Hay que ser muy funcionario para pensar que en cuanto al gobierno le venga bien decretar el fin del Estado de Alarma las empresas van a funcionar sin problemas al día siguiente.
Hay que ser muy funcionario.
Los autónomos y las pymes tenemos unas dificultades enormes simplemente para subsitir. Parar en seco toda actividad sin visos de poder abrir de nuevo en breve plazo, conllevará el cierre definitivo de infinidad de pequeños negocios que a duras penas conseguían llegar a mantenerse a flote hasta ahora.
¿Ese es el objetivo del gobierno?
¿Que cerremos para siempre?
Las supuestas medidas de ayuda que se van a tomar (cobrar el paro a los autónomos que se den de baja) no permitirá levantar de nuevo un negocio que lleve meses cerrado. Recuperar una clientela que ha costado años de esfuerzo de un día para otro es prácticamente imposible. Es muy cómodo, desde la lejanía de un despacho, determinar cuándo puede o no puede abrir uno su pequeño comercio. Pero deberían entender que aun cuando nos dejen abrir (y ya no se reciba la supuesta prestación) todo el negocio estará a cero. Mucha clientela se habrá perdido, habrá que gastar de nuevo en publicidad un dinero que no tenemos y remontar otra vez años de trabajo que se habrá desperdiciado por unos meses de parón, será en muchos casos sencillamente imposible.
Es decir, el actual estado de cosas condena al cierre definitivo de innumerables pequeños comercios de los que depende toda la economía familiar, más si cabe teniendo en cuenta que la edad de las personas que regentan dichos negocios no les permitirá integrarse de nuevo en el mercado laboral. Y eso considerando que los efectos de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo no resientan la salud de forma permanente, que eso estará por ver.
Resumiendo, considero que las medidas del gobierno no son sólo insuficientes, sino en muchos casos DEMOLEDORAS. Completamente contraproducentes y arbitrarias.
Acabarán con toda esperanza de un futuro para muchas familias, y todo eso para contener una crisis que ya no se puede contener. El gobierno llega tarde, una vez más. Y mal, consiguiendo muchas veces lo contrario de lo que dice pretender conseguir.
Me temo que nos espera una situación muy difícil, incluso cuando los burócratas de los despachos tengan a bien permitirnos volver a trabajar.
El panorama es desolador.