo fuera suficiente como para pulverizar la roca, la superficie del filo con la roca debía ser muy pequeña (el cincel tenía que acabar en un filo muy afilado) lo que significaba que el extremo del cincel en contacto con la roca contenía una sección de acero muy pequeña. Esa pequeña cantidad de acero en el extremo del cincel se calentaba mucho, el acero se desgastaba muy rápido, el filo se desafilaba y redondeaba y el taladro dejaba de taladrar.

Era necesario, cada poco tiempo, extraer el taladro del pozo, afilar el taladro, volver a introducir en taladro en el pozo y continuar.

Este proceso de extracción y re-afilado frecuente reducía la eficiencia y aumentaba el costo del pozo. Este aumento del coste era más o menos aceptable cuando el pozo a medio taladrar tenía una profundidad de 3 o 4 metros, tal como ocurría en minería, por ejemplo, pero hacía inviable el taladrado de pozos de, digamos, 400 metros de profundidad.

Extraer un barrena de 400 metros de longitud de un pozo a medio perforar, sustituir la punta y volver a hacer descender 400 metros en el pozo la barrena re-afilada lleva muchas horas. Según iba aumentando la profundidad del pozo, el tiempo de producción dedicado a extracciones, re-afilados y re-introducciones de la barrena, el tiempo muerto, se iba haciendo mucho mayor que el tiempo de taladrado efectivo.

Esto hacía que los pozos profundos en roca no fueran económicamente viables y vedaba el acceso comercial a las principales formaciones geológicas de petróleo o gas.

El poco petróleo que se producía comercialmente era un producto carísimo, de lujo, como consecuencia del coste astronómico de los pozos necesarios para llegar hasta los depósitos de crudo.

Este 'aceite de petróleo' con precio muy elevado, competía directamente con otro aceite de lujo, el aceite de ballena. Todo esto ocurría en el sector de la iluminación. La iluminación de las calles, y de algunas viviendas, se resolvía con luz de gas, un gas artificial producido en fábricas de gas a partir de hulla (El gas obtenido de depósitos geológicos, muchos años después, fue llamado 'gas natural' en contraposición al gas de toda la vida, que era artificial).

El resto de la iluminación se resolvía con quinqués alimentados con aceite de ballena y más tarde también con aceite de petróleo. El inmenso y siempre decreciente sector de la caza de ballenas tenía un único producto: los barriles de aceite de ballena que solo se usaban en iluminación. El sector de la caza de ballenas no era parte del sector de la alimentación sino del sector de la iluminación.

El naciente sector petrolero surgió ante la oportunidad de producir, a partir del petróleo, un sucedáneo para iluminación, del aceite de ballena. El aceite de petróleo para quinqués era peor que el cada vez más lujoso aceite de ballena: producía más olor y humo al quemarse, pero era más barato y fue mejorando con el tiempo según se desarrolló la primera industria de la petroquímica que aprendió a mejorar la calidad del aceite para iluminación.

Según fueron extinguiéndose las ballenas, la producción de aceite de ballena se derrumbó, el precio del genuino aceite de ballena se disparó y hizo que también aumentase el precio del sucedáneo obtenido del petróleo.

La demanda de aceite de petróleo como artículo de lujo para iluminación, aumentó y terminó dando lugar a una 'fiebre del oro oscuro'

El problema seguía siendo que los depósitos de petróleo estaban muy profundos y era virtualmente imposible llegar hasta ellos, salvo si se aceptaba pagar fortunas para perforar un pozo profundo que tardaría años en completarse.

El petróleo parecía inherentemente condenado, por este límite de la profundidad, a ser un producto muy caro destinado a un sector menor, como el de la iluminación, en el que la desaparición de las ballenas forzaba un aumento continuo de precios y impulsaba la aparición de alternativas: el aceite de petróleo y la luz eléctrica.

Y así estaban las cosas cuando todo cambió gracias al inesperado taladro tri-cono de Howard Hughes (padre, por supuesto).

El taladro de Hughes aumentaba varios órdenes de magnitud la duración efectiva del filo lo que alargaba varios órdenes de magnitud la duración del taladrado efectivo y espaciaba varios órdenes de magnitud, o incluso hacía innecesarias, las paradas para extracción y re-introducción de las enormes barrenas.

El taladro de Hughes lograba esta proeza utilizando en sucesión, uno tras otro, muchos filos. Esto repartía el desgaste entre muchos filos y, lo que es más importante, daba al filo tras ser usado, un tiempo en el que podía deshacerse del calor y reducir su temperatura. Esta temperatura de trabajo mucho menor de los filos garantizaba una resistencia mecánica mucho mayor del acero del que estaban formados y reducía mucho su tasa de desgaste.

