España, 1808.
Los soldados franceses andan mal de suministros, no pueden ni salir solos por las calles y caminos porque simplemente desaparecen.
La sangría no cesa. Napoleón no duerme, se ha metido en un callejón sin salida y le caen palos por todos lados.
Pensaba que sería fácil después de comprar a los líderes oportunos, pero ha resultado que no.
Su servicio de propaganda inventa una operación de imagen, proponer la "paz", después de haber invadido y arrasado el país. Nos vamos de España pero nos quedamos con Navarra, Huesca y Gerona.
Seguro que los españoles de la época aceptarían. Dijeran lo que dijeran reyes y mandatarios.
Claro que sí.
Guapis.
Claro, el ejemplo se parece como un huevo a una castaña.
En todo caso, en 1808, todo al norte del Ebro es francófono, en España hay un gobierno ultracastellano que quiere castellanizar a la zona al norte del Ebro que mantiene una guerra con el resto de España.
El gobierno español quiera formar una alianza con Inglaterra para que le apoye en su propósito de castellanizar al norte del Ebro y poner guarniciones británicas en los Pirineos desde las que atacar Francia para ver si pueden sacarle tajada a la riqueza de Francia. En eso que coge Napoleón y se planta en Madrid y lo cerca para que Carlos iv acceda a sus peticiones, que son no pactar con los británicos y dejar de agredir al norte del Ebro. Llega un momento que empiezan las negociaciones y se retira de Madrid, Carlos iv acusa a los franceses de los fusilamientos del dos de mayo y los franceses se hacen fuertes al norte del Ebro, y se centran en la conquista de Barcelona, donde están los radicales del regimiento mediterráneo, cayendo Barcelona finalmente en manos de los franceses. La población de Barcelona, francófona, vuelve a una Barcelona que Francia reconstruye y en 1812 hay una campaña para fijar la frontera de Francia en el Ebro.