Harold Papanander
Madmaxista
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Me la hice corriendo más de lo que debía para no perder un tren que se me escapaba. O aceleraba la carrera o lo perdía, no había tercera opción. Lleve la tensión muscular más allá del límite y justo al hacer un giro espectacular en las inmediaciones de la entrada de la estación, para poder penetrar en ella, (porque iba a tal velocidad que me la pasaba de largo si no giraba abruptamente) fue cuando me hice la lesión. Oí como crujió el músculo y noté como una fuerte descarga eléctrica justo en la zona del gemelo.
En ese momento me di cuenta: perdí el tren, la salud y la dignidad. No valió la pena semejante esfuerzo, amijos.
No pude andar ya normalmente desde el mismo instante de la lesión. He estado casi diez días cojeando, andando con la pierna derecha sana recta y la izquierda completamente girada en modo transversal a la otra, arrastrándola practicamente. Parecía el jorobado de Notre Dame. Así me he visto teniendo que hacer mis rutinas diarias que no he podido abandonar, dando pena y ardor de estomago a todo aquel que se topaba con mi lamentable estampa. Hasta el 5º día no pude colocar la pierna en modo natural para andar correctamente, y aún así, por el dolor solo podía dar tímidos pasos que me eternizaban el trayecto, de modo que forzosamente debía continuar andando como un bodoque para optimizar el tiempo.
Hoy ya es el 16º día y ya por fin puedo andar medianamente bien, a un ritmo más acorde al común de los mortales, aunque no al que yo desearía, porque aún me pega un latigazo en el gemelo si lo intento. Por lo que calculo que aún me quedan unos 6 o 7 días más para la recuperación total.
No, no he hecho reposo ningún día, ni he usado muletas o vendajes. A pelo, siempre a pelo.
Desgarro muscular de grado 2, casi 3, con tendinitis añadida en el talón de aquiles y sobreinflamación dolorosa en la zona del gatillo del gemelo, sospecho que es lo que he tenido. Digo sospecho porque no fuí al hospital. La fe es toda la medicina que necesito. Me bastó con hacer una dieta alcalinizante, suplementación ortomolecular con vitaminas y minerales, y bebidas de suero con agua, bicarbonato, sal y limón exprimido.
Ha sido muy dolido, amijos, pero ya estoy mejor, no os preocupéis por mi. De todos modos no iba a haceros ni puñetero caso.
En ese momento me di cuenta: perdí el tren, la salud y la dignidad. No valió la pena semejante esfuerzo, amijos.
No pude andar ya normalmente desde el mismo instante de la lesión. He estado casi diez días cojeando, andando con la pierna derecha sana recta y la izquierda completamente girada en modo transversal a la otra, arrastrándola practicamente. Parecía el jorobado de Notre Dame. Así me he visto teniendo que hacer mis rutinas diarias que no he podido abandonar, dando pena y ardor de estomago a todo aquel que se topaba con mi lamentable estampa. Hasta el 5º día no pude colocar la pierna en modo natural para andar correctamente, y aún así, por el dolor solo podía dar tímidos pasos que me eternizaban el trayecto, de modo que forzosamente debía continuar andando como un bodoque para optimizar el tiempo.
Hoy ya es el 16º día y ya por fin puedo andar medianamente bien, a un ritmo más acorde al común de los mortales, aunque no al que yo desearía, porque aún me pega un latigazo en el gemelo si lo intento. Por lo que calculo que aún me quedan unos 6 o 7 días más para la recuperación total.
No, no he hecho reposo ningún día, ni he usado muletas o vendajes. A pelo, siempre a pelo.
Desgarro muscular de grado 2, casi 3, con tendinitis añadida en el talón de aquiles y sobreinflamación dolorosa en la zona del gatillo del gemelo, sospecho que es lo que he tenido. Digo sospecho porque no fuí al hospital. La fe es toda la medicina que necesito. Me bastó con hacer una dieta alcalinizante, suplementación ortomolecular con vitaminas y minerales, y bebidas de suero con agua, bicarbonato, sal y limón exprimido.
Ha sido muy dolido, amijos, pero ya estoy mejor, no os preocupéis por mi. De todos modos no iba a haceros ni puñetero caso.
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