Frustración milieurista

Mi_casa_es_tu_casa dijo:
......
Estoy bastante cansado de los típicos mensajitos de los self-made men :D que pululan por aquí dando lecciones de cómo buscarse la vida... y lo del papeleo para montar una empresa es cierto, lo leí en una entrevista y lo dijo el mismo Trichet, que sabe más que ninguno de nosotros......

Yo tambien estoy cansado de oir quejarse a gente que sigue viviendo en casa de los padres para hacerse rico, o porque no puede alquilar/comprar una casa, de por lo menos 70 m2, en la zona que le gusta para el solito, o de los que no paran de quejarse pero cambiar la situacion les da miedo, o.........

Es sorprendente ver como mucha gente se alegra enormemente de las subidas del Euribor no porque la situacion para ellos vaya a mejorar, sino porque la situacion para otra gente esta empeorando.......vaya, que parece ser motivo de mayor felicidad el mal ajeno que el beneficio propio.

Ultimamente tengo la sensacion de que en el foro hay muchisima gente para el que el problema de la vivienda es secundario, es decir, que le importa poco si la vivienda sube o baja porque su situacion, o la de su entorno, no cambiaria.......pero utiliza el foro para reirse con su minipandi del mal ajeno. Es un poco el "salsa rosa" de las hipotecas........"mi vecino Pedro solo echa 5 euros de gasolina desde la ultima subida del Euribor"........"si si, pues la amiga de mi vecina ha oido en la escalera que el de el cuarto esta buscando un segundo trabajo para pagar la hipoteca de la casa de la playa"........"fijate, he oido que han visto a Juan, el que se compro un Mercedes hace un mes, saliendo de un Cofidis".......en fin.

Por suerte todavia quedan foreros e hilos en los que se puede aprender mucho y que siempre analizan el problema sin meter a Belen Esteban o a Julian Muñoz por medio.
 
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Mouguias dijo:
Lo mas difícil de aceptar es que los mileuristas ya no somos jóvenes. Tantos años de videojuegos, de Star Wars, de Señor de los Anillos, de frikismo pop, nos han anestesiado. Eramos tan modernos, tan despreocupados, tan inocentes, tan guays, que ni siquiera nos dimos cuenta de que ya nos iban calveando las coronillas.
No somos jóvenes abriendonos paso por la vida: somos adultos pobres. No somos jóvenes titulados, sino simples fracasados. Los jóvenes de verdad, pequeño consuelo, estan aprendiendo de nuestros errores y no caen en la trampa de la universidad y de su palabreria inútil.
Un hominido electricista o fontanero, a sus veintitrés añitos, ya ha ganado mas dinero que yo en toda mi fruta vida, con la diferencia que el se ha ahorrado las manias de los profesores y la arbitrariedad de los examenes-purgatorio que soportamos los idiotas de mi generación.
Damos bastante penita, la verdad, siguiendo la prensa americana por Internet, escribiendo sesudos blogs, discutiendo en las cafeterias sobre las pelis de Wim Wenders y el movimiento Dogma cuando apenas nos podemos pagar una cocacola y un café con leche. Detrás nuestro viene una generación de semianalfabetos, trabajadores de mono, económicamente independientes y acostumbrados a ganar dinero desde los dieciocho años. Ninguno ha leido la Historia del Tiempo de Proust, eso seguro, pero se miccionan de la risa ante los pobres que hemos tirado nuestra vida pensando que Proust nos serviria de algo.
Los viejos, mientras tanto, conservan su papel de papas responsables. Nos tratan con condescendencia, con desprecio, en el fondo. Su generación alcanzo el poder muy pronto: les toco la lotería de la Transición, cuando se aferraron a unas poltronas que aun no han soltado. Se creen que lo suyo tuvo mucho mérito y que nosotros somos todavía esos críos mimados que necesitan su amorosa tutela. No hemos sido capaces de echarlos, de crear una cultura propia. La historia de los mileuristas la estan contando una vez mas los mismos bocazas que cogieron el micrófono en 1978.
Lo mas triste, lo mas ridículo de los treintañeros, es que ni siquiera tenemos el valor de cabrearnos, de maldecir. No fuimos adolescentes rebeldes y nos hemos convertido en adultos borregos. Nos exprimen como limones, nos impiden llevar una vida digna, nos estan robando el dinero que vale nuestro trabajo, y ni siquiera somos capaces de crear un movimiento social o un partido político que les haga temblar de miedo en sus mullidos despachos. Lo unico que sabemos hacer es suplicar un puesto en su podrido sistema, un trabajito aunque sea de becario bebecharcos por setecientos euros al mes. Y ellos, con la voz temblando de pura soberbia, nos daran un cachetito y nos diran: “es que los jóvenes lo quereis todo”.

Me has llegado al alma tio.
 
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