La tasa de mortalidad quitando muertos es nula. Esa es la verdad queridos coforeros y coforeras, estamos ante un Coronatimo de libro, los muertos tenían que morirse, San Pedro ya los había llamado, solo les hacia falta un empujón, un colapso sanitario y una pista de hielo llena de ataúdes para despedirlos con honores. Los alemanes, envidiosos de nuestros atrezzos, de nuestras performances mortuorias se disponen a cerrarlo todo para Navidad, y despedir a sus 500 muertos diarios, gordos y viejos, como se merecen.