Para mí tampoco tiene sentido. Puedes tener a jugadores que son suplentes y que no van a formar parte del once inicial muchas veces, y menos en los partidos más importantes (algo que sucede en muchos clubes, grandes o modestos), pero que nunca van a dejar de tener minutos y por tanto oportunidades (más en caso de lesión o sanción de algún peso pesado) Se cuenta con ellos, y lo saben; van estar motivados, listos para aportar su granito de arena cuando sea necesario.
Pero lo de algunos futbolistas del Madrid clama al cielo. Jugadores que directamente no juegan casi nunca, algunos como Lunin han disputado ¡su primer partido! Otros aparecen unos minutos, cumplen... y luego los condenan al ostracismo más absoluto, usándolos para llevar las toallas o los petos... Eso mina la moral, les hacen ver que no se cuenta con ellos, ni siquiera para jugar contra un Segunda B en Copa. Encima tienen que ver como auténticos paquetes como Lucas Vázquez juegan poco menos que por decreto, y en posiciones que no son las suyas; Carvajal está lesionado, y en lugar de poner al otro lateral derecho (Odriozola) Zidane opta por Lucas, que para colmo ha sido responsable de más de una derrota por cagadas suyas en defensa, porque no es lateral.
Huele a clanes en el vestuario que tira p'atrás. Y el propio entrenador debe formar parte de ellos, o al menos da el visto bueno. El club está perdiendo el rumbo, con una gestión pésima de la plantilla.
Esto ha sido así de siempre, hombre.
Acuérdate de Samuel Etoo.
Cuantos partidos le dejaron jugar? Creo que literalmente fueron dos partidos, escasos minutos, en todos los años que estuvo, cuando no sin jugar cedido aquí y alla.
Lo de Etoo en el Mallorca es de record, es imposible de repetirse. La de goles que metió Etoo al Real Madrid con la camiseta del Mallorca. Es que a cada partido le metía lo menos uno. Es un récord pichichi de jugador que le mete la tira de goles a su propio equipo.
Al final cuando ya era todo demasiado evidente y se destacó como un crack hecho y derecho, y con la ilusión que tenía el con jugar en su Madrid, lo planta por el Barça, que le promete y le da la confianza a través de una reunión de unos minutos que el Madrid no le había dado en toda su vida.
Y aún así, después de triunfar con el Barça, en su interior siempre siente y sentirá dice él, y nos lo creemos, aquel puñetero sabor amargo y deseo frustrado de haber sido el 9 del Madrid. Al igual que el trato que recibe Mariano, que tras despreciarlo las cosas le van de querida madre en Lyon y haciéndole crearse ilusiones lo vuelven a traer al Bernabéu para no darle ni una oportunidad, podrirlo, estancarlo, y jugar con sus sentimientos y su evolución profesional.
Psíquicamente tiene que dejar tocadisimo ya no como jugador sino como persona tener que aguantar esas situaciones.
