No me lo tomes en cuenta, que será porque desde ayer me siento especialmente pesimista, pero lo veo utópico.En mi opinión nos queda un arma muchisimo más poderosa que "la calle", diría que es EL ARMA ,que causa dolor verdadero, que ya hemos comentado en este hilo, y esa arma es el NO consumir.
Consumir a nivel alimentación, ropa, sostenibles básicos... es imposible de soslayar. A partir de ahí cuenta a la gente con hijos que necesitan socializar (regalos, cumpleaños), actividades con el resto de la familia... y lo que surja.
Aunque todos los no banderilleados dejásemos de ir al teatro, cine o al bar de la esquina a tomar el aperitivo realmente no creo que la afectación fuera tan grande a nivel comercial. Eso sólo sería si el total de los no banderilleados fueran los clientes del bar de la esquina y todos se pusieran de acuerdo para dejar de ir. Pues el bar de la esquina en ese caso quebraría. Pero si el total de los no banderilleados es un 10% de los clientes y dejan de ir, el comercio se ajustará el cinturón y seguirá para adelante.
No creo que en una sociedad educada para el consumo sea sencillo poner de acuerdo a todo el mundo para algo así.
La "ayuda" debería de venir de los propios comercios y de los no banderilleados en el sentido de mostrar su desacuerdo respecto a supresiones y restricciones ilógicas y partir de inicio de una desobediencia civil al respecto. Pero es que eso tampoco creo que vaya a suceder. No veo al comerciante poniendo pegas que perjudiquen sus ingresos ni veo actualmente a los banderilleados poniéndose del lado de los no banderilleados para esto. Más bien los veo alegres de sus nuevos "privilegios" adquiridos, que en algunos casos les hacen sentirse parte de una élite de elegidos gracias a haber optado por la decisión que en su opinión es la correcta.
Pero ya te digo, seguramente solo es porque me siento pesimista en general.