La verdad es que está quedando bastante expuesta la degeneración del sistema.
Por un lado, un sistema electoral que no cumple los más mínimos estándares.
Por otro, un ejecutivo y legislativo rodeado de una estructura de lobbys e intereses, que termina trabajando exclusivamente en favor de intereses de grandes corporaciones. Los representantes son millonarios. El gobierno corrupto.
Una sociedad civil polarizada y enfrentada, en que una parte ha perdido completamente el juicio y los que lo conservan son acusados de locos peligrosos.
Un sistema judicial politizado e inoperante, sometido a una opinión pública sectaria y amenazante.
Unos medios de comunicación oligopolicos, partidistas, que practican la desinformación, la censura y la persecucion política.
Es un desastre.
Ayer leía que 144 juristas han firmado una carta en que no sólo defienden la constitucionalidad del impeachment a un ciudadano privado, sino que se oponen a que ese ciudadano se pueda defender y amenazan a sus abogados con la suspensión de la abogacia.
En fin, no sólo siguen aplicando una figura de juicio político arcaica e injusta, que sólo sirve y ha servido en la historia para venganzas políticas, sino que se pasan su constitución por el arco del triunfo y lo mismo hacen con los derechos fundamentales.
Viendo este panorama de los "juristas de prestigio", luego alguno nos dirá que no hubo fraude porque ningún juez lo dictaminó. Ni aunque se hubiera encontrado el leche de Biden regando las papeletas podrias encontrar a un juez que cumpla con su deber.
El país está perdido y, como Roma cayó, tiene que desintegrarse.
Afloraran pequeñas repúblicas jovenes e ilusionante y otras vulgares para alojar a esta ralea y que se destrocen entre ellos.