Yo inicié la transición hace unas semanas.
Fui con cita previa, que dan con cuentagotas.
Sala de espera abarrotada de nuevos españoles. Dos charos atendiendo a la gente a voces, sin ningún respeto a la intimidad. El tono en que tratan a la gente es de parvulario, más que un juzgado parece el patio de un colegio preparando una excursión. Hay un ñeta de esos que debe medir 1,50, con un peluco de horo de medio kilo.
Entro, digo buenos días, y todo el mundo responde, menos las funcis. Charo me pregunta que a que vengo y digo que ha cambiarme de sesso, justo cuando se hace un silencio, claro. El ñeta me mira con complicidad.
Charo me pide la documentación. Le entrego la solicitud, que me dice que no hace falta, y me pide un certificado de matrimonio, que no es necesario según la ley. Que pida cita en el Registro para solicitarlo y que pida cita para llevasérselo cuando me lo den. Le digo que lo bajo en un momentito y que se lo doy en pdf. Me dice que lo quiere en papel. Accede a que busque donde imprimirlo y se lo traiga cuando lo tenga. ¿Por quien pregunto? por...... no, no se llama Charo.
Vuelvo con el certificado en papel. Más gente en la sala, más nuevos españoles. Vuelvo a intercambiar saludos. Charo me dice que me siente, que enseguida me atiende. Entra otra hermana, que viene a lo mismo. Le aviso de que si está casada le van a pedir certificado, me dice que ya lo trae...
Charo me recoge la documentación y vuelve al cabo de un rato. Me entrega un recibo que ha generado el sistema informático en el que figura mi solicitud y la documentación presentada, y me da cita para ratificar. Muy colaboradora con la cita.
En definitiva, primer trámite completamente supérfluo, meter datos en un sistema que ya los tiene. Todo podría haber sido una simple solicitud con certificado digital, ahorrando el paso por el interfaz humano, por "la charo del interfaz".
Fui con cita previa, que dan con cuentagotas.
Sala de espera abarrotada de nuevos españoles. Dos charos atendiendo a la gente a voces, sin ningún respeto a la intimidad. El tono en que tratan a la gente es de parvulario, más que un juzgado parece el patio de un colegio preparando una excursión. Hay un ñeta de esos que debe medir 1,50, con un peluco de horo de medio kilo.
Entro, digo buenos días, y todo el mundo responde, menos las funcis. Charo me pregunta que a que vengo y digo que ha cambiarme de sesso, justo cuando se hace un silencio, claro. El ñeta me mira con complicidad.
Charo me pide la documentación. Le entrego la solicitud, que me dice que no hace falta, y me pide un certificado de matrimonio, que no es necesario según la ley. Que pida cita en el Registro para solicitarlo y que pida cita para llevasérselo cuando me lo den. Le digo que lo bajo en un momentito y que se lo doy en pdf. Me dice que lo quiere en papel. Accede a que busque donde imprimirlo y se lo traiga cuando lo tenga. ¿Por quien pregunto? por...... no, no se llama Charo.
Vuelvo con el certificado en papel. Más gente en la sala, más nuevos españoles. Vuelvo a intercambiar saludos. Charo me dice que me siente, que enseguida me atiende. Entra otra hermana, que viene a lo mismo. Le aviso de que si está casada le van a pedir certificado, me dice que ya lo trae...
Charo me recoge la documentación y vuelve al cabo de un rato. Me entrega un recibo que ha generado el sistema informático en el que figura mi solicitud y la documentación presentada, y me da cita para ratificar. Muy colaboradora con la cita.
En definitiva, primer trámite completamente supérfluo, meter datos en un sistema que ya los tiene. Todo podría haber sido una simple solicitud con certificado digital, ahorrando el paso por el interfaz humano, por "la charo del interfaz".