El taladro de Hughes (y todos los posteriores) era un taladro rotativo pero se apoyaba en la roca por medio de 2, más tarde 3, 'ruedas'. Cada rueda tenía docenas de filos que iban presionando el fondo de roca uno tras otro y descansaban y se enfriaban mientras la rueda completaba la vuelta y ese filo volvía a presionar la roca. Cada vez que el peso de la barrena pisaba el fondo de roca con uno de los filos de la rueda, se pulverizaba la roca bajo el filo. Dada la geometría del sistema, las 'ruedas' tienen forma de cono, con un diámetro menor en el centro del pozo y mayor en la periferia.





Un modelo inicial.



Un modelo más refinado: se usan 3 conos en lugar de 2 y los filos lineales son sustituidos por 'bolitas'. Si los filos lineales producían un canal de roca pulverizada bajo su presión, las 'bolitas' producen cada una un cráter de roca pulverizada, lo que es más efectivo.

Este invento crucial en la Historia, permitió el taladrado trivial y a bajo coste de pozos profundos. Abrió el acceso comercial afectivo a las ingentes reservas de petróleo y redujo muchos órdenes de magnitud el costo de producción del petróleo.

El petróleo, de golpe, dejo de ser un artículo exótico de lujo, un sucedáneo en el sector menor de la iluminación, para convertirse en un combustible de alta capacidad calorífica que además era barato y, sobre todo, líquido. Además, el petróleo barato fue convertido por la naciente industria petroquímica en fuente primaria de miles de productos químicos por primera vez asequibles económicamente.

Los efectos en la Historia de esta revolución, la Revolución del taladro Hughes son inmensos.

La era del carbón fue progresivamente sustituida por la era del petróleo. Aunque aún hoy en día buena parte de la energía primaria se produce a partir del carbón, toda esa energía se produce en establecimientos estáticos formados por grandes edificios industriales.

Toda la energía móvil, como la necesaria en el naciente automóvil o la aviación, y más tarde el ferrocarril o los buques, descartó el carbón y utilizó en nuevo petróleo barato y líquido. (Hiram Maxim, el de las ametralladoras, construyó un avión con motores de vapor, pero las calderas de su avión quemaban en nuevo petróleo barato)

Si la electricidad y la electrificación hicieron desaparecer las máquinas de vapor y el carbón de las fábricas, al alimentar sus máquinas con motores eléctricos y acabaron con los quinqués para la iluminación al extenderse la iluminación eléctrica, el petróleo barato que permitió el taladro Hughes permitió e hizo nacer nuevas formas fundamentales de movilidad y transporte: el avión y las 'máquinas con ruedas y motor de combustión interna' (los motores de vapor y los Stirling son de combustión externa)

La explosión de las 'máquinas con ruedas y motor de combustión' incluyó la explosión del automóvil como medio de movilidad individual y privada del ciudadano, con los cambios sociológicos, culturales y políticos históricos que ese supuso, pero también incluyó otros cambios históricos a menudo olvidados.

Apareció el camión como competidor creciente del transporte por ferrocarril, aparecieron las máquinas de obras públicas como excavadoras que revolucionarón la construcción de infraestructuras, la edificación de viviendas y la mecanización de la minería y, sobre todo, y por encima de todo esto, el taladro de Hughes permitió el nacimiento del tractor agrícola y la mecanización de la producción de alimentos.

Por primera vez en la Historia de la Humanidad, el capital artificial: el tractor y la cosechadora, se unieron al capital natural: la tierra o la lluvia (única forma de capital que veía Marx) ayudando al agricultor a dar de comer a la Humanidad multiplicando su productividad.

Mientras Henry Ford aumentaba explosivamente sus lineas de producción en cadena de los automóviles, posibles gracias al petróleo barato de Hughes, contratando a decenas de miles de trabajadores venidos desde el campo a Detroit, decenas de miles de trabajadores del campo abandonaban el campo para ir a trabajar a la ciudad por mayores salarios.

Justo antes de que el taladro de Hughes diese lugar a la Era del Petróleo, aproximadamente el 75% de la población de Estados Unidos trabajaba en la agricultura y vivía en el campo. Hoy en día son menos del 5% de la población pero se las apañan para alimentar al resto de los ciudadanos, liberando todo ese capital humano antes ocupado en el campo para la producción de otros bienes y servicios y permitiendo en ingente aumento de la prosperidad y de la rápida erradicación de la pobreza a partir de 1909, cuando nació en taladro de Hughes.

Pocos hombres han tenido mayor influencia en la Historia de la Humanidad que Howard Hughes y a pesar de eso, o quizás precisamente por ello, es imposible dar con él, porque cuando se le busca, nos confunden con un hijo suyo, un pijo excéntrico y millonario que también heredó el nombre de Howard Hughes.
=D>1000thanks
Da gusto encontrarse posts con un contenido de tanta calidad entre la más que abundante morralla de posts.

La pena es que la gran masa de burbujeros cuando vean que tiene más de 10 lineas, saltaran al siguiente