Jugar bien es adaptarse a las circunstancias del partido y del rival, y eso en los últimos diez años nadie lo ha hecho tan bien como el Madrid.
Todos recordamos goles de treinta toques (alguno reciente) y goles de dos toques (esos pases de cuarenta metros al pie de Xabi Alonso...).
Es lo de siempre: todos quieren ganar, pero solo puede ganar uno. ¿Y qué hacen los demás? Poner excusas: mi equipo juega bonito, somos el equipo del pueblo, jugamos con once aldeanos, mi himno es el más chulo, Mestalla nunca falla etc